Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 17 febrero 2022
El presidente de El Salvador hace lo contrario. Burlándose del peligro de una invasión rusa a Ucrania y de las consecuencias graves para la paz de toda Europa, dijo en sus acostumbrados tuits locos de medianoche: “La verdadera guerra no está en Ucrania, sino en Canadá, Australia, Francia, Bruselas, Inglaterra, Alemania e Italia. Solo quieren que miremos hacia otro lado”. Hace una alusión absurda a los conflictos que tienen en estos países con minorías radicales que se niegan a aceptar las medidas sanitarias de prevención al covid-19, incluyendo la vacunación. Para Bukele, las respuestas firmes de los gobiernos de Canadá, Estados Unidos, Francia y Bélgica a los convoyes de camioneros que tratan de paralizar las ciudades capitales y las fronteras, son la verdadera amenaza a la paz, mientras que las advertencias sobre una invasión rusa en Ucrania para él son intentos de distraer de estos conflictos internos.
De paso sea dicho: En todos los países mencionados, detrás de las movilizaciones anti-vacuna están los grupos populistas de carácter nacionalista, que a su vez son apoyados con financiamiento y campañas propagandísticas por el gobierno de Putin. Precisamente en momentos de grave peligro para la paz en Europa, estos movimientos tratan de desestabilizar a los gobiernos, mientras estos están inmersos en esfuerzos diplomáticos para evitar la invasión rusa en Ucrania y preparando sanciones y respuestas militares en caso que esta invasión se dé.
Es grave el hecho de que en esta situación compleja y peligrosa, Bukele coloca a nuestro país al lado de Rusia. Es aún más grave que apoye a Rusia, precisamente cuando Putin está extorsionando al mundo con una gigantesca concentración de tropas y tanques rodeando a su vecina Ucrania.
Uno se pregunta: ¿Por qué toma una posición tan absurda y peligrosa para nuestro país? Para seguir con su campaña de provocar y desafiar a los Estados Unidos. Y al mismo tiempo, con la expectativa ilusoria de que Rusia lo va a apoyar en su aventura autoritaria y fiscal. Es una locura: invada Ucrania o no, Rusia va a tener que enfrentar situaciones muy críticas en lo económico y financiero, debido al inmenso costo económico de sus movilizaciones militares y a las sanciones que les van a aplicar Estados Unidos y la Unión Europea. Tiene que estar drogado Bukele para pensar que en esta situación su supuesto amigo Putin lo podrá sacar de la crisis fiscal que va a enfrentar El Salvador debido a las aventuras de sus políticas fiscales, incluyendo la “nueva idea” con el Bitcoin.
Aparte de irresponsable y peligroso, es profundamente inmoral esta decisión de Bukele de meterse en conflictos geopolíticos que no entiende y donde nadie lo ha invitado. Ponerse al lado de un país autoritario que amenaza a un país vecino que se encamina a la democracia y la integración europea es repugnante. Aparte de los regímenes más nefastos del mundo, todos los países van a resentir esta actitud y tomar sus medidas. El país perderá mucho más por las sanciones de los países amigos que las migajas que puede ganar con sus nuevos amigos autoritarios en Rusia, China y algunos emiratos árabes.
Regresando a Rusia y Ucrania, Putin posiblemente nunca pensó en realmente hacer realidad sus amenazas militares, por muy drástico que haya sido su cerco militar a Ucrania. Su verdadero objetivo no es la anexión de Ucrania, sino obligar no sólo a Ucrania, sino a todos los países que antes eran parte del imperio soviético a aceptar vivir en una zona de influencia de Rusia y obligar a la Unión Europea y la OTAN a respetar el dominio ruso sobre esta región. Ucrania y Georgia, que ya están en pláticas para su integración a la Unión Europea y la OTAN, perderían su derecho de autodeterminación.
Bukele no es el único que toma el lado equivocado de la historia. Lo hacen los republicanos que quieren que regrese al poder Trump. Lo hacen los movimientos populistas, sean de derecha o de izquierda. Ni siquiera en El Salvador está solo Bukele en su defensa de Putin. Le acompaña un columnista de La Prensa Gráfica, que tiene años de defender a los herederos de la Unión Soviética, hagan lo que hagan. “Ucrania es una joven república con lazos de sangre y territorio con Rusia y a mediano plazo es seguro que terminará entendiéndose con sus hermanos eslavos antes que con Occidente”, escribió David Hernández, repitiendo fielmente el argumento de Vladimir Putin. Este reclama el derecho de Rusia de unir bajo su dominio a todas las naciones eslavas y este nuevo imperialismo es precisamente el peligro para la paz mundial.