Pues la verdad, a pesar del gran amor que San Salvador le tenía a su elefanta, esto da pie para pensar en el futuro del Zoológico Nacional. No faltarán las voces que comiencen a pedir una nueva elefanta: "Manyula 2". Pasó lo mismo cuando murió Alfredito (el hipopótamo del zoológico). Se muere un león y traen un tigre (bizco por cierto). Lo que pasa es que este nuestro zoológico no está para tener colecciones de animales africanos o asiáticos. Algunos tendrán suerte y podrán vivir 55 años como la Manyula, otros como el tigre bizco no.
Los zoológicos deberían cumplir dos funciones: Educar y enseñar a nuestra gente los animales que de otra manera no podrían ver; y conservar las especies animales que están en sus recintos. No creo que sea prioridad de este gobierno, de ningún gobierno de El Salvador, establecer un plan de conservación en cautiverio de animales asiáticos y africanos. Así que la única razón para tener animales exóticos es porque vamos a exhibir animales que son interesantes para que el público pague su entrada. Porque tampoco es que exista un gran proceso de educación ambiental dentro del Zoológico. Además, ¿no deberíamos enseñar mejor la fauna local, o es que los monos araña, los pumas y las nutrias no son lo suficientemente espectaculares? Por cierto, de estas especies que están en serio peligro de extinción en El Salvador sí deberíamos pensar en tener planes de reproducción en cautiverio.
Otro tema importante donde debería participar el zoológico nacional, es en la aplicación del CITES, el convenio sobre el tráfico de especies silvestres. Vemos en las noticias las capturas de la PNC de innumerable cantidad de pericos o monos. Luego tiene el MARN o el MAG el lío de no saber qué hacer con estos. Terminan apoyándose en FUNZEL para que les resuelva el problema. El gobierno tiene que tener sus propios centros de rescate y tiene que tener recintos adecuados para que la fauna que ya no se puede liberar se mantenga en cautiverio, mientras que ahora se limita a paliar el problema a través de privados como FUNZEL o de coleccionistas particulares. Esto es insostenible. La solución es que el zoológico nacional sirva para la conservación de la fauna nacional. ¿Qué pasa cuando aparece un león marino y no sabemos qué hacer con él? Teniendo recintos adecuados y funcionales, el zoológico nacional debería de ser la solución.
Pues hoy que llore El Salvador la pérdida de su elefanta asiática, pero mañana no lloremos porque nuestros bosques ya no tienen pericos o monos. Que no nos pase como tantos países que han sufrido la extinción de sus especies y luego han tenido que comenzar procesos carísimos y muy elaborados de reintroducción de ejemplares. Además de su función de entretenimiento y educación, nosotros podemos comenzar a ocupar nuestro zoológico para algo aún más importante: la conservación de nuestra fauna.