miércoles, 2 de enero de 2008

Columna transversal: ¿CUAL ES EL PROBLEMA QUE DANIEL ORTEGA TIENE CON LA PRENSA?

Cuando hace poco leí que algunos diputados nicaragüenses pensaban presentar un recurso de declarar a Daniel Ortega incompetente por loco, pensaba que era broma. Hoy que leo el mensaje de fin de año de Daniel Ortega denunciando que los medios de comunicación tratan de promover el asesinato de su esposa Rosario Murillo, me doy cuenta que tenían razón. Más bien será mala broma dejarlo gobernar.

“Estoy seguro que ellos (los medios) quieren ver muerta a Rosario”, dijo Ortega, acusando a “estas inmundicias que se llaman periódicos aquí en Nicaragua” de hacer “campañas de destrucción, de difamación, de calumnias.” No estoy citando a una plática de bolo o una discusión acalorada de Daniel Ortega, estoy citando de un discurso oficial de informe de año.

¿Cuál es el problema que gobernantes como Daniel Ortega y Hugo Chávez tienen con la prensa? ¿Por qué no aguantan que los medios los critiquen, que sostengan ideas contrarias a al gobierno y a la revolución? Tiene que ser un miedo inmenso a la palabra, a la disidencia, a la crítica. Tiene que ser que temen que los medios independientes tienen poder sobra las mentes de la gente. Tiene que ser que presienten que los medios masivos son competencia directa de los “lideres revolucionarios” que piensan que representan a los “reales intereses” del pueblo.

Cualquier régimen autoritario –de derecha o de ‘izquierda’-teme y por tanto evade el debate público. Quieren tener el monopolio sobre la opinión pública. Si tienen suficiente poder, prohíben, controlan, censuran a los medios. Y los gobiernos y partidos con tendencia autoritaria, pero que todavía no han abolido del todo las constituciones democráticas, odian a los medios porque no los pueden ni prohibir, ni controlar, ni censurar, ni poner en línea. Por lo menos no todos.

¿Cuál es el problema que gobernantes como Daniel Ortega y Hugo Chávez tienen con el hecho que los medios se convierten en oposición, que tengan actitudes anti-gobierno, que sean anti-sistema? Ser anti-sistema, anti-gobierno, oposición es lo que los partidos de ‘izquierda” adscritos al socialismo del siglo 21 propagan – mientras no estén gobernando. El FMLN, por ejemplo, critica a los medios nacionales de ser pro-sistema, pro-gobierno. Pero el FSLN, en el poder, critica a los medios por ser anti-gobierno. La prensa tiene que ser anti-gobierno, a menos que gobierne la izquierda.

“Es derecho indispensable del querido y estimado pueblo nicaragüense, estar al tanto y estar informado de todas las actividades y esfuerzos que se están llevando a cabo por el digno Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional nicaragüense.” Esta novedosa definición del derecho a la información no es de Daniel Ortega, pero sí está siendo difundida por la página web de la presidencia nicaragüense, citando al “hermano Ezzatolla Zarghami, Presidente de la Organización de Radio y Televisión de la República Islámica de Irán y Representante del Líder Supremo de la Revolución Islámica, el Ayatola Jameine” (Rosario Murillo). Claro, este señor (“ en el nombre de Dios, El Clemente, El Misericordioso, hoy es para mí un orgullo y motivo de satisfacción estar aquí y encontrarme con el queridísimo hermano y compañero Presidente Comandante Ortega y su señora, con el fin de desarrollar colaboraciones en el sentido de medios de comunicación”) obviamente sabe de las delicadas relaciones entre un gobierno que se declara revolucionario y los periodistas. De este tipo de gente, Rosario y Daniel pueden aprender mucho. Que pregunten a Amnesty International o cualquier organismo que se dedica a registrar a periodistas encarcelados.

La izquierda sin comillas, en cambio, tiene otra definición del rol de la prensa: Por más fuerte un gobierno, no importando su signo ideológico, más críticos los medios. Por más poder que concentre un gobierno –llámese revolucionario o no-, más cuestionamiento por parte de los medios. Por más que un gobierno quiere dominar la opinión pública, más resistencia por parte de los medios. Por más débil que sean los partidos de oposición, más medios llenen el vacía haciendo oposición.