Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 2 junio 2022
Ciudadano Alejandro Zelaya:
Luego de tres años de este gobierno, que se empeña en crear una realidad coherente para que la gente esté tranquila, de repente todos estamos tocados de la mente, con problemas para distinguir entre la realidad y la fantasía.
Me imagino que a esto se refirió cuando dijo en la tele: "La inflación no es un fenómeno matemático sino más bien psicológico en la mente de los empresarios y de los ciudadanos”.
Estamos graves, viviendo en la bondad que nos garantiza el gobierno, pero nos imaginamos que hay inflación. Estamos jodidos, algunos tal vez malagradecidos, otros incluso buscando pelos en la sopa, pero en el caso de la gente de a pie son trastornos psicológicos que los inducen a imaginarse que todo se ha vuelto más caro e impagable. Estas ya son alucinaciones y obsesiones.
Toda esta pobre gente que sufre de estos trastornos teóricamente necesitaría ayuda profesional. Porque esta cosa es peligrosa. Si la gente vive en una realidad ficticia, donde todo lo ve más caro, les va a causar angustias. Si se convierte en un fenómeno colectivo, en una sicosis social y compartida, está en peligro la paz social en nuestro país.
Normalmente los empresarios -los ricos, pues, que se preocupan de sus ganancias y sus inversiones- ven con otros ojos la economía que las amas de casa, que tratan de estirar su presupuesto familiar para que alcance para la comida, la ropa, el transporte y la medicina – y además para pagar el alquiler, la tarjeta de crédito y las facturas de luz y agua. Por tanto, en tiempos normales, empresarios y ciudadanos comunes siempre llegan a otras conclusiones y exigencias al gobierno. Nunca se ponen de acuerdo. Entiendo perfectamente su aflicción como ministro de Hacienda, cuando de repente se da cuenta que en el país reina una locura que hace a empresarios y ciudadanos, ricos y pobres, llegar a la misma alucinación de que la economía está mal, que hay inflación, que puede haber un colapso de las finanzas del Estado, y que el gobierno no hace nada. ¡Peligrosísimo!
Qué bueno que ustedes, los iluminados gobernantes, se hayan dado cuenta del peligro, de lo que usted llama “fenómeno psicológico”, que nos crea la falsa percepción de que estamos mal. Tal vez están a tiempo de evitar que esta psicosis colectiva, tan peligrosa porque afecta parejo a ricos y pobres, nos lleve a un descontento social imaginario y explosivo.
No sería la primera vez que pasan este tipo de cosas en nuestra historia reciente. ¿Y no tuvo el presidente Bukele, antes de poder construir la ‘Nueva República’, que destruir la ilusión colectiva, compartida por todo un país de los Acuerdos de Paz? Es más, tuvo que desmontar el mito de la guerra de liberación, cuando la verdad revelada por Nayib Bukele es que fue una disputa entre los famosos mismos de siempre.
Sí, ministro, las realidades paralelas son peligrosas. No permitan que empresarios irresponsables hablen de inflación, impago, crisis fiscal. No permitan que los medios difundan estas mentiras. Y no permitan que los ciudadanos, sobre todo los pobres y muy en especial los que por tres años han apoyado su gobierno, se hundan en fenómenos psicológicos y comiencen a pensar que tienen que defender a sus familias, sus empleos, el futuro de sus hijos. Todas estas cosas en realidad están en buenas manos, por ejemplo las suyas, y no deberían perturbar la mente de la gente.
Gran tarea que tienen por delante, ministro. Requiere activar todo el aparato de publicidad y difusión que tienen a su disposición para forjar la manera en que la gente percibe la realidad.
Buena suerte les desea