Estimados amigos:
Me consta que algunos personajes del mundo de las organizaciones ciudadanas están pensando meterse en la aventura de candidaturas independientes en las elecciones de diputados.
Me consta que algunos personajes del mundo de las organizaciones ciudadanas están pensando meterse en la aventura de candidaturas independientes en las elecciones de diputados.
Piénsenlo bien, porque será una carrera de obstáculos, puestos por el sistema político para proteger el monopolio de los partidos. Para cada uno de ustedes, los obstáculos serán incomparablemente más altos que para cualquiera que se inscribe como candidato de un partido. Tendrán que recoger y validar firmas. No tendrán derecho a tener vigilantes de urna que cuiden sus votos. No podrán recoger fondos ni hacer campaña para conseguir las firmas. “Corro, pero con los pies atados”, me dijo en una entrevista Payín Imendia, quien en 2015 fue el candidato independiente más votado… y perdió. Porque era un don Quijote solitario.
Sepan
que será una carrera desigual. Sin embargo, esta vez pueden superar los
obstáculos. Vale la pena intentarlo. Esta vez, los valientes que se
echen este huevo encima, tendrán apoyo – si lo hacen bien. No como
individuos, sino acompañados por movimientos que se comprometen a
apoyarlos.
El riesgo vale la pena, porque corresponde a una demanda social e histórica. Los partidos -todos- les han cerrado las puertas a los ciudadanos no militantes. Los quieren como votantes, pero no como candidatos, mucho menos como diputados. Pero por otra parte, más de la mitad de los salvadoreños no se sienten representados por ningún partido. El 70% quiere sacar al FMLN del poder, pero sólo un 20% quiere que lo asuma ARENA. Y el restante 50%, que no quiere que el FMLN siga gobernando pero que tampoco confía en ARENA, ¿quién lo representará?
En
otros países, este centro de la sociedad ha logrado articular nuevos
partidos y cambiar el mapa político: ‘Ciudadanos’ en España y ahora, con
éxito aún más fulminante, ‘Francia en Marcha’ de Emmanuel Macron.
Hicieron lo que todos declararon imposible. Pero en El Salvador no hay
tiempo para establecer un partido ciudadano que ocupe el centro de la
sociedad. No para las elecciones legislativas del 2018. Pero lo que sí
vale la pena hacer es llenar este vacío con candidaturas no partidarias
bien organizadas y representativas. No es la solución, seguirá vigente
la tarea de cambiar el mapa partidario, sea a través de la renovación
radical de los partidos, sea creando nuevos – o la combinación de ambos.
Pero mientras tanto, alguien tiene que retar al sistema partidario y su
inamovilidad. Alguien tiene que asustar a los partidos para que
despiertan; y a los ciudadanos también, para que superen su pasividad.
Serán ustedes, las mujeres y hombres valientes, que se lancen a la
piscina – y seremos nosotros, los ciudadanos, opinadores y movimientos
que garanticemos que tenga agua. Obviamente, es asunto de mutua
confianza. Yo en particular, como los conozco (aunque no me toca revelar
sus nombres) tengo esta confianza.
Definan bien la meta. No van a cambiar en 2018 el mapa político. Pero pueden levantar una bandera, defenderla, y seguir construyendo. Dos o tres diputados pueden hacer la diferencia, no cuantitativa, pero sí cualitativa.
La independencia siempre requiere valentía – y una dosis de atrevimiento que a muchos les parece locura.
Láncense. Expliquen bien la diferencia que piensan hacer. Hablen claro y pelado.
No estarán solos. Saludos,
(MAS!/EL DIARIO DE HOY)