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lunes, 28 de marzo de 2022

Telegramas en tiempos de estado de excepción. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 29 marzo 2022

A los pandilleros: Si se sienten defraudados por Bukele, no se lo desquiten con la gente trabajadora.

 

A los soldados y policías: Si se sienten frustrados por la falta de un plan de seguridad, no se lo desquiten con la gente trabajadora.

 

Al director de la Imprenta Nacional: ¿Cómo explica que en las páginas del Diario Oficial, reproducidas en Twitter por el presidente, la página 3 del decreto 333 (Estado de Excepción) lleva la fecha 24 de marzo, aunque la supuesta razón surgió hasta el 26?

 

A Nayib Bukele: ¿Qué día y hora exactamente usted dio la orden de redactar el decreto de Estado de Excepción? ¿Antes o después de la ola de homicidios del 25 y 26 de marzo?

Los ministros de Justicia y de Defensa, junto al director general de la PNC, "patrullando" en un show mediática en un colonia. Les dicen "los 3 chiflados".


 

Al ministro de Justicia: Usted no tiene cargo militar ni policial, sino es un ministro civil de justicia. ¿Entonces, qué estáhaciendo tomándose fotos patrullando fusil en mano y cateando casas y vehículos? Para que usted pudiera posar como Rambo, hubo que desplegar a policías de verdad para cuidarle a usted.

 

Al director de la PNC: Aquí le corrige la plana una constitucionalista: “La cantidad de capturas jamás será un indicador de eficacia de una política de seguridad pública.” 


En dos días del estado de excepción hubo más de 1400 capturas en los barrios pobres


 

Al diputado cian (y antes FMLN) William Soriano: Gracias por confirmarnos que la ola de homicidios se dio porque ustedes decidieron “tocar el bolsillo de las pandillas”, o sea porque el gobierno dejó de pagarles lo pactado.

 

Al diputado cian Carlos H. Bruch: Usted puso “Ja ja ja” en Twitter, burlándose de un abogado que solicitó al procurador de DDHH examinar si el decreto de Estado de Excepción cumple con los estándares de Derechos Humanos. De la misma manera le he escuchado burlarse de quienes acusaron a Pinochet de violar los DDHH.

Posdata: Muy buena tu frase "Ahora aquí se combaten sin tregua las pandillas". Gracias por confirmar que durante 3 años, con tregua, no las combatieron.

 

Al carcelero Osiris Luna: ¿Puede explicar que quiso decir con este tuit que publicó para comentar la solicitud de Estado de Excepción del presidente: “Hoy si, yo creo que ya no van a llegar a un penal”? Tal vez tendrá que ver algo con el siguiente telegrama... 

 

Al procurador de DDHH: ¿Cuál sería su deber, cuando el presidente de la República retuitea este tipo de mensajes: “Nuestro presidente nos acaba de quitar la correa...” o “Órdenes acatados: fuerza letal...” (Comandante Fantasma). 

 

Al fiscal general Delgado: Muy elocuente su tuit que dice: “Cacería”, en respuesta a la solicitud del presidente de decretar el Estado de Excepción. Qué bien que nos deje claro cuál es el papel que le dieron en el gabinete de Seguridad.

 

A los salvadoreños: El régimen de excepción decretado no contiene ninguna medida represiva que las autoridades no hayan aplicado (legal o ilegalmente) a los pandilleros, sin decreto de Excepción. La única diferencia es que ahora las pueden aplicar a todos ustedes. 

 

La pregunta del millón: ¿Para qué Bukele, quien ya controla la Fuerza Armada, la PNC, la fiscalía y las Cortes, necesita suprimir los derechos constitucionales?

 

Al editorialista de El Faro: Publicaste la frase del día: “Nayib Bukele negoció con las pandillas para hacerlas sus socios políticos. Algo falló. Las consecuencias son una terrible ola de asesinatos y un país en Régimen de Excepción.” 

 

A mis lectores: La primera ‘Carta de Paolo’ salió el 13 de enero 2009. La de hoy es el número 2000. Y seguiré jodiendo...


