Pero cuidado con el triunfalismo. Viendo bien los resultados, ARENA
no ha superado su resultado del 2015. En 2015 ARENA obtuvo 885374 votos
para diputados. Ahora, si proyectamos los resultados preliminares con
72% de actas escrutadas al 100%, habrán obtenido 856000 votos para
diputados. Igual en las elecciones del alcalde de San Salvador: En el
2015, Edwin Zamora consiguió 82288 votos (contra 89164 de Bukele).
Ahora, proyectando los votos de Ernesto Muyshondt al 100% de las actas,
llegarían a 86500. Apenas 4000 más, y todavía menos que Bukele en 2015.
ARENA no creció, lo que pasó el 4 de marzo es que el FMLN se desplomó.
Ustedes tienen todo derecho de celebrarlo, pero no saquen conclusiones
falsas. La conclusión correcta y realista es: Hay una buen noticia y una
mala. La buena: ARENA logró derrotar la tesis que es igual al FMLN, y
que por tanto el desencanto de la ciudadanía lo afecta igual. No es
cierto, y esto para ustedes es buena noticia. El electorado castigó al
FMLN, por razones obvias, y no castigó al partido ARENA.
La mala noticia: El partido ARENA todavía no está creciendo. El pueblo no lo castigó, pero tampoco lo premió.
La conclusión de la buena y de la mala noticia: Hay mucho por hacer
para construir una nueva mayoría, que en el 2019 permita a ARENA asumir
el gobierno. Entonces, celebren el buen resultado, pero no se den la
paja que la batalla ya está ganada. La verdadera batalla es en febrero
2019.
¿Cómo ha logrado ARENA derrotar la tesis de que el desencanto de 60%
de los ciudadanos con la política afectará por igual a todos los
partidos? Hablando mucho de renovación. Con cierta credibilidad, por que
de hecho abrió algunos espacios de democracia interna, de debate
interna, de renovación. Por ejemplo la contienda interna para elegir a
su candidato presidencial. Hoy le toca a ARENA mostrar que va en serio
con su renovación y su vocación democrática. Ya no en discurso, sino en
hechos.
Hay dos grandes retos en este sentido, y la gente va a observar con
qué determinación democrática ARENA los enfrentará. Primero, las
primarias para elegir a su candidato presidencial. Ustedes como
militantes tienen que garantizar una contienda justa, sin imposiciones,
sin manipulaciones, sin verticalismo, con debates francos y de altura – y
al final con unidad fortalecida.
El segundo reto: ¿Cómo van a usar durante el año 2018 su nueva fuerza
en la Asamblea Legislativa? Si los ciudadanos vemos que la nueva
correlación de fuerza en la Asamblea, lleva a ARENA a la prepotencia y a
las viejas mañas de pactos legislativos poco transparentes, repartiendo
cuotas de poder entre ARENA, el PCN y GANA para forjar un bloque de
conveniencia, la próxima vez el electorado los va a castigar, como acaba
de hacerlo con el FMLN.