Esta carta estaba reservada para el día del periodista que celebramos cada 31 de julio. Pensaba hacerles a mis colegas un llamado a ser más críticos, más independientes, más rebeldes, menos lamecu...
¡Y sale usted con este volado de prohibir las cachiporras en los desfiles! Vale madre el día del periodista, aquí la primera dama está poniendo su dedo en el verdadera problema del país: las piernas de nuestras alumnas...
Vamos a ver si la entendimos bien. Usted dijo que detrás de “la práctica sexista de las cachiporristas... hay una cosa oscura: la trata de personas, la prostitución infantil...”
¿Usted está diciendo que miles de cachiporras se están prostituyendo? ¿Que los instructores que ensayan los desfiles en nuestros colegios son infiltrados del crimen organizado, metidos en un “negocio que quiere vender de forma negligente a las niñas de El Salvador”?
Así la está citando La Prensa Gráfica, un periódico que nadie puede tildar de hostil a usted y a su esposo. Así que hay que asumir que es cierto que usted dijo esta barbaridad.
Es un insulto a las muchachas que participan en los desfiles. Es un insulto a los profesores que las entrenan. Es un insulto, además, a la inteligencia...
A mi personalmente nunca me han gustado los desfiles con bandas de guerra y música marcial, ni el paso militar de las cachiporras. Pero nunca se me hubiera ocurrido que alguien las quiera prohibir. Prefiero los desfiles carnavalescos que, en vez de tener un carácter paramilitar, expresan alegría, belleza, juego...
Pero si usted quiere prohibir a un espectáculo tan inocente como los desfiles de cachiporras, ¿qué haría si tuviéramos un desfile tipo carnaval, con bailes tropicales como en su patria Brasil? ¿Movilizaría los antimotines, para evitar la “exhibición sexista” del cuerpo femenino?
Que jodido que la primera dama entienda su labor en la secretaría de inclusión social como misión de policía de buenos modales o tribunal de lo “políticamente correcto”.
A lo mejor no era un simple trabalenguas que el otro día hizo que la mamá de un amigo se refería a la Secretaría de Intrusión Social...
Saludos, Paolo Lüers
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