Saludos a todos, Paolo Luers







miércoles, 18 de diciembre de 2019

Carta a un país en el cual nada funciona y la economía está hecha pedazos, según el presidente. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 19 diciembre 2019


Para un presidente decir en público que “nuestra economía entera está hecha pedazos y nada funciona” es inusual, provocador e irresponsable, sobre todo, cuando no es cierto, como en el caso de El Salvador.
Nayib Bukele lo dijo en “60 Minutes”. Si “60 Minutes” todavía tuviera el estilo incisivo que lo convirtió en el clásico programa de periodismo investigativo de la TV de Estado Unidos, los productores hubieran inmediatamente convertido esta frase en el eje central de su investigación. Hubieran hablado con expertos, empresarios, sindicalistas para ver si es cierto que la economía salvadoreña está en un estado de caos donde nada funciona. Y al darse cuenta de que obviamente no es así hubieran preguntado: ¿Por qué el presidente lo dice? ¿Qué hay detrás de semejante afirmación?
La entrevistadora sí se reparó en el carácter disruptivo de la frase de Bukele y dijo: “Eso no es poca cosa que lo diga un presidente…”, pero se lo dejó pasar. No tomó lo dicho por el presidente como razón para cambiar en enfoque de todo el reportaje y entrevista.
¿Qué hubiera hecho Mike Wallace, el legendario reportero de “60 Minutes”? Hubiera dicho: “¡Wow, señor presidente! Entonces veamos más de cerca lo que realmente está pasando en su economía…”.
Luego de la entrevista, hubiera hecho un diagnóstico realista de la economía salvadoreña, obligadamente con el resultado que el presidente de El Salvador está “badmouthing” (haciendo aparecer mal) su propio país y su economía, que tienen muchos problemas pero están lejos de encontrarse en ruinas.
Y de alguna manera, alguien tan experimentado como Mike Wallace con encarar a políticos que dicen cualquier cosa para impresionarlo hubiera llegado a descubrir (no solo en su mente, sino en pantalla) lo que hay detrás de una mentira tan dañina del presidente: un personaje que está profundamente convencido de que este país estará mal mientras él (su familia, su círculo interno) no tome control del resto del Estado (Asamblea, Justicia, Fiscalía) y de los círculos que dirigen la economía.

Pero aun así, con la conductora de “60 Minutes” yendo a otros temas luego de escuchar respuestas tan insólitas por parte de Bukele, el programa comienza a pintar el retrato de un presidente que se siente más importante que el país que le toca presidir: un hombre comido por la ambición de poder.
Aparte de la frase sobre nuestra economía, Bukele confirmó, sin despeinarse y sin abandonar la permanente sonrisa, que las maras se han constituido como “gobierno paralelo”. Otro oportunidad que “60 Minutes” no aprovecha para dar un viraje a su programa sobre El Salvador y su presidente, haciéndose una nueva pregunta: ¿quién está entonces ganando la batalla madre proclamada por el mismo Bukele sobre el “control territorial”?
Invito a los mejores entrevistadores del mundo, gente como Cristiane Amanpour o Anderson Cooper, a ver el programa de “60 Minutes” con Nayib Bukele y a terminar la tarea de entrevistarlo como Dios manda. Aquí nadie lo va a hacer.

Saludos, 


miércoles, 28 de enero de 2015

Carta de respuesta de Edwin Zamora a Paolo

El 20 de enero, publiqué una carta a los candidatos Bukele y Zamora, haciéndoles las siguientes perguntas:
Cuál es su educación académica?
Ambos se presentan como empresarios. ¿Qué empresas dirigieron, y con qué resultados?
¿Están dispuestos a revelar, antes de las elecciones, su patrimonio personal?
¿Tienen acciones o intereses en empresas que son contratistas del Estado?
¿Cuál es su posición frente al SITRAMSS?
Ambos se presentan como “renovadores” de sus respectivos partidos. ¿Cuáles han sido sus acciones concretas para democratizar a su partido?
Aquí las respuestas de Edwin Zamora:

