martes, 26 de agosto de 2014

Carta a Juan Pablo Fontán

Estimado Juan Pablo:
No recibiste suficiente apoyo en las elecciones internas de ARENA para convertirte en candidato a diputado. Lo que es una gran lástima, porque para mi fuiste el candidato ideal para impulsar la renovación: joven, proveniente del mundo de los movimientos cívicos, y como fundador y dirigente de ‘Un Techo para mi País’ con una gran experiencia organizativa y un sólido compromiso social. Un tipo que puede sostener debates sobre la necesidad de renovar la esencia ética de la política, pero que al mismo tiempo está acostumbrado a ensuciarse las botas y las manos en los barrancos y los cantones resolviendo problemas con la gente.
Para mi, fuiste el candidato ideal. Sin embrago, las bases de Arena no votaron por vos. Hay dos maneras de explicarlo: o no votaron por vos, porque sabían qué tipo de candidato sos - y qué impulso de cambio pueden esperar de vos; o no votaron por vos simplemente porque no te conocen. En el primer caso, el resultado negativo expresaría un rechazo político a tu postura de renovación y compromiso social. Esto sería gravísimo, porque significaría que la mayoría de los militantes de Arena no quiere la renovación. Cosa que no creo, porque votaron por los de otros candidatos renovadores.

Considero más lógica la otra explicación: no votaron por vos, porque no lograste proyectarte como potencial líder de la renovación. En este caso, no hay ninguna razón de tirar la toalla, y lo que te toca es seguir trabajando para que la corriente renovadora en la oposición agarre más fuerza, más transparencia y más apoyo popular. Me alegra de sobremanera que vos, son ninguna vacilación, decidiste ir por este camino, anunciando que vas a seguir trabajando, dando apoyo a lo que se está conformado como corriente de renovación en el partido. Te felicito por esto.

Y tienes toda la razón: Los resultados de la contienda interna del 24 de agosto son sumamente positivos. Es un primer paso bien dado. El partido se abrió, entraron nuevos liderazgos – y fueron las basas que abrieron las puertas. Era una elección de apertura, no para definir un nuevo rumbo del partido. Y la apertura se logró.

Ahora el espectro de lo que ARENA representa ante la nación es mucho más amplio, con mucho más vínculos entre partido y sociedad. No se cambió el carácter ideológico del partido, pero sí se amplió. Hoy existe pluralismo. Aparte de los sectores conservadores, que también se consilidaron con algunos de los candidatos electos el 24 de agosto (los militares, los fundadores, los hermanos Rodrigo y Roberto Ávila), entraron con el mismo derecho y la misma fuerza liberales, activistas de movimientos sociales, profesionales progresistas. Juntos con dirigentes como Ana Vila, David Reyes, Edwin Zamora, René Portillo Cuadra, Rodrigo Molina y otros van a formar una poderosa corriente renovadora.

Esto es un logro que tal vez no muchos dentro de la oposición han entendido en toda su dimensión. Las bases de un partido, que durante décadas se mantuvo cerrado frente la sociedad, impusieron la apertura y la conversión de ARENA en una partido plural, con amplitud y diversidad de pensamientos, incluso con competencia interna de ideas.

Esta competencia sana dentro de un partido que ya no es vertical, autoritario y monolítico sino ahora es horizontal y plural se expresará plenamente en el voto por cara en las próximas elecciones. Son los votantes que el 1 de marzo del 2015 van decidir si quieren ser representados por el veterano general Juan Orlando Zepeda o por el joven empresario John Wright Sol; por el ex ministro y candidato presidencial Rodrigo Ávila o por el libre pensador Juan Valiente; por la diputada actual Silvia Estela Ostorga de Escobar, que nadie conoce, o por Mayteé Iraheta, la candidate más joven que representa la juventud de Sonsonate…

A partir de ahora, el partido opositor es más amplio, se dirige a sectores más variados, y tiene ofertas para nacionalistas y liberales, conservadores y progresistas.  

Para vos, Juan Pablo, y los jóvenes que apostaron a vos, habrá espacio y trabajo de sobra.

Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)