Escribo estas líneas el 10 de octubre, a exactamente 36 años de fundarse el FMLN. No como partido, sino como frente común de diferentes organizaciones políticas que mantuvieron su propia personalidad ideológica. Como dice Dagoberto: No comunistas, comunistas y anti comunistas. Es ilustrativa esta definición, pero no me gusta mucho, porque sitúa en el centro del análisis la relación que cada uno tuvo con el comunismo. Contrario a lo que muchos quieren decirnos: el comunismo nunca fue tan importante en el FMLN histórico…
Quienes hoy celebran la fecha, se olvidan a decir que el cumpleañero hace rato se murió. Todavía le desean larga vida y grandes victorias, cuando desde el 1994, teniendo 14 años de vida, estuvo grave, y finalmente dejó de existir en el 2000, cuando Schafik Handal y Salvador Sánchez Cerén unen fuerzas para que una Convención Nacional declare el fin del pluralismo interno en el FMLN. Este día muere el Frente y renace el Partido Comunista, pero con bandera, nombre, leyendas del FMLN guerrillero.
Así que dejó de existir aquel frente plural, al cual yo me incorporé en diciembre del 1980, esta izquierda con diversidad ideológica, con debate permanente entre diferentes tendencias, con espacios para anti-autoritarios, libertarios e incluso para socialdemócratas, socialcristianos y liberales. También se cerraron los espacios a los intelectuales que habían hecho al Frente tan atractivo para los estudiantes y los movimientos de solidaridad, y que le habían dado sustancia y creatividad a sus planteamientos. Fueron sustituidos por cuadros que el Partido Comunista había mandado a estudiar en Mosco, Praga o Cuba para prepararse para la postguerra.
Los que se quedaron con el control del nuevo partido son cuadros del Partido Comunista y de las FPL – y un montón de oportunistas, que se dieron cuenta que la única manera de hacer carrera en el FMLN es adaptarse, alinearse… Y en las basas se quedaron muchos que toda la vida han luchado por esta bandera roja, sobre todo cuando era símbolo de la defensa de la libertad y los derechos humanos. Otros se fueron a rehacer sus vidas familiares y laborales – y al rato ya no encontraron cómo relacionarse, desde su rol de ciudadanos, con este partido de cuadros arrogantes y mandones.
Los principios, sobre los cuales se basó el 10 de octubre la formación del Frente, fueron simples: No hay una izquierda, hay muchas; constituyamos la pluralidad de izquierdas, mantenemos respeto a la diversidad, y acordamos la acción conjunta contra un régimen que irrespetaba los derechos humanos y las libertades de expresión y organización. Esta pluralidad, incluso la competencia creativa entre las diferentes tendencias, dieron al Frente la fuerza para sostener la guerra hasta el punto de que estuviera madura la solución política.
El rompimiento de esta pluralidad, la conversión del Frente en una partido vertical, es su principal debilidad en la postguerra. Por esto, la alternancia que el Frente logró en el 2009, por el desgaste de la derecha, nunca se tradujo en una transformación del país.
Trataron de sustituir el pluralismo orgánico basado en respeto y tolerancia, que ya ellos mismos habían destruido, por una alianza perversa con Mauricio Funes, Carlos Cáceres y Mecafé, Herbert Saca y Guillermo Gallegos, basada en corrupción y engaños. Tuvo que fracasar este tipo de alianza corrupta, pero todavía hay quienes quieren repetirla con Nayib Bukele…
Se puede engañar a la gente, aunque no toda y no todo el tiempo, pero no se puede engañar la historia con cambios postizos. Saludos,
(MAS!/El Dieario de Hoy)