Estimado Paolo:
He leído a detalle tu carta y quiero aclararte que esta “carrera”, como tú la denominas, es por San Salvador. Acepté la candidatura que me ofreció mi partido con la intención de continuar transformando el corazón de nuestro país y de poner mi experiencia al servicio de los capitalinos. No es momento de  construir castillos en el aire. Aterricemos y hablemos de lo que nos compete: San Salvador.
Ciertamente la participación de los columnitas, articulistas, periodistas y personas que  - indiferentemente de su profesión- ocupan un Medio para exponer sus ideas es valiosa al momento de un autoanálisis de cualquier funcionario público o candidato; son importantes para sentar las bases del debate que está por venir, de un debate serio, franco y verdadero.
Dicho esto,  paso a responder tus interrogantes, aunque sinceramente hay algunas que no veo razones para ahondar en ellas y otras que considero deben ser respondidas en un espacio más amplio y adecuado para explicar detalles.
- Sobre mi educación puedo decirte que gracias a mis padres tuve el privilegio de estudiar en un colegio bilingüe (Escuela Americana) y pude comprobar que el inglés abre puertas. Estudié ingeniería textil en la North Carolina State University, misma en la cual saqué la maestría en Ingeniería industrial.
- Mi primera experiencia laboral -a mis 22 años, tras graduarme de la maestría- fue en Pasamanería, Ecuador, donde por cinco años tuve la oportunidad de tener un cargo gerencial. Vine a El Salvador y me incorporé a la empresa familiar como gerente de producción, empresa que en ese momento tenía 120 empleados. En el transcurso del tiempo he fundado 8 empresas… pero creo que la gente lo que quiere, más que la lista de mis trabajos anteriores, es tener la certeza que su alcalde tiene las características necesarias para gerenciar la ciudad. yo las tengo. Lo he dicho en varias ocasiones, Dios me dio la bendición de ver cumplida una de mis metas,  esa empresa de 120 empleados llegó a los  10,000 empleos y ahora  es una de las mayores generadoras de trabajo en el país.
- Mi patrimonio personal no tiene ningún secreto. Para optar a la candidatura como diputado presenté a la CSJ mi patrimonio personal y familiar, mismo que tendré que presentar al cerrar el período para el cual fui electo como diputado.
- No soy concesionario del Estado, lo demostré cuando con intenciones políticas el FMLN me señaló como tal. No tengo contratos con el Estado ni los he tenido.
- En el caso del SITRAMSS, el que considero uno de las malas ideas del FMLN, puedo asegurar que desde las competencias municipales presionaremos por el orden y transitabilidad en San Salvador,  de la búsqueda de una solución real al problema generado por este sistema. Los alcaldes de los municipios involucrados están en todo el derecho -y tienen el deber- de exigir el buen uso de las calles que han sido invadidas por este fallido proyecto. 
- En relación a la renovación partidaria puedo decir, con todo orgullo, que mi partido está caminando en la democratización interna y en la apertura de espacios a nuevos liderazgos. Soy fiel testigo de esos cambios que se apresuraron con los resultados del V Congreso Nacionalista del cual me confiaron su coordinación. Somos el único partido que ha implementado el voto secreto y ahora tenemos una oferta electoral más amplia, con  profesionales y otros interesados en servir al país que no tenían mayor militancia partidaria. Falta por hacer, pero vamos por el camino correcto.
Aún queda mucho por decir, pero te invito a ti y a tus lectores a buscar respuestas de sus dudas en los proyectos y programas que tengo para San Salvador, en la experiencia de ARENA para gobernar y en la capacidad de este su servidor para pasar de los sueños a los hechos.
Saludos, Edwin Zamora

Aun estamos esperando las respuestas del candidato Bukele. Está bien que no me las dé a mi. Las debe a los ciudadanos. Tampoco aprovechó el debate del 27 de enero para aclarar las dudas. Por lo contrario: sembró más dudas, por ejemplo sobre su administración en Nuevo Cuscatlán, sus empresas, su manejo de la verdad…
En espera de palabras claras, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)

domingo, 20 de julio de 2014

“Se metieron con nuestro oficio”: Conversación entre Paolo Luers y Oscar Martínez (El Faro) sobre los riesgos y dilemas del periodismo

Ya es conocido el caso de la detención de Oscar Martínez, cronista del periódico digital El Faro, por policías que estaban dando seguimiento al investigativo del periodista y a sus fuentes. El Faro y El Diario de Hoy dieron a conocer el caso, y se hicieron las denuncias pertinentes, incluso a la Sociedad Internacional de Periódicos SIP. El Diario de Hoy, para explorar el trasfondo y las consecuencias de este caso para el periodismo, pidió una entrevista a Oscar Martínez. Lo que salió, es una conversación sobre los riesgos y dilemas del periodismo investigativo.
Mira Oscar, ¿qué te llevó a la conclusión que este incidente no fue una rutina o una coincidencia?
No fue conclusión. Fue un mensaje directo de los policías. Uno de ellos me dijo: “Nos han ordenado de arriba montar este retén para detenerte. Nos han ordenado que te intervengamos”. Estas fueron las palabras.

