jueves, 14 de agosto de 2014

Carta desde Alemania (2): sobre el poder moral de un presidente

Los alemanes tienen un presidente que no tiene ningún poder administrativo. El poder y el gobierno están exclusivamente en manos del Kanzler,  como llaman al jefe de gobierno. Jefa actualmente: la poderosa señora Angela Merkel. El único poder que tiene el presidente reside en su capacidad de crear debate, definir agenda, y de esta manera despertar o cambiar la conciencia de la ciudadanía. Si es que tenga esta capacidad.

Hubo presidentes alemanes que nunca la tuvieron, y que por tanto se redujeron a un rol meramente protocolario. El actual presidente Joachim Gauck sí tiene esta capacidad de provocar controversia y así generar debate y conciencia. El último ejercicio de este tipo de poder presidencial fue cuando apareció en la Conferencia de Seguridad en München, el principal foro mundial para discutir conceptos de política militar y de seguridad, con estas palabras: "Alemania, para ser un socio confiable, tiene que intervenir en cuestiones de seguridad de manera más ágil, decidida y sustancial... Y esto incluye intervenciones militares multilaterales."

Muchos dijeron que con esto, Gauck estaba metiéndose donde no tiene competencia, incursionando el ámbito exclusivo de la jefa del gobierno. Pero Gauck sostuvo que es su responsabilidad como presidente iniciar debates para redefinir el rol de Alemania luego de dos guerras mundiales y su reinserción a la comunidad internacional. Sus adversarios argumentaron que Alemania, con su historia, no tiene solvencia moral para intervenir en conflictos internacionales. Gauck argumentó lo contrario: Con su historia particular, Alemania no puede negarse a asumir responsabilidad por la vigencia de los derechos humanos. En una entrevista dijo la frase provocativa: "En la lucha por los derechos humanos uno tiene que estar dispuesto incluso de tomar las armas."

Misión cumplida: se generó el debate necesario, y una comisión de funcionarios e intelectuales presentó un papel sobre política exterior y militar con el título: "Nuevo poder, nueva responsabilidad." Está naciendo un nuevo consenso sobre el rol de Alemania, rompiendo con los tabúes, complejos de culpa y las doctrinas de la posguerra.

¿Quién dice que la presidencia de Alemania no está dotada de poder? La poderosa canciller Angela Merkel ve con celos este ejercicio del poder moral e intelectual del presidente. Pero en el caso de la nueva doctrina de seguridad, que se generó a raíz de la provocación de Gauck, al fin no le queda otra que implementarla.

De la misma manera, el presidente Gauck ha dado impulsos a la política social, de medio ambiente, a la defensa de la libertad empresarial. ¿De dónde viene este hombre? De la Alemania comunista, de la resistencia pacífica contra la dictadura comunista. Resistencia que por falta de oposición partidaria nació de instituciones como la Iglesia Luterana, de la cual fue pastor. En este tiempo antes de la caída del muro de Berlin, cuando el régimen entró en crisis por la ola de ciudadanos que buscaron huir del "Estado de los Obreros y Campesinos", surgió otra frase célebre del entonces opositor Joachim Gauck: "Una vez que tengamos el derecho de salir de esta república, vamos a insistir en quedar y cambiarla."

De la lucha contra el totalitarismo le nació su concepto de libertad que pone en el centro de todo. Libertad del individuo. Libertad que nadie debe limitar, tampoco alegando interés colectivo.
Tener a un hombre de este formato y con este coraje como presidente me parece a mi, ahora ciudadano de El Salvador, un privilegio.

Saludos desde Alemania, Paolo Lüers
 (Mas!/EDH)