Tal vez le llegue tarde esta carta con este buen consejo: O renuncia hoy mismo a su candidatura a la Corte Suprema, o corre riesgo que le condenen.
No estoy hablando de las acusaciones que tiene en la fiscalía por usurpación de funciones, daños, y prevaricato (emitir fallos contrarios a la ley) y otros que tienen nombres feos, pero normalmente no llevan para nada... De estas no se preocupe.
No, estoy hablando del peligro grave que lo condenen a pasar 9 años en la Corte Suprema de Justicia, con colegas que le han perdido el respeto y la confianza. Lo más grave: puede ser que sus amigos del ‘FMLN anaranjado’ le condenen a algo aún peor: pasar 6 años en la Sala de lo Constitucional, como un inútil a la par de 4 profesionales que sí saben de derecho constitucional. Así va a terminar pagando usted sus pecados: 9 años obligado a hacerse el ridículo, 6 en régimen especial. Nuevo años que nadie le va a aceptar jamás un argumento jurídico, mucho menos uno ético...
Tal vez como premio de consolación le den la presidencia de la Corte. Con todos los privilegios que este cargo conlleva. Y con el poder administrativo que le permitirá pagar favores a los rojos-anaranjados: puestos, viajes, viáticos. Pero sin ningún poder sobre las decisiones jurídicas, que quedarían en manos de los magistrados que usted ofendió con sus maniobras y conspiraciones con sindicatos y partidos.
Si ARENA fuera vengativo, dejaría en la recta final de las negociaciones en Casa Presidencial y en la Asamblea de oponerse a su candidatura, y la apoyaría: esto es la condena que usted merece por el pésimo papel que jugó en todo este intento de instalar una Corte paralela. Usted no se merece regresar tranquilamente a su casa en San Miguel. Usted se merece una magistratura – y la humillación permanente que va incluida para alguien que no tiene la altura ni académica ni ética para ejercerla con dignidad.
Así, don Ovidio, la única manera de evitarse esta humillación es que presente su renuncia y regrese a San Miguel para nunca más volver a acercarse a la Corte Suprema de Justicia.
Adios, Paolo Lüers
(Más!/EDH)