La otra noche tuve la visita del ex-director de policía de un país de América Latina. El hombre tuvo como una semana de haber llegado a El Salvador. Me contó que, para aprender rápido adonde estaba parado, pasó todas las mañanas monitoreando las diferentes entrevistas televisivas. ¡Pobre hombre! Como era de esperar, salio más confundido que cuando venia la país...
Pero lo que mas le impactó a nuestro ilustre visitante era que no pasó un día sin que en por lo menos un canal apareciera o el director general de la PNC o uno de sus subdirectores debatiendo, discutiendo, alegando, explicando...
Me decía: “En toda mi larga carrera yo he dado una sola entrevista y nunca e participado en un talk-show en televisión.”
Fíjese, comisionado, el hombre era tan anticuado que pensaba que “un policía habla con sus actos, no dando declaraciones o debates. O hace un buen trabajo - entonces no tiene necesidad de andar dando explicaciones o pretextos en la tele. O no hace su trabajo - entonces mas razón para callarse...”
Me pidió trasladarle un consejo: “Para eso, se contrata a un vocero. Un fulano que habla mientras los jefes actúan...”
Lo que mas le extrañó a mi visitante era que los altos jefes policiales salvadoreños tuvieran tiempo para aparecer tantas horas en televisión. “Se supone que tienen otras cosas que hacer, ¿o no? ¿O será que están en campaña política?
Saludos de Paolo Lüers
Posdata: Hago las observaciones aquí hechas a los jefes policiales extensivas a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Como decía Beto Cuellar: “Sólo en El Salvador se ve a los magistrados debatiendo en público. Un magistrado habla con sus sentencias, no en la tele...”
(Más!)