21 de junio 2020, CIFCO |
Publicado en MAS! y EL DIARUO DE HOY, 23 junio 2020
Estimado ciudadano presidente:
Nuevamente, usted ha logrado conectar con las expectativas y sueños de la gente. En este caso, el sueño de tener un hospital público que atienda con dignidad y calidad a los que no podemos costear los servicios privados de salud.
Nuevamente, usted ha logrado conectar con las expectativas y sueños de la gente. En este caso, el sueño de tener un hospital público que atienda con dignidad y calidad a los que no podemos costear los servicios privados de salud.
Las imágenes transmitidas en la cadena nacional del nuevo hospital instalado en el pabellón Centroamérica de la Feria Internacional llenan de esperanza a un pueblo históricamente privado de un sistema de salud público digno. Disculpe que haga de aguafiestas.
Lastimosamente, no sabemos si estas imágenes transmitidas son representativas para el real progreso del proyecto. El hecho que usted no permitió que la inauguración del hospital fuera presenciada por la prensa, deja amplio espacio para dudar si en el CIFCO todo es realmente tan maravilloso como lo presentan su discurso y las imágenes de las cámaras oficialistas.
Pero apartemos estas dudas hasta que haya indicios que nos obliguen a retomarlas. Demos el beneficio de la duda a lo que están haciendo en el CIFCO. Si logran poner esta semana, así como anunciaron, al servicio de los enfermos del Covid19 una instalación hospitalaria con 105 unidades de cuidado intensivo y 295 unidades de cuidado intermedio, y dotarlas de personal calificado, será un aporte importante para manejar la crisis de la epidemia. Salvará vidas. Y si en un mes, como usted anunció, se pone en operación la fase 2 de este proyecto, y en dos meses la fase 3 (en el edificio que están construyendo en el parqueo), ¡enhorabuena! Pondría fin a la saturación peligrosa que ahora sufren los hospitales nacionales y del Seguro Social, que actualmente no les permite dar abasto ni a los enfermos del Covid ni a los que sufren de otras enfermedades graves.
Quiero decir: Si todo va bien en el CIFCO, y ojalá que sea así, se logra dar una respuesta hospitalaria adecuada a la epidemia. Un poco tarde, pero hay respuesta.
Se podría decir que una serie de improvisaciones, con suerte, habrán producido un resultado bueno. Y no lo digo por criticar. La epidemia obligó a todos los gobiernos del mundo a improvisar. Unos han logrado rápidamente articular una respuesta planificada y ordenada, otros no.
La improvisación, bien hecha, puede terminar dándonos las camas, las UCI, los equipos necesarios para atender la emergencia. Pero ojo: Ni con la mejor de la suerte, las improvisaciones van a producir, por arte de magia, un Hospital El Salvador, que más allá de la emergencia provea al país de servicios integrales de salud. Por esto, nos tomó de sorpresa y nos provocó preocupación su anuncio que lo que estaba inaugurando era la primera fase de un hospital permanente de alta calidad, que iba a llenar un vacío histórico en el sistema de salud pública.
Fue un anuncio muy atrevido, si no irresponsable, resultado de querer sustituir con la improvisación la planificación seria y científica que exige el diseño, la construcción y la puesta en operación de un hospital general. Los hospitales son organizaciones complejas, donde todos los elementos tienen que formar un engranaje lógico y orgánico.
Usted puede encargar al MOP que se haga cargo de crear facilidades donde pueden acomodarse mil camas con sus implementos técnicos para responder a una emergencia. Pero no puede encargar al MOP inventarse un hospital permanente y completo. Para esto se necesita estudios y diseños hechos por expertos. No es por decreto que se crea un hospital, es un proceso fundacional.
Un hospital no es la suma de sus camas con sus respectivos servicios técnicos. Para funcionar, necesita de todas las especialidades que necesitan trabajar juntos. Cuando operan a alguien del corazón, intervienen en el proceso neumólogos, cardiólogos, cirujanos, anestesistas, nefrólogos e internistas.
Usted puede decir: Ya verán, todo esto vamos a instalar en el CIFCO, una vez que pase la crisis. ¿Y el Rosales? Están aprobados los fondos para la ampliación del Rosales, que es EL Hospital Nacional. Hay avance de diseños. Todo esto usted lo heredó, pero no ha avanzado en nada durante un año.
¿Quiere sustituir el Rosales por el Hospital El Salvador en el CIFCO? Mejor recoja la opinión de los médicos, de los especialistas internacionales en diseño de hospitales, antes de tomar decisiones improvisadas con tantas consecuencias.