¿Qué buscaban?
Insistieron que yo les relevara el apodo y el nombre completo de mi fuente. El primer agente que me interrogó nunca me preguntó por el lugar, o por qué había ido a tal lugar, o si era mío el vehículo. La pregunta directa era “aunque sea dame el apodo de la persona que fuiste a entrevistar, no te creo que no lo conozcás..” El segundo agente de la DAN fue más hostil, me dijo que me podía desarmarme el carro si él quería, para buscar droga, y me preguntó directamente, pero casi como una afirmación: “Vos venís de este lugar para ver a fulano de tal – y me mencionó el apodo por el cual es conocida la persona.

Entonces, no fue un procedimiento de investigación, porque ya sabía con quien habías hablado.
Ya sabían de donde venía, ya sabían con quién había hablado. No creo que ellos pensaran que yo estaba transportando drogas de este lugar a San Salvador. Es un lugar donde se mueve mucha droga, la frontera con Guatemala.

¿Te revisaron el carro por drogas?
Lo revisaron por encima, ni siquiera abrieron el motor, ni las llantas, nunca hubo una revisión real. No buscaron nada.

¿Cómo fue el operativo para detenerte?
El 911 puso un retén en el desvío a San Salvador que evita pasar por Santa Ana. Ya sabían que yo iba a pasar por ahí. Cuando pasé, los agentes del retén, del 911, vieron un papel y mis placas – y yo ya sabía que me iban a parar. Pasé, y desmontaron el retén, nos siguieren, me dieron luces altas, se bajaron armados y nos bajaron. A los minutos aparecieron 2 agentes de la DAN encapuchados, uno con arma larga. Aparecieron de la nada, del monte, salieron de un charral donde estaban esperando.

Si no era un procedimiento de investigación, porque ya sabían con quien habías hablado, ¿cuál es la otra hipótesis? ¿Es intimidación?
Mi hipótesis es que a alguien en la PNC le molesta que yo hable con esta fuente. Intentaron a asustarme. Tal vez pensaron  que esto me intimida y que nunca más voy a  ir a esta zona para volver a contactar a esta fuente.

Bueno, para conseguir esto necesitan crearte miedo que a vos te puede pasar algo, es suficiente crearte miedo que a tu fuente le va a pasar algo. Sería lo más delicado para un periodista…
Ya lo intentaron por este lado. Cuando la fuente estaba en un lugar, supuestamente bajo protección de la PNC, investigadores de Ahuachapán lo amenazaron por hablar conmigo. De hecho, le dijeron a esta fuente –que en ese momento estaba protegido por el Estado, como testigo- que si hablaba conmigo, le iban a retirar la protección. Y que además, si hablaba mal de algún policía, ellos mismos le podían hacer algo… El nunca identificó directamente a estos policías que le amenazaron, pero yo tengo idea de quienes fueron.

¿Por qué es la DAN que te interroga sobre tu relación con esta fuente?
No tengo todos los cabos atados, pero cualquier investigador puede tener un chero en la DAN y pedirle el favor. Todavía no termino de cerrar el rompecabezas. Ya hay una investigación policial. Hoy me llamó una persona de la Inspectoría de la PNC, quien lleva la investigación en Santa Ana, quieren entrevistarme…

Entonces, ¿ya pusiste una denuncia ante la fiscalía sobre la actuación de la policía?
Nuestro director Carlos Dada intentó comunicarse con el ministro, y nos contestó a través de Manuel Melgar (el secretario privado de la presidencia). Melgar dijo que se iba a ordenar una investigación.

¿No fue el desliz de unos subalternos?
Ellos mismos dijeron que la orden venía de arriba. Sabían de dónde venía y con quien había hablado. No sé si me habían seguido desde mi casa, porque el carro lo recibí a las 7 de la mañana en mi casa. Esto ya significaría que hay un seguimiento sistemático a periodistas para identificar sus fuentes…

No estamos hablando de cualquier fuente, sino de una fuente que habla con un periodista sobre procedimientos y posibles delitos de policías. Es gravísimo. Es grave de las dos formas – o te pegaron la cola desde tu casa, siguiéndote para identificar tu fuente; o estaban vigilando a tu fuente, y cuando se dan cuenta que aparece un periodista, le siguieron para detenerle e interrogarle. De ambas formas estaban investigando la relación entre fuente y periodista.
Claro, era un retén para detener a un periodista. Y el punto de interés era mi fuente. Es algo nuevo y es grave.

