Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 22 agosto 2019
Estimados señores Antonio Guterres y Luis Almagro:
Como aquí en El Salvador todo el asunto de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIES) se estámanejando en la total oscuridad, ni siquiera sabemos con quién en la comunidad internacional nuestro presidente, Nayib Bukele, está negociando la conformación de esta entidad. Con alguien tienen que estar hablando cuando anuncian que esta comisión iniciará su trabajo antes de que terminen los primeros 100 día del gobierno Bukele, o sea el 9 de septiembre 2019, en un poco de más de dos semanas. A menos que todo sea una fantasía, con cualquiera de ustedes dos (o con ambos) tienen que haber hablado los emisarios de Bukele.
Como aquí en El Salvador todo el asunto de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIES) se estámanejando en la total oscuridad, ni siquiera sabemos con quién en la comunidad internacional nuestro presidente, Nayib Bukele, está negociando la conformación de esta entidad. Con alguien tienen que estar hablando cuando anuncian que esta comisión iniciará su trabajo antes de que terminen los primeros 100 día del gobierno Bukele, o sea el 9 de septiembre 2019, en un poco de más de dos semanas. A menos que todo sea una fantasía, con cualquiera de ustedes dos (o con ambos) tienen que haber hablado los emisarios de Bukele.
Quiero que dimensionen lo grave de la situación: el presidente anuncia que en dos semanas va a comenzar a trabajar una Comisión Internacional contra la Impunidad, pero a la fecha NADIE ha hablado sobre el tema con el Fiscal General de la República, quien por mandato constitucional tiene el monopolio de la persecución penal y sin el cual, por tanto, no puede funcionar ninguna entidad que investigue la corrupción y la impunidad. Nadie ha hablado con el fiscal: ni el presidente, ni su gobierno; ni Naciones Unidas ni la Organización de Estados Americanos OEA, organismos que supuestamente van a dar financiamiento y legitimidad al proyecto.
Tampoco ha habido ningún acercamiento del ejecutivo con la Asamblea Legislativa, la cual tendría que ratificar cualquier tipo de convenio internacional que daría vida a una Comisión Internacional que tenga las competencias necesarias para poder combatir la corrupción.
Ya en un plano no solo jurídico e institucional, sino político, la gestión para crear esta comisión solo tendrá la necesaria legitimidad democrática si surge de un acuerdo nacional amplio. Pero a pesar de que nadie ha ni siquiera abierto el debate para crear este acuerdo nacional, el presidente insiste que él va a poner a trabajar esta comisión dentro de dos semanas.
No sabemos qué les han dicho los emisarios del presidente Bukele. Pero seguramente no les han descrito esta situación tan absurda: un presidente insistiendo que ya está por iniciar el mandato una CICIES, pero el fiscal, el Parlamento y la sociedad civil no tienen idea del carácter de la comisión. Y ustedes a lo mejor comparten esta oscuridad. A menos que sean cómplices de este intento de cometer un gigantesco fraude de etiqueta: prometer una CICIES e instalar una CPCIES, una Comisión Presidencial, la cual no tiene ni las competencias ni la independencia necesarias para combatir la corrupción.
No podemos creer que ustedes, como líderes de la comunidad internacional, sean parte de un fraude de esta característica. En cambio, al presidente Bukele muchos lo vemos perfectamente capaz de intentarlo. Su interés no es realmente el combate a la corrupción, sino crear una situación donde puede acusar a los partidos opositores y al “sistema institucional de los mismos de siempre“ a oponerse a la justicia. ¿Cómo se hace esto? Exactamente como lo está haciendo: se presenta el proyecto de una CICIES, pero con características que la hacen inaceptable para los otros órganos del Estado y la oposición. Ellos van a rechazar el proyecto, y el presidente va a gritar: “Vean, los mismos de siempre no quieren que se investigue la corrupción…”
Para que esto funcione, el gobierno salvadoreño necesita que cualquiera de ustedes, a nombre de Naciones Unidas, de la OEA o a lo mejor los dos avalen el proyecto.
La solución del dilema es muy simple: antes de avalar cualquier cosa, entren en consultas con el Fiscal General, la Asamblea Legislativa y los partidos de El Salvador. No se dejen sorprender. Y se van a dar cuenta que nadie quiere una Comisión Presidencial contra la Corrupción y la Impunidad.
Saludos,