Buena parte de estos niños enjaulados en campos de internamiento improvisados y lejos de sus padres son salvadoreños. Todo esto no pasa por accidente o por abuso de poder de unos agentes migratorios, sino es política declarada del gobierno de Trump.
Uno pensaría que cualquier gobierno, ante un atropello tan sistemático a sus niños, llamaría a la embajadora de Estados Unidos para que explique como su gobierno piensa resolver esta crisis humanitaria – y para mandar a su presidente la enérgica condena de parte del Estado salvadoreño.
Nada de esto está pasando. El gobierno de Sánchez Cerén publicó un comunicado aguado, ni siquiera dirigido al gobierno de Estados Unidos, que no expresa condena, sino ‘preocupación’… Que irónico que a la hora que de verdad se requiere patriotismo, los anti imperialistas del FMLN resultan cobardes. Son anti imperialistas de cafetín y de actos electorales, más no a la hora de ponerle el pecho a Trump.
¿Y nuestra derecha tan declaradamente nacionalista? Aquí la declaración de su candidato presidencial: “Me duele profundamente escuchar el sufrimiento de hijos de compatriotas, pasando por este trauma. Nuestro gobierno debe actuar, fortaleciendo las relaciones con EE.UU. para trabajar juntos en encontrar una solución”.
Resulta que a la hora de enfrentar políticas de Estados Unidos que violan nuestro interés nacional, nuestros ‘nacionalistas’ son tan tigres de papel que los anti imperialistas de izquierda. Me imagino que el mayor D’Aubuisson, quien nunca tuvo empacho de pararse ante Washington, diría a sus herederos lo mismo que Schafick Handal diría a sus suyos: “¡No sean cobardes!”
Yo no soy ni anti imperialista ni nacionalista. Siempre tuve la certeza que ambos son posturas populistas, invocando al pueblo – unos con criterios de clase, otros de identidad étnica. Los verdaderos patriotas son gente que tienen principios válidos sin consideraciones de identidades artificiales de etnia, raza, clase, o dependencias geopolíticas o ideológicas. El verdadero patriotismo tiene que expresarse siempre cuando sea quien sea pisotea los derechos humanos de nuestra gente. No puede haber un patriotismo anti cubano que se calla cuando Trump pisotea los derechos de nuestros migrantes – ni tampoco un patriotismo anti gringo que se calla ante las atrocidades de los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Por supuesto que hay que usar la diplomacia frente a Estados Unidos, como propone el gobierno salvadoreño, pero luego de hablarle claro a Trump. Por supuesto que hay que “fortalecer las relaciones con Estados Unidos”, como propone Calleja, pero Trump no es Estados Unidos, y la mayoría de la sociedad norteamericana condena sus abusos racistas.
Si el gobierno de los anti imperialistas no tiene el valor para citar a la embajadora y mandar mensajes claros a Trump, necesitamos que este vacío lo llenen la oposición y la sociedad civil. No pueden citar a la embajadora, pero sí pueden hablarle. Si ARENA ante el atropello a nuestros niños no toma posiciones firmes, mejor dejen de llamarse nacionalistas. De paso sea dicho: Nayib Bukele convenientemente se olvidó de su papel de redentor del pueblo y no dice nada…
Saludos,
Posdata:
Ayer anunció la Casa Blanca que Trump firmó un decreto presidencial para suspender la política de separar a los niños sus padres. Retrocedió ante la presión interna de la sociedad norteamericana, a pesar de la actitud cobarde de los gobiernos de los países de origen de los niños internados.
(MAS! / El Diario de Hoy)