Esto fue en diciembre 2009. Funes se decidió no por la concertación de un pacto, como la ofreció ANEP, sino por la imposición. La violación se consumió.
Seis semanas después, en la gran gala de ENADE ( el anual Encuentro Nacional de la Empresa Privada organizada por ANEP), la violación pareció olvidada - o por lo menos la memoria reprimida.
La víctima, sometida por la fuerza en diciembre, en enero se presta a la seducción del hombre que acaba de imponerle su voluntad.
El aplauso frenético con el cual el discurso de presidente Funes fue premiado por cientos de empresarios y ejecutivos, y el abrazo que recibió del presidente de ANEP, me dieron pena ajena. Lo siento mucho, mis muy queridos amigos empresarios y dirigentes de ANEP, pero tengo que jugar mi papel de aguafiestas. Esta fiesta de unión entre gobierno y empresa privada celebrada ayer en el ENADE es una farsa.
Me remito nuevamente a lo que escribí en diciembre: “Lo más indigno que puede hacer la empresa privada es, en vez de oponerse a la reforma fiscal como tal, regatear porcentajes y montos. Para regresar a la imagen usada al principio: Cuando una mujer está siendo violada, no va a decir “Procedan, pero por favor no me rompan el vestido...”
Esto es -duele decirlo nuevamente- precisamente lo que hizo la empresa privada. En diciembre se dejó meter por la fuerza la reforma fiscal, con tal que el gobierno se dejó bajar algunos porcentajes. ¿O acaso diputados comprados y partidos chantajeados no constituyen violencia e imposición? Y como el hombre no le rompió el vestido y la novia pudo mantener su cara y reputación, el mes siguiente se deja seducir...
Y seducir con tan poquito... La poderosa ANEP dejándose seducir por tan poquito. La única explicación posible: Están muy asustados de la arrogancia con que el FMLN reafirma su ortodoxia y sus malas intenciones. Buscan quien les proteja...
¿Cómo funcionó esta maniobra política? El FMLN lanza una iniciativa populista de ley, eliminando la cuota básica de la telefonía fija, sabiendo que el presidente la va a vetar. De paso se lleva a toda la oposición al encuentro, porque nadie quiere aparecer como defensor de las odiadas telefónicas. Entonces, el presidente de la República, el mismo que llevó al FMLN al gobierno, aparece como defensor de la libertad empresarial. “Mire, ahora ni ARENA los puede defender. Yo sí. Yo puedo protegerlos del FMLN...” Los empresarios, asustados por una ley que de un plumazo les quita a tres empresas ingresos de 120 millones al año, abrazan al hombre que les ofrece protección contra su propio partido.
Ambos ganaron: el FMLN, que necesita apoyo popular, porque tiene que pensar en futuras elecciones, se perfiló como el protector del hombre común. El presidente Funes, quien no tendrá que enfrentar ninguna elección más, pero necesita urgentemente gobernabilidad y apoyo de la empresa privada, los consigue perfilándose como protector de la seguridad jurídica y de la libertad empresarial. Y como un estadista que se atreve a tomar decisiones impopulares...
Pero, ¿qué gana ANEP? Hasta la fecha nada. A menos que se deje satisfacer a puro discurso. La amenaza de una segunda fase de la reforma fiscal sigue vigente. Funes no lo la retiró. La falta de una política de seguridad, uno de los puntos principales en el discurso del presidente de ANEP, sigue vigente. El presidente se trajo al ENADE a su gabinete de seguridad, pero en su discurso se limitó a seguir prometiendo un plan de combate a la delincuencia, sin dar ningún detalle. El reclamo fuerte que ANEP le hizo por la inseguridad se ahogó en el abrazo en que terminó el evento.
La noticia del ENADE tendría que haber sido: ANEP demanda a Funes plan de seguridad. Pero los titulares que sacó Funes del ENADE dicen: “Funes pide defender libertad económica”, “Un pacto”, “ENADE encontrará terreno fértil en este gobierno”, “Funes respaldo propuesta ANEP”, “Funes pide defender mercado”, “tranquiliza discurso de Funes”.
Parece que ante el nuevo amor entre los empresarios y el presidente protector, también los medios se fueron en la chicagüita.
(El Diario de Hoy)