Ustedes, los llamados indecisos, son como 1 millón de ciudadanos aptos para votar, pero indecisos. Suficiente para definir las elecciones y el rumbo del país.
No son un grupo homogéneo, sino muy diverso: gente que tradicionalmente han votado por ARENA, pero dejaron de hacerlo porque le perdieron confianza. De estos, algunos pocos votaron por Bukele. La mayoría se quedó en sus casas, resentidos con la política, sin darse cuenta que así facilitaron el ascenso al poder de un populista autoritario. Otros que tradicionalmente han votado por el Frente, pero dejaron de hacerlo en las dos últimas elecciones. La mayoría de ellos votaron por Bukele, pero muchos de ellos ya se distanciaron de su gobierno.
En esta disyuntiva, la abstención no es opción. Quien piensa que con no votar se abstiene, se dará cuenta que de facto votó por dar el control de la Asamblea a Bukele. Y con esto, sucesivamente, el control de la Fiscalía, de la Corte Suprema, de la Corte de Cuentas. Ya tiene el control de la PNC y de la Fuerza Armada, y lo usa a su antojo. Lo que vendría, sería el poder total.
Muchos piensan, con resignación (y otros propagan, porque les conviene), que esto es inevitable. Que ya está decidida esta batalla. Que ustedes no van a votar. Que la oposición va a quedar sola. Pero no es necesario ni lógico que esto pase.
Para ustedes, que por distintas razones (racionales y no tan racionales) están hartos de la política y de la corrupción y ya no creen en ningún partido, ni del gobierno ni tampoco de la oposición, lo más ilógico sería con su abstención abrirle el camino al control total a los más corruptos, abusivos, incapaces y mentirosos de todos: el “Proyecto N”, sostenido por Gana y Nuevas Ideas.
No hay razón ni pretexto para no votar. Hoy terminé de publicar, en estas páginas, la última de 17 entrevistas con 17 candidatos de 6 partidos diferentes. Quería explorar y presentar las caras nuevas. Obviamente hay más que estos 17 que logré incluir. Pero el resultado de mi experimento (que ustedes lo pueden comprobar en las entrevistas publicadas y disponibles en YouTube y sitio elsalvador.com) es que hay suficientes caras nuevas, frescas, competentes y valientes, entre las cuales ustedes pueden escoger.
Los que vienen de la izquierda, encuentran propuestas del Frente como Daniela Genovez o Idalia Zepeda (en San Salvador), o Cristina Cornejo (en La Libertad) excelentes candidatas que tienen la valentía de oponerse tanto al gobierno como a los que dentro de su partido quieren frenar la renovación y el relevo. Incluso, si usted es de izquierda, eche un vistazo a los candidatos de Vamos y Nuestro Tiempo, y encontrará gente progresista como Claudia Ortiz y Roberto Ocampo, Bertha Deleón, Johnny Wright, Leonor Selva y Aida Betancourt. Todos ellos han mostrado valentía y principios democráticos y están abiertos a reformas para alcanzar más justicia social.
La ventaja de estos candidatos de Nuestro Tiempo y Vamos es que también son una opción para votantes que han perdido la confianza en ARENA por su resistencia conservadora a reformas necesarias y políticas liberales.
Los hoy indecisos que vienen de tradiciones de derecha y no quieren apostar a partidos nuevos, encuentran suficientes opciones atractivas en ARENA, el PDC e incluso en el PCN. Hay diputados actuales que han mostrado capacidad y principios, como José Andrés Hernández, quien nunca abandonó el trabajo con las comunidades; como Mauricio Vargas, Karla Hernández, Ricardo Velázquez Parker (todos de ARENA), pero también Mario Ponce del PCN y Rodolfo Parker del PDC. Pero además, quien quiere apostar a la renovación y el relevo en la derecha, encuentra caras nuevas de alta capacidad y comprobada valentía: Sulen Ayala y Juan-Marco Álvarez en el PDC (San Salvador y La Libertad, respectivamente); Juan Carlos Miranda (PCN, San Vicente); y en ARENA figuras como Adela Lemus y Carlos Saade (San Salvador), Claudia Zamora (Santa Ana) y el exembajador Alex Kravetz (La Libertad). A muchos de ellos los he entrevistado y me convencieron. Habrá muchos más, que no menciono, porque no los conozco. Pero ustedes, en sus departamentos, sí los pueden identificar.
Opciones hay para todas las preferencias ideológicas y todos los gustos. De derecha e izquierda. Conservadores y progresistas. Jóvenes y gente con trayectoria. Hombres y mujeres. Todos ellos coinciden en la disposición de trabajar juntos para frenar el autoritarismo, combatir la corrupción y construir una plataforma pluralista para reactivar la economía y revitalizar la democracia.
Yo estoy de acuerdo en que muchos de los actuales diputados no merecen reelección. Pero no hay que dejar un vacío, sino relevarlos con mejores.
No hay pretexto para no votar. Quien no tiene partido, apueste por caras. La abstención es aliada del “proyecto N”. Ustedes, los llamados indecisos, tienen la llave. Úsenla.
Saludos,
