"Vuelvo a exigir que abran otra audiencia y hagan lo correcto: no mandarte de regreso a Mariona."
El audio: Carta a Raul Mijango.mp3
Querido hermano:
Como muchos predecimos y como tus jueces se negaron a reconocer, ahora estás luchando por tu vida en una sala de cuidados intensivos del Seguro Social, con neumonía, diabetes, respiración artificial y hemodiálisis. Llevas ya mas de 3 semanas luchando por tu vida conectado a un tubo. Quieren que te mueras. Pero por favor, no les hagás este favor.
Cuando comenzó la persecución judicial contra vos, con el juicio contra la tregua (el cual perdieron dos veces, en el 2016 y en el 2017), yo te dije: “Raúl, al final a vos te van a joder, porque sienten que entre todas las personas que trataron de buscar la pacificación del país, vos sos el más débil, porque sos tan incómodo para la sociedad salvadoreña que muy pocos te van a defender.” Me contestaste: “Tal vez tengás razón, pero qué voy a hacer, recularme? ¡Jamás!”
Siempre has sido incómodo. Lo fuiste como jefe guerrillero, no sólo para el lado opuesto, sino también entre tus compañeros de lucha. Demasiado pegado a principios, demasiado terco, demasiado independiente. Te convertiste, al final de la guerra, en disidente dentro del ERP, porque no estabas de acuerdo con su manera equivocada de reinventarse como partido socialdemócrata, pero sin incorporar en esto nuevo concepto a los miles de combatientes campesinos y sus bases sociales en Oriente. Cuando el ERP salió del Frente, te quedaste, sólo para convertirte nuevamente en disidente. Al fin saliste junto con los Renovadores.
Cuando surgiste como el mediador entre las pandillas, para incluirlas en un proyecto de construir la paz social, no te apoyaron ni tus excompañeros del ERP ni los del FMLN. Este partido, ya en el gobierno, boicoteó el proyecto de pacificación, porque no confiaban en alguien tan independiente como vos. Temían que con alguien como vos de por medio no podían ellos controlar este proceso.
Pero como siempre fuiste un hombre de izquierda y nunca lo escondiste, también la derecha te vio con mucha desconfianza. Terminaste aislado y pocos te iban a defender. Ni la izquierda, ni la derecha. Esto te convirtió en el blanco ideal.
Es por eso que fuiste condenado, en un juicio absurdo, acusado de extorsión, cuando fue la empresa extorsionada que te había rogado a interceder con las pandillas. Los detractores de ‘la tregua’ necesitaban a alguien para cruzificarlo. No lo pudieron hacer con monseñor Fabio Colindres, porque es obispo. No lo pudieron hacer con Oscar Ortiz, quien como alcalde de Santa Tecla se unió al esfuerzo de pacificación, porque hubieran tenido a toda la izquierda defendiéndolo. No lo podían hacer con Miguel Insulza, quien como secretario general de la OEA avaló tu trabajo.
Tenías razón: Recular no se vale. Yo te voy a defender, con lo poco que puedo hacer: Escribir sobre la manera cómo te han perseguido y cómo te quieren destruir. Soy terco también. Aunque muchos dirán que ya aburro hablando de Raúl Mijango, lo voy a seguir haciendo mientras no te saquen de la cárcel para poder recibir la atención médica que necesitás.
Así que vuelvo a exigir que abran otra audiencia y hagan lo correcto: no mandarte de regreso a Mariona.
Sé que no te vas a rendir y no les darás la satisfacción de morirte.
Tu amigo,