Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 28 mayo 2020
Dear Mr. Johnson:
Primero quiero expresarle nuestros agradecimientos por las 250 máquinas de respiración, que recién entregó al presidente Bukele en un acto público en el Hospital Rosales. Es un aporte valioso a nuestro sistema de salud, que enfrenta el reto de la epidemia.
Ojalá que nuestro gobierno sepa hacer el uso más racional y provechoso de estos equipos. En el acto oficial de entrega celebrado en la futura sala de cuidados intensivos del Hospital Rosales, usted fue testigo que el presidente Bukele dijo que ahí mismo, en esa nueva sala, se van a instalar una parte de las máquinas de respiración recibidas, porque “aquí se van a debatir entre la vida y la muerte los pacientes de Covid-19”. Enseguida el presidente anunció que lo mismo va a pasar en los siguientes Hospitales: Zacamil, Benjamin Bloom, Militar, Saldaña y Nacional de la Mujer.
Esto significa que el gobierno está abandonando el concepto original de concentrar a los pacientes del Covid19 en instalaciones hospitalarias muy aparte de los hospitales generales, que dan atención a toda la población.
Al Hospital Rosales acuden diariamente miles de pacientes de todos los rincones del país, con enfermedades que no pueden ser atendidas en los hospitales regionales.
Lo mismo es cierto para el Bloom, que es el único hospital de niños en el país, para el Hospital Nacional de la Mujer y el Saldaña. Este último es el hospital especializado en atención a enfermos de tuberculosis y otras enfermedades pulmonares, o sea sus pacientes constituyen el grupo más vulnerable frente al Covid-19.
Era correcta la decisión original de no concentrar pacientes de Covid19 en estos hospitales, por el evidente peligro de que los miles de pacientes ahí hospitalizados, operados o pasando consulta se contagien del virus y lo propaguen a sus lugares de origen.
No sabemos por qué el presidente desechó este concepto. Ya establecieron los hospitales San Rafael en Santa Tecla y Amatepec en Soyapango como centros de atención a Covid19.
Disponen además de dos hospitales que están listos, pero que todavía no han sido puestos a funcionar: el nuevo Hospital del ISSS de San Miguel y el Hospital La Ceiba, instalado en el ex hotel Siesta.
Me imagino que el gobierno ahorita recurre, contra toda lógica, a sus hospitales generales, porque ya no cree en su propia promesa de tener listo en junio el súper hospital en el CIFCO.
La responsabilidad suya, como embajador del país que generosamente donó los equipos, no puede terminar con la entrega simbólica al presidente de la República. Tiene que preocuparse del uso racional y efectivo que nuestro gobierno haga de esta donación.
Para garantizar su uso efectivo tienen que tomarse decisiones basadas en asesoría profesional y científica – y no en caprichos o estrategias de comunicación de Casa Presidencial.
Confiamos que usted va a responder a esta responsabilidad.
Saludos,