No se te vaya a ocurrir renunciar, sólo porque piden tu cabeza los hijos de Roque Dalton. Parece absurdo que yo te diga esto, ya que nunca estuve de acuerdo que entraras a este gobierno. Para mi, tu no cabes en este extraño matrimonio entre el FMLN y Funes.
Pero a los amigos hay que defenderlos, y esto lo hice ayer en El Diario de Hoy. No me voy a callar cuando te quieran linchar.
Pero a los amigos también hay que decirles las cosas en la cara cuando cometen errores. Esto lo voy a hacer ahora en esta carta.
Todos esperamos de un hombre como vos que hablés claro y sin pajas sobre lo que pasó en 1975, cuando un grupo de jóvenes se metieron en la clandestinidad de una guerrilla, para la cual no estaban preparados. Que hablés claro sobre los errores que cometieron, y sobre el más grande de todos: haber tratado de resolver un problema interno matando a sus propios compañeros, uno de ellos el poeta Roque Dalton. El poeta no logró entender a ustedes y la lucha armada, y ustedes no lograron entenderlo a él ni al mundo.
De un líder como vos podemos esperar que hablés claro, que nunca te escondás. Los hijos de Roque y todos los salvadoreños tienen el derecho de escuchar de vos qué pasó, por qué pasó, y cuáles eran las lecciones que ustedes sacaron para recuperar la ética sin la cual uno no puede sobrevivir una guerrilla.
Diste declaraciones muy evasivas cuando te entrevistaron en Contrapunto. Vos no tenés derecho de ser evasivo.
Hablá claro y tus amigos te van a apoyar, siempre.
Paolo Lüers
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