Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 3 octubre 2020
Milena, ‘mi amiga’:
Las instrucciones que te da el presidente, explicándote tu misión en Washington, no las podés fanfarronear al mundo en Twitter. Para poder servir de embajadora de Nayib, aprendé a conspirar, engañar y hablar un doble discurso. Saber mentir no es suficiente.
Si el presidente te explicó que su pacto con Trump implica que El Salvador va a dejar de oponerse a la suspensión del TPS y la posible deportación de los tepesianos, vos no podés poner el día siguiente un tuit como el que pusiste el 28 de septiembre, revelando esta política muy delicada: “El corazón de la nueva agenda con Washington es explicar a nuestros compatriotas que nuestro presidente está generando las condiciones para su retorno”.
La misión que te encomendó el presidente era preparar el terreno en Estados Unidos para esta nueva política, tanto con la diáspora salvadoreña como con el gobierno, el Congreso, la sociedad civil y la opinión pública. Al aceptar este papel, aceptaste ser parte de algo que muchos considerarán traición a la patria. Pero participar en un acto de engaño y traición de esta envergadura, requiere saber conspirar y mentir, pero no mentir bobamente, sino con inteligencia. Entendiste mal el ejemplo de tu presidente de gobernar vía Twitter. Lo que a ti te encomendaron no se hace en Twitter.
Luego fanfarroneaste en otro tuit, el mismo día 28 de septiembre, que “el gobierno prepara al país para que nuestros hermanos en el exterior regresen” y que “Estados Unidos es el que mejor nos ha venido acompañando en estas nuevas ideas”. Pero la cualidad que necesitás para ser embajadora de Nayib Bukele no es ser tuitera fanfarrona, sino que requiere la aptitud del doble discurso, de manejar una doble cara. Para cumplir lo que te encomendaron necesitarías decir a los salvadoreños afectados y asustados por la suspensión del TPS que los vas a defender, y al mismo tiempo convencer a los congresistas opuestos a la política anti-migrantes de Trump que ya no hay necesidad de prolongar el TPS o de inventarse cualquier otra solución que permita a los salvadoreños quedarse en Estados Unidos, porque el maravilloso gobierno de Bukele está creando las condiciones para que pueden regresar a El Salvador y convertirse en inversionistas.
No digo que vos no sabés mentir (como diputada has mostrado que sí), pero dudo que seás apta para un juego diplomático de doble cara como el que necesita tu presidente para engañar a la diáspora y al mismo tiempo al congreso y la opinión pública de Estados Unidos. Conspirar para manipular a las organizaciones de la diáspora y a los congresistas, que han luchado por décadas por los derechos de los migrantes, es otra cosa más sofisticada que tu comprobada capacidad de mentir, primero a los votantes de ARENA, y luego a los partidarios de Nuevas Ideas.
Así que dudo si sos la indicada para implementar la nueva política de doble discurso de Bukele ante la situación de los salvadoreños en Estados Unidos. En las comunidades de la diáspora ya están pintando las pancartas para recibirte como traidora a su causa. El hecho de que el presidente te haya escogido para esta misión confirma que no entiende ni la política estadounidense ni el ánimo de aquella diáspora salvadoreña, que con tanto entusiasmo lo apoyó y que ahora se siente traicionada.
Vas a fracasar, Milena. Estrepitosamente. Y luego de engañar a todos, ¿quién te va a defender?
Saludos,