Aunque ya todos tenemos callos por aguantar tanto discurso mentiroso, todavía hay cosas que me causan pena ajena. Que en una ‘Cumbre del Clima’ en Naciones Unidas, o sea en el escaparate de exhibición ante el mundo entero, una ministra de nuestro país venda el SITRAMSS como un aporte a salvar al mundo, es simplemente demasiado descaro. Y yo siempre pensando que usted era diferente, Lina - como no es la típica militante del FMLN, sino una intelectual que por años trabajó muy de cerca de los Verdes de Alemania y su Fundación Heinrich Böll. Pero parece que de la esencia profundamente crítica, rebelde y antiautoritaria de este partido no se le ha pegado nada a usted.
Usted
dijo en New York: "Actualmente
estamos ejecutando la construcción del Sistema Integrado de Transporte del Área
Metropolitana de San Salvador, que transformará radicalmente el transporte
público del área metropolitana y constituye una acción nacional de mitigación,
al reducir las emisiones significativamente. Exhortamos a la comunidad
internacional a apoyar con recursos financieros y
técnicos la ampliación del Sistema."
Lina Pohl en Naciones Unidas, con nuestro embajador Rubén Zamora |
Ir a Naciones Unidas y vender como éxito
un proyecto fracasado, plagado de mala planificación, corrupción y falta de
transparencia, es mentir al mundo. Aprovechar esta mentira de patas cortas para
pedirle a la Comunidad Internacional de seguir financiando este proyecto
maravilla, es contraproducente. Resta credibilidad al país.
En el mundo de las finanzas internacionales
hay una regla: Don’t throw good money after bad money. Nunca meta más pisto en
algo que ya fracasó…
El SITRAMSS ya fracasó. Entre otras
razones porque su ministerio no hizo un estudio serio del impacto
medioambiental. No me diga que esto fue problema del gobierno anterior, porque
usted fue viceministra y como tal no cumplió su responsabilidad.
Un nuevo sistema de transporte público
puede tener un impacto enorme sobre el medio ambiente – para bien o para mal.
Si la ciudad se descongestiona de carros, camiones, buses, el impacto es
positivo. Si hace lo contrario, como ya se ve que está haciendo y seguirá
haciendo el SITRAMSS, el impacto es negativo: más congestión, más contaminación,
más estrés, menos calidad de vida. O para hablar en el lenguaje que ustedes
mismos adoptaron: menos ‘buen vivir’.
No voy a profundizar aquí (porque no es
de su competencia) en todos los demás problemas graves del SITRAMSS: la falta
de transparencia en la creación de las empresas que lo van a manejar, en la
importación de los buses, y en la incorporación de unos transportistas y la exclusión
de otros. Pero los menciono, estimada Lina, porque en su conjunto dan
suficientes razones para que una ministra decente o se ponga en pie de guerra-
o renuncie. Pero no, en vez de renunciar, o por lo menos de pelear desde su
ministerio que esta locura llamada SITRAMSS no siga destruyendo nuestra ciudad,
usted va a Naciones Unidas y lo vende como aporte para salvar al mundo.
Que
decepción. Paolo Lüers