La Sala de lo Constitucional está
preparando su sentencia sobre el voto cruzado. Ojalá que tenga la sabiduría y
el valor de abrir espacio a este nuevo paso hacia la democratización de nuestro
sistema electoral y partidario.
El voto cruzado significa que los
ciudadanos podremos votar por candidatos a diputados de diferentes partidos y
de la lista de independientes no-partidarios. Sería el paso lógico luego de
haber introducido, con su sentencia del año 2011, el voto por cara. Antes sólo
podíamos escoger entre las listas de los diferentes partidos. A partir del 2012
podemos escoger, dentro de la lista de nuestro partido preferido, entre los
diferentes candidatos propuestos por este partido. Si la Sala da el siguiente
paso y aprueba el voto cruzado, podremos votar por los mejores candidatos de
los diferentes partidos y de los independientes.
No conozco los problemas constitucionales
que los magistrados tendrán que valorar para tomar esta decisión. Pero soy fiel
creyente, junto con muchos constitucionalistas, que el derecho, en última
instancia, es un asunto de la razón común. No puede ir contra la razón común
que cualquier ciudadano puede entender.
Una vez que nos dieron el derecho de
votar por personas, no existe ninguna razón de limitar esta libertad a escoger
entre los candidatos de un solo partido. Una vez que votamos por caras, ya no
existe razón de mantener el concepto rígido del partido preferido. Estoy seguro
que así va a sentenciar la Sala.
Sin el voto cruzado, no tiene ningún
alcance práctico el derecho de postularse sin respaldo de ningún partido. En el
2102 casi nadie votó por los candidatos independientes, y no por falta de
calidad de los postulados. No, ningún independiente llegó ni cerca al número
necesario de votos, porque cada uno de los votantes sentimos que desperdiciábamos
nuestro voto si lo dábamos a un independiente, por simpático, carismático y
capaz que fuera. Dando el voto a un independiente, ya no podíamos votar por el
partido que necesitábamos fortalecer para crear equilibrio de poder. El
resultado: Votamos por varios candidatos de nuestro partido de preferencia,
aunque algunos quizás no tenían ni cerca la calidad de uno de los
independientes. O de otros candidatos de partidos minoritarios.
Si nos dan el derecho de votar
libremente, como la Constitución manda, podremos votar por los mejores. El
simpatizante del Frente puede escoger a los mejores de la lista roja, pero
además votar por un independiente, por un candidato del CD que le gusta, e
incluso por algún candidato de ARENA que considera competente y honesto. Y al
revés: Yo que voy a votar por los renovadores que aparezcan en la lista de
ARENA, podré al mismo tiempo votar por mi amigo Payín Imendia, una vez que
logre las 20 mil firmas para postularse como independiente en el departamento
de San Salvador. Y pueden aparecer un par de candidatos atractivos en las
listas de Cambio Democrático o del Partido Socialdemócrata. Los partidos
pequeños o nuevos, sin que los votantes del FMLN y de ARENA pueden dar votos a
sus candidatos, no van a existir.
Si no hay voto cruzado, yo en estas
elecciones del 2015 tuviera un verdadero dilema. Estoy convencido que es
importante que ARENA, y en particular los renovadores y los jóvenes en ARENA,
se consoliden. Pero también quiero que alguien como Payín entre al parlamento.
Él sólo puede tener el efecto que en otros países han tenido los verdes y los
piratas. Si no hay voto cruzado, tengo que decidir si voto por mis candidatos
dentro de ARENA o por Payín. Un dilema absurdo.
O si fuera votante en La Libertad, donde
parece que mi amigo Facundo Guardado se va a postular en la lista del PDC, ¿qué
haría – votar por ARENA o votar por Facundo?
Sin el voto cruzado, las candidaturas de
Facundo y Payín y de los candidatos socialdemócratas no tendrán sentido. Con el
voto cruzado, podemos componer un parlamento con las mejores personas de todos
los partidos, incluyendo los independientes. Con el voto cruzado, se obliga a
los partidos a postular excelentes candidatos. Y los partidos pequeños y
emergentes, pueden convertirse en vehículos para llevar al parlamento a
personalidades extraordinarias que no caben en las maquinarias electorales de
los grandes. Sería pura ganancia.
Me encanta la idea de poder votar por un
par de candidatos innovadores del FMLN, sin tener que adoptar este partido como
mi preferido y exclusivo. Ya no quiero tener partido exclusivo. Me fascina
imaginarme una Asamblea donde aparte de los sospechosos y obedientes de siempre
hubiera tipos rebeldes como Payín Imendia y Facundo Guardado. Ya me imagino que
cada votante, en las redes, sacaría su planilla cruzada personalizada: Voten
por los números 11, 15 y 25 de ARENA, el 8 del FMLN, el 18 del CD y por X
independiente. La campaña ya o sería monopolio de los partidos…
Al fin tendremos diputados que se deben a
sus votantes, no a los aparatos partidarios. De paso sea dicho, anticipando el
voto cruzado: Ayudemos a Payín Imendia a reunir las 20 mil firmas. Les garantizo:
con este loco, la campaña (y luego la Asamblea) será más divertida.
(El Diario de Hoy)