Publicado en MAS y DIARIO DE HOY, jueves 30 de abril 2020
En estos días, las redes sociales están siendo inundadas por dos tipos de imágenes, que parecen contradictorias, aunque provengan de las mismas fuentes oficiales del gobierno. Unas corresponden a una campaña llamada #QuéBonitaDictadura, dirigida por Porfirio Chica, expropagandista de René Figueroa y Tony Saca, hoy asesor comunicacional de Nayib Bukele. La campaña es bien simple: mandar a los fotógrafos oficiales a poner en escena imágenes de soldados y policías fuertemente armados, ayudando a viejitas, acariciando chuchos, cargando bultos. Cualquiera con carnet de Casa Presidencial puede orquestar ese tipo de situaciones.
Pero al mismo tiempo que sale esta campaña, que quiere vender la imagen de una dictadura amable, sale otra: docenas de fotos al estilo de campos de concentración, con unos “héroes robocop” humillando a cientos de pandilleros presos, medio chulones, rapados, sometidos y hacinados. Es la cara opuesta: la dictadura dura e inclemente con los criminales.
Cuando comenzaron a salir estas fotos de los penales en cuentas oficiales del gobierno, uno se preguntaba: ¿Y no saben el costo político que pagarán por exhibir de manera tan desafiante sus propias violaciones a los derechos humanos?
Y cabal, periódicos de todo el mundo, miembros del Congreso de Estados Unidos y organizaciones internacionales de derechos humanos ya comenzaron a reclamar a Bukele esas practicas y su exhibición excesiva. Entonces, ¿por qué lo hacen?
Lo hacen para construir la narrativa de una dictadura que solo reprime a los malos, mientras que defiende, protege y apoya a los pobres. Así que ningún ciudadano honesto tiene que tener miedo a esa dictadura.
El efecto común entre las dos caras de la doble campaña es irnos acostumbrando, medio en broma y bien en serio, a la idea de una nueva dictadura en El Salvador. Hace solo un año, esta idea era descabellada y nadie la introdujo en el debate político serio. Hoy a menos de un año de gobierno de Nayib Bukele y a raíz de sus propias campañas propagandísticas, el concepto de una nueva dictadura aparece en todas las conversaciones.
No extraña que los opositores y críticos a este gobierno comencemos a preguntarnos cuándo un gobierno que con tanta facilidad viola leyes y protecciones constitucionales aplicará esas practicas contra sus opositores. Con esas campañas, el gobierno prepara en la mente de los ciudadanos el terreno para dar el siguiente paso.
Saludos,