Hoy es tu día: la gran fiesta de tu graduación. Disfrútela, ponte a riata y bailá hasta que te caigás. Ahora sos bachiller. Abriste la primer puerta al futuro. Estamos tristes, porque te vas. Y orgullosos, porque vas bien preparado. No sé si lo que aprendiste en el colegio te va a servir mucho en la universidad en Alemania. Nada realmente te prepara para este reto. A mi me costó dos años de universidad para descubrir qué quería hacer de mi vida. Pero no eran años perdidos, sino de búsqueda, probar, equivocarse, toparse con los límites.
Esto te va a tocar sólo, sin tus padres, lejos de tu tierra. A esto me refiero cuando digo que estás bien preparado. Tenés confianza ilimitada en tus potenciales. No tenés miedo a nada. Sos aventado y al mismo tiempo seguro. Sabes confiar en las personas. Sabes hacer que las personas te confíen. Estás abierto a todo – y convencido que el mundo es un escenario de grandes posibilidades. Yo y mis compañeros, a tu edad, vimos al mundo como un “sistema” que hay que derrumbar para construir otro. Y mire el mundo hecho mierda que les estamos heredando a ustedes.
Te creaste a la par mía – y a saber cómo hiciste para nunca dejarte contaminar de mis grandes defectos. Menos uno, el más bello: el optimismo inagotable. Pero no sos desconfiado, como yo. No sos agresivo, como yo. Sos tolerante por carácter, no por convicción, como yo. Sos como yo quisiera ser.
Veo a tus compañeros, y casi todos son así. Todos se quejan de las deficiencias de esta nueva generación: que ustedes no leen libros; que les vale madres la política; que son consumistas... ¿Qué quieren? ¿Que sean como nosotros, que nos hartamos bibliotecas enteras, pero no logramos construir la paz sin antes pasar por guerras?
Veo hacerse adulta una generación con menos complejos, menos enredos, menos hipocresía. Y con más sentido común. ¿Cómo han logrado ser así, a pesar de los desmadres de sus padres, quién sabe?
Les deseo que en el camino no pierdan esta actitud “cool”, relajada, abierta que tienen frente a la vida. No nos copien.
Adelante, hijo, el mundo es tuyo.
Tu padre Paolo
(Más!/EDH)