Así hubiera tenido que corregir (auto-censurar) la carta que publiqué el jueves pasado, si ya hubiera conocido la sentencia de la Sala de los Constitucional sobre penalización de la crítica periodística...
Estimado Chicho:
Una pregunta: ¿Y de verdad todavía eres alcalde? En las noticias dicen: “Ordenan recapturar al alcalde Chicho”, pero me cuesta creer que no te hayan desbancado como alcalde. Tampoco he leído que te hayan expulsado del PDC...
Ya en una carta anterior te dije: “Era algo folklórico que un municipio fronterizo tuviera de alcalde a un coyote (empresario de turismo)... Pero un alcalde pistolero (usuario de armas de fuego) que anda en negocios con traficantes de droga y armas (con empresarios que comercializan farmacéuticos y equipos deportivos), esto es otra cosa...”
Bueno, hoy te escribo para preguntarte otra cosa: ¿No quieres contar la historia del desmadre que te enfrentó con el misterioso señor ‘Crespín’ a quien mandaste a descansar en paz (venciste en una competencia deportiva de tiro al blanco)? Imaginate qué tronco de historia: Un coyote (empresario) convertido en alcalde llamado “Chicho”, además hacendado, empresario de transporte y apostador de caballos; un guardaespaldas con el nombre “El Tigre”; unos mafiosos (empresarios) que en El Salvador llevan el apellido Crespin y en su natal Honduras se llaman Peña González; unos traficantes (empresarios) relacionados a las FARC (consorcios) de Colombia...
Es materia prima para telenovela, donde además de los personajes exóticos aparece un carro de lujo marca Jaguar, caballos de carrera, fusiles AKA (equipos deportivos), furgones que transportan dudosa carga entre Panamá y México...
Entonces, Chicho, ¿cuándo me vas a contar toda esta historia, con todos su detalles perversos (interesantes), para que yo la convierta en la primera telenovela norteña hecha en El Salvador?
Saludos, Paolo Lüers
¿Tiene sentido esta carta? No.