¿Qué te plantea a vos? ¿Es nuevo que vos te sientas bajo investigación y seguimiento en el terreno?
Creo ya haber detectado que me sigue una persona, incluso cuando iba a hacer entrevistas. Pero es la primera vez que agentes que se identifican como policías hacen un acto tan descarado de detenerme.

¿Qué problema te plantea a vos como periodista investigativo en cuanto al punto clave: la confiabilidad y protección de tus fuentes?
Nos plantea un serio problema. Ellos me siguieren, saben adónde fui y a quiénes contacté, y lo más preocupante: fue un operativo sofisticado, porque no fui capaz de detectarlo. Posiblemente yo los llevé a mi fuente. Como periodista investigativo me pone en un dilema, me han puesto a prueba mi capacidad de proteger a mi fuente. Yo tengo que seguir hablando con fuentes de este tipo, tengo que replantearme qué les digo a ciertas fuentes a la hora de podérmeles acercar. Es injusto que un periodista esté en riesgo por su trabajo, pero es aun más delicado que una fuente, por hablar con un periodista, se exponga a riesgos. Es delicado para él y para el periodismo.

Habláme un poco más de esta fuente.
Este es un tipo que ha coqueteado con la muerte, que ha estado muy metido dentro del mundo del crimen. Se mueve por muchos lugares rurales – y si un día sale la noticia que a él lo asesinan “gente vestida de policías y fuertemente armados”, ¿qué debo pensar yo? Es una desprotección increíble que se me manifiesta a partir del retén que me ponen.

Resumamos, ¿era ilegal ponerte el retén?
A cualquier periodista lo pueden detener si sospechan de él. Es legítimo. Yo salí en un pickup polarizado de un cantón fronterizo, donde se mueve mucha droga. Si a mi me paraba la DAN y me dice: Manos arriba, vamos a ver si andás armado, te vamos a revisar el carro – no lo veo ningún problema. Pueden parar a los periodistas, como a cualquier otro – pero no me pueden parar como me pararon a mi: con la única intención de indagar sobre mi relación con mi fuente. Te pueden revisar el carro, un periodista puede andar transportando drogas, claro que sí. Pero no pueden amedrentare con llevarte 72 horas si no colaborás, porque estas fueron sus palabras - y colaborar significa revelar tus fuentes. Esto sí es meterse con tu oficio.

Oscar, los dos somos periodistas que con frecuencia trabajamos historias que solamente se pueden contar abriendo fuentes con personas que cometen delitos. Hay historias que de otra manera, sin hablar con personas al margen de ley, no se pueden contar – y estamos convencidos que estas historias tienen que contarse. Entonces, existe un  problema de confidencialidad, de cómo garantizar la seguridad de nuestras fuentes. Pero aparte de esto, ¿vos ves un problema ético cuando entrevistás a fuentes criminales? 
La regla que no puedes entrevistar a criminales no existe en el periodismo…

Ni en la ley…
Ni en la ley. Tampoco existe una regla que no podés encubrir esta fuente, o sea, que tenés que revelarla. Uno puede hablar con criminales y ocultar su identidad, para que no los reconozcan y no los metan presos o los maten. Si yo hablo con el coyote de mi última nota, él me pide que no revele su identidad, porque si la revelo, lo van a ir a traer.
Por otra parte, uno no puede ser cómplice de delitos. O sea, si una fuente me dice que va a cometer un homicidio, yo estoy en la obligación, como cualquier ciudadano, a informar a la policía. Los periodistas constantemente tenemos que aplicar un criterio. Y sobre cada caso y cada decisión tenemos que tener argumentos. Nada es automático, cada caso te puede plantear nuevos dilemas y nuevas reglas.

Bueno, si existe un dilema, es entre vos y tu editor y entre vos y tus lectores, pero no entre vos y la policía. 
Totalmente. En el momento que te dicen: Yo fiscal o yo policía necesito tener toda la información que tú tienes sobre tu fuente, es acoso al periodismo.

