Hoy le toca a Zacatecoluca. Y a usted, aunque no lo han formalmente imputado. Apopa, Zacatecoluca… y desde hace rato quieren dar cuerda al fiscal contra Ilopango. Tres de las 11 alcaldías que se atrevieron a aceptar el reto de construir “Municipios sin Violencia” – a invitación del gobierno de Mauricio Funes.
11 alcaldes convocaron a la plaza pública, que ante los ojos incrédulos de la población y las cámaras de los medios se llenó de pandilleros con sus familiares y comunidades, para firmar “Acuerdos Municipales de Paz”. Firmaron y hablaron los jefes locales de las respectivas pandillas y los alcaldes. Firmaron representantes del gobierno, obispos, mediadores, representantes de la OEA. En algunas ocasiones firmé yo como representante de la Fundación Humanitaria que por iniciativa del señor Nuncio Apostólico se había creado entre empresarios, dirigentes gremiales y académicos para hacer sostenible la reducción de la violencia que no podía simplemente depender de una tregua entre pandillas…
La idea era: Los alcaldes gestionarían entre la sociedad civil de su municipio y las pandillas locales acuerdos para cesar la violencia y para crear las condiciones para la reinserción. El entendimiento común fue: Las extorsiones se reducirán gradualmente en la medida que se crearan condiciones para la inserción de los jóvenes, incluyendo pandilleros, en la vida económica, social y laboral.
Los alcaldes iban a poner el pecho y algunos pocos fondos municipales – y el gobierno iba financiar sendos proyectos de prevención, educación, deportes, transformación de barrios, inclusión laboral.
Ustedes como alcaldes se arriesgaron, pusieron el pecho y su buen nombre, se metieron de fondo a buscar entendimientos y mediar en múltiples conflictos. En varios de los 11 municipios lograron reducir a un mínimo la violencia – sólo que el gobierno nunca cumplió nada de su parte. Los famosos 33 millones para los 11 municipios nunca llegaron a los municipios, y la mayoría de ministerios no colaboraron en nada.
A ustedes los dejaron colgados de la brocha – y a todos que de buena fe se habían incorporado en el esfuerzo de reducción de violencia mediante acuerdos locales. No solo a ustedes, los alcaldes, también a las comunidades, y (¿por qué no decirlo?)- a los pandilleros. Basado en el discurso del gobierno se creó una gran expectativa – y como no se cumplió, se generó frustración, desconfianza – y nuevamente un terreno fértil para el resurgimiento de la violencia.
El gobierno se corrió, cambió de ministro y de política – pero ustedes, los alcaldes, ¿adónde iban a correr? Me consta que vos, Francisco Salvador Hirezi, le pusiste huevos para salvar la situación, para salir adelante, para no frustrar las expectativas de los viroleños – y para no correr riesgo que los pandilleros abandonaran su compromiso de cesar la violencia.
Hablando con todos, se logró un milagro: reordenar las ventas en los mercados y en las calles, sin el uso de ningún tipo de fuerza, convenciendo a todos que colaboraran. Todo el mundo sabe que el problema de las ventas callejeras y la presencia de las pandillas son íntimamente ligados. Lograste matar dos pájaras de un solo tiro: recuperar el centro de la ciudad tanto de la violencia como del caos.
Esto se puede hacer de dos formas: por la fuerza, y no será sostenible; o gestionando entendimientos y acuerdos con todos los actores. Que para esto hay que hablar con los vendedores, es obvio. Que para esto también hay que hablar con los pandilleros, también, aunque nadie quiere hablar de esto. Y a ambos sectores hay que hacerles ciertas concesiones a cambio de que se comprometan con las reglas de la convivencia.
Tu problema: Esto último ahora se ha convertido en tabú, no coincide con la política del actual gobierno (de tu partido) – y se trata de penalizar. Por esto, el excelente trabajo que lograste desarrollar en Zacateculuca, igual que Salvador Ruano en Ilopango, ahora es blanco de ataques políticos, condenas moralistas y amenazado con persecuciones penales. Ojalá que en los partidos levanten su voz algunos valientes para defenderlos.
Saludos,
(MAS!/El Diario de Hoy)