sábado, 8 de diciembre de 2018

Carta a Carmen Aída Lazo: la buena sorpresa en esta campaña

Querida Carmen:
Todo el mundo está esperando que dedique esta carta al desmadre que Nuevas Ideas armó con el asedio al Tribunal Supremo Electoral. No voy a escribir esa carta. No es necesaria. Es más que evidente que Bukele cometió un error y que lo pagará caro. Producir de la nada un rumor, luego gritar “fraude” y convocar a su gente a la calle, encabezada nada menos por el secretario general del partido, para atacar una institución constitucional, descalifica al candidato. Punto.

Voy a hablar de algo positivo que pasa en esta campaña. De Carmen Aída Lazo.

Te conocí en el momento crítico, cuando de un día al otro apareciste en el teatro de guerra electoral. Te vi asustada, insegura en este nuevo terreno que nada tiene en común con tu vida académica, patinando, sin saber cómo actuar. Pero al mismo tiempo te vi decidida de hacerle frente, a meterte de lleno para aprender rápido, a asumir un rol activo, a ejercer la política sin abandonar tus principios y tu independencia. Y a pagar el costo personal y social. Cometiste errores. Yo te los señalé y nunca me lo tomaste mal. Por lo contrario, me retaste a seguirte criticando. En algunos casos, me hiciste caso. En otros no, y resulta que en estos casos tuviste razón…

Algunos dirán: “Ahh, este ‘maitro’ está detrás de ella”. Falso: No soy asesor, ni me meto en la campaña. Soy amigo. Los candidatos necesitan polos a tierra fuera del aparato de la campaña. Necesitan amigos que los siguen tratando no como políticos, tampoco como futuras figuras con poder, sino como amigos.

Ya me convencí: nadie te está dirigiendo o manipulándote. No te dejas. Ni por un partido, ni por el mismo Carlos Calleja, ni por aves de rapiña que se te acercan para estar cerca del poder. Lo que hay detrás de la candidata es lo que se ve, inteligencia, experiencia académica, apertura y enorme ambición de hacer las cosas bien. s://twitter.com/carmenaidalazo/status/1071059155287465984




Muchos han cuestionado por tu decisión de relacionarte con ARENA y el PCN, a pesar de que no has estado de acuerdo con muchas de sus actuaciones y políticas en el pasado. Tu argumento es simple y me desarmó inmediatamente: “Desde la academia he criticado la falta de apertura de los partidos hacia la sociedad civil y hacia nuevos conceptos para solucionar los problemas del país. De repente hay una crisis de partidos, se abre la puerta y me invitan a entrar y asumir responsabilidad. Nada menos como vicepresidente. Si me hubieran invitado a entrar a un partido, hubiera dicho que no. Pero me invitaron a hacerme cargo de las políticas sociales y económicas del futuro gobierno. ¿Cómo iba a decir no? ¿Cómo iba a seguirles exigiendo y criticando?”

Con suficiente distancia de la campaña pero suficiente cercanía personal he observado cómo has asumido tu rol frente a los partidos, frente a Carlos Calleja, frente a tus detractores y la sociedad en general. Ya no hay rastro de la mujer asustada e insegura que conocí hace pocos meses. Ganaste confianza y seguridad. Asumiste liderazgo. Construiste tu propio discurso. Respetas y te ganas respeto.

¿Todo esto suena muy positivo? Sí, porque es positivo. Tu irrupción a la política es lo mejor que nos pudo pasar. La antítesis al político clásico que nos despierta tanta desconfianza no son los profetas de la antipolítica, sino son personas como Carlos y tú que asumen el reto de mejorar a política. Las nuevas ideas que necesitan regir al próximo gobierno no vienen de estos profetas, sino de la capacidad académica y humana de una mujer profesional que se propone convertir a la persona humana en el eje rector de la política pública, y que define la política social como el eje central de la política económica. Si para señalar esta buena sorpresa en nuestra política tengo que abandonar la comodidad de la imparcialidad, con gusto asumo el costo.

Te quiero ver actuando desde Casa Presidencial, como correctivo permanente a las influencias sectoriales y partidarias.

Saludos, Paolo Lüers





jueves, 6 de diciembre de 2018

Carta a los indecisos: Votar es un acto de razón

Últimamente he tenido muchas conversaciones que van más a menos así:

– ¿Crees que el FMLN debería tener otro gobierno más?

No. El país no lo aguantaría.

– De acuerdo. ¿Crees que Bukele es la alternativa?

– No, Dios guarde, sería peor.
– A ver, ¿por qué?
– Este hombre no es confiable. Demasiado egocéntrico. Un gobierno de él sería impredecible. No tiene respeto por la institucionalidad. Está rodeado de pícaros…
– De acuerdo. Entonces, ¿no votarías ni por el Frente ni por Bukele?
– No. La única razón de votar por Nuevas Ideas sería expresar el hartazgo con la clase política y como ha gobernado. Pero la medicina sería peor que la enfermedad. Además se ha aliado con GANA, que es la peor parte de la clase política. ¡No way!

– De acuerdo. ¿Y el Frente, con Hugo Martínez? ¿Crees que sería diferente a Funes y Sánchez Cerén?

– Hugo es un tipo razonable. Pero no puede contra los dinosaurios. Si yo fuera de izquierda, votaría por él. Porque si colapsa el Frente, solo beneficia a Bukele…

– Entonces, si no eres de izquierda, ¿eres de derecha?

– A esta altura, ya no sé. No me gusta ARENA, por nada. Soy liberal, tal vez progresista. Pero esta opción no existe entre los partidos…

– De acuerdo. A mi tampoco nunca me ha gustado ARENA. Pero la dupla Carlos Calleja/Carmen Aída Lazo no son los típicos areneros. ¿Podrías votar por ellos?
–  Tal vez, pero no para ARENA. Por…(Mayor D’Aubuisson, Paco Flores, Tony Saca, corrupción, los conservadores anti-liberales que todavía tienen…)

– Entonces, ¿estás seguro que un tercer gobierno del Frente sería un desastre?

– Sí, ya fracasaron. Tienen que ir a laoposición.

– ¿Y estás seguro que Bukele/Gana/Nuevas Ideas no esuna opción?

– No. Les tengo miedo. A GANA igual que a Bukele. Y aun más a la gente que lo rodea.

– ¿Crees que un gobierno de Calleja y Carmen Aída sería un desastre?

– No sé. Tal vez no. Pero no me gusta ARENA. Si no estarían con ARENA, tal vez serían una opción.

– Resumamos: El FMLN fracasó y de todos modos queda afuera. De Bukele estás convencido que sería un desastre como presidente. Y con Calleja no estás seguro qué esperar. ¿Correcto?

– Correcto. Así es.

– Entonces, corres el riesgo que gane Bukele. ¿No sería más lógico votar por quien te parece que significa menos riesgo?

– No sé. No me gusta ARENA.

– No es más racional verlo como un problema de riesgos, no solo de gustos?

No sé.


– ¿Y entonces?

– Entonces, ¿qué?
– Entonces, si la alternativa es Calleja o Bukele, ¿qué vas a hacer tu?
– No sé. Está complicado. Tal vez no votaré…
– