lunes, 4 de julio de 2022

Carta a todos que se montan sobre el tema de la extradición de los pandilleros: Más racionalidad, por favor. De Paolo Luers

 No está por nada comprobada la tesis de las autoridades de Estados Unidos de que la MS13, en todos los países donde opera, esté bajo control de una estructura de mando centralizada y que esta sea la ranfla salvadoreña.



Publicado en MAS! y El DIARIO DE HOY, martes 5 julio 2022

Voy a tocar un tema que mis instintos -y mis amigos- me dijeron que no tocara, porque sólo puedo quedar mal con todo el mundo: la controversia sobre la extradición de pandilleros que Estados Unidos exige a El Salvador y la negativa del régimen Bukele.

La cosa es que no estoy convencido de que nuestro país debería extraditar a los miembros de la ranfla de la MS13. Muchos aquí agarran este tema como bandera para profundizar las tensiones entre los gobiernos de Joe Biden y Nayib Bukele. Pero no necesariamente porque esta bandera sea políticamente conveniente, es justa. Me permito expresar dudas.

Antes de que me acusen de defender la posición de Bukele y sus magistrados marionetas en la Corte Suprema, voy a decir que entiendo perfectamente las razones de ellos a negarse a mandar a estos hombres a enfrentar la justicia estadounidense. Sus objeciones no son de carácter jurídico. No pueden entregar a Estados Unidos a los líderes de la MS que son testigos de sus negociaciones, pactos y posteriores rupturas con esta pandilla. Imagínense que decidan hacer un “deal” con el Departamento de Justicia de Estados Unidos y hablar…

Así que las motivaciones y argumentos de la gente de Bukele no requieren mayor análisis. Pero sí los argumentos del gobierno de Estados Unidos, y sobre todo los argumentos de quienes en El Salvador no cesan de exigir que El Salvador extradite a los cabecillas de la MS. Hay argumentos válidos de no rechazar las extradiciones de antemano. Existe un tratado de extradición entre los dos países y un convenio de la OEA. Basado en el último, se hizo una reforma constitucional para permitir la extradición de ciudadanos nacionales, la que antes estaba constitucionalmente vetada.

Pero también hay argumentos válidos para rechazar la solicitud de Estados Unidos, dependiendo de cada caso. El Salvador sólo debería considerar la extradición de personas que han cometido los delitos de los que los acusan en Estados Unidos. Quien ha cometido asesinatos en Estados Unidos, debería ser elegible a la extradición, siempre cuando Estados Unidos presente las pruebas y se comprometa a no aplicar penas que no están contempladas en la ley salvadoreña, como la pena de muerte o la cadena perpetua. En algunos de los 14 casos que reclama Estados Unidos se cumplen estos requisitos, y debería autorizarse la extradición.

Pero en otros casos, para mi criterio, la extradición no procede. El argumento del Departamento de Justicia de Estados Unidos es simplemente que la MS13 es una organización criminal internacional, que tiene un mando central, que es la ranfla en El Salvador, y aplicando la tesis de la línea de mando, responsabilizan a sus miembros de todos los crímenes que miembros residentes en Estados Unidos de la MS13 cometen en este país.

Esta es una fundamentación muy problemática. Como no soy abogado, no me meto en las complicaciones jurídicas de esta argumentación. Me meto en lo fáctico: Estoy convencido de que el alegato es falso. No está para nada comprobado que Borromeo Henríquez, alias el “Diablito de Hollywood”, recluido en cárceles salvadoreñas desde el 2005 y condenado a 30 años, como dirigente máximo de la MS13 en El Salvador tenga mando sobre las clicas de esta pandilla en Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos.

No está por nada comprobada la tesis de las autoridades de Estados Unidos de que la MS13, en todos los países donde opera, esté bajo control de una estructura de mando centralizada y que esta sea la ranfla salvadoreña, cuya mayoría tiene décadas de estar recluida en cárceles de alta seguridad en El Salvador.

Este tipo de solicitudes de extradición, fundamentadas así, deberían rechazarse. Si Estados Unidos no comprueba el involucramiento directo en delitos cometidos en Estados Unidos, no debe haber extradición.

Me van a cuestionar con base en qué elementos llego a la conclusión que no es cierto que las clicas de la MS13 en Los Ángeles u otras ciudades de Estados Unidos sean dirigidas desde El Salvador. Hay dos razones: La más importante es que Estados Unidos nunca lo comprobó. La segunda: todo el conocimiento que obtuve, teniendo contacto directo con los jefes de las pandillas en el contexto de la tregua entre las pandillas del 2012/13, en la cual intervine como periodista y como parte del equipo de mediación, me llevaron a otras conclusiones contrarias. Básicamente que los diferentes contingentes de la pandilla, en los diferentes países, son autónomos. Esto se confirmó cuando se hizo investigaciones con expertos del fenómeno de las pandillas en California. También se confirmó por informes de inteligencia policial y militar del 2012/2013, que no arrojaron ningún indicio de la existencia de un comando central a nivel internacional.

Conclusión: Aunque puede parecer ‘conveniente’ para la oposición apropiarse del tema de la extradición, tratando de profundizar las tensiones del régimen Bukele con Estados Unidos, no es correcto. Hay que tratar este tema con seriedad, como problema constitucional, no por pura conveniencia partidaria, como lo hace el gobierno y, me temo, también muchos opositores.

Vaya. Si con esto me he ganado nuevos enemigos, ni modo. Un país debería extraditar a sus propios ciudadanos solamente en casos muy excepcionales. Esto, para mí, es un asunto ético. Quiero provocar una discusión seria del tema.

Saludos,