Dirán que exigimos inmunidad para los periodistas.
No pido inmunidad. Si la policía creía que yo transportaba drogas, tenían todo el derecho de revisarme hasta los zapatos. Un periodista no está eximido de cometer delitos. No nos tiene que cubrir ninguna inmunidad. Con que sospechan de mi que soy marero, aunque me identifique de periodista de El Faro - y me traten como presunto marero, con esto no tengo ningún problema. Si me golpean es otra cosa, ya sería una ilegalidad.

Sería ilegal en el caso tuyo, como en el caso de cualquier pandillero.
Ahora, que se metan con mi trabajo, esto es un amedrentamiento. Y yo quiere saber quien lo ordenó. Esto no venía de estos dos agentes de la DAN. Yo no creo que ellos hayan pensado una tarde: Vamos a ir a joder a este tipo, pongámonos en este sol de mediodía, pongámonos este calcetín en la cabeza, y vamos a molestar a este periodista. No, alguien se les ordenó. Y yo quiero que el director de la policía o el ministro me conteste quién fue y porqué.

¿Ellos tienen derecho a interrogarte sin identificarse?
Creo que no. Tampoco creo que tienen derecho a descamisarte en la vía pública. Tampoco creo que está en alguna ley que no puedo usar mi teléfono mientras hacen su pesquisa. Ellos dijeron: Mientras dure nuestra pesquisa, no puedes usar tu teléfono. ¿Y si su pesquisa dura 72 horas, mi mujer y mi hija y mi periódico no van a saber adónde estoy? Yo les dije explícitamente: Tengo que hablar a mi periódico, porque nosotros tenemos un monitor, cuando vamos a lugares de riesgo, y si no me reporto, da alerta…

Pero esto lo hacen con cualquiera. 
Hubo ahí muchas cosas que no deberían hacer, pero que las aplican a muchas personas, que no son periodistas, y que no las deberían de aplicar a nadie. Y otras que directamente atentaban contra el oficio periodístico.

Esta distinción que vos hacés es clara y oportuna: Te pueden investigar si tienen sospecha de un delito, pero no pueden investigar tu procedimiento profesional, sobre todo lo relacionado con tus fuentes. Y mucho menos con fuentes que pueden ser relevantes en la investigación periodística de abusos policiales. Si yo no puedo proteger mis fuentes, no voy a tener fuentes.
De todos modos: ¿Cuál es el delito de ir a hablar a un tipo en un cantón? Quiero regresar a este dilema: ¿Podemos nosotros los periodistas hablar con criminales? Esta pregunta a los lectores les puede causarles mucha duda. ¿Porqué uno como periodista tiene la prerrogativa de hablar con criminales? ¿Y porqué encubro el nombre, protegiéndolo?

¿Cual es tu respuesta, Oscar?
Porque creemos que lo que él va a contar es muy valioso para la sociedad. Porque creemos que sólo él tiene la información de ciertas cosas.

Cualquier historia tiene varios lados. Y un lado es el del delincuente, del victimario. Contar la versión del delincuente, del coyote, del pandillero no significa valorar su posición o justificar su acción. No tomarlo en cuente es restarle una parte a la historia.
Ahí hay una gran reto para el periodismo. El periodista tiene que ser honesto. Nunca he presentado una fuente criminal diciendo que es un buen tipo. No, estoy hablando con un tipo que es un asesino. Aunque no revelo su nombre, revelo sus condiciones. Porque el lector tiene derecho de saber quién es tu fuente y qué hace. Y creo en lo que me dice, porque tengo dos años y medio de hablar con él.  Me ha contado cosas que no ha contado a nadie, ni a su mamá. El periodismo tiene un regla inviolable: Tienes que ser honesto con el lector. Si vos hacés un perfil sobre una persona con la cual cenaste un día, no es honesto.

Puedes citar una fuente que solo conocés de una cena, pero tenés que decirlo.
Correcto. Y siempre tenés que decir que es un criminal, incluso explicar su historial, hasta donde puedes sin revelar su identidad.

Para concluir, Oscar: Para el trabajo tuyo y de El Faro, ¿qué conclusiones sacás de todo esto?
Exigir a las autoridades que nos revelen con honestidad qué pasó y de dónde salió la orden. Es una prueba para las nuevas autoridades

Prueba de cómo van a manejarse con la prensa?
Sí. ¿Van a respetar el trabajo de la prensa, o no?
(El Diario de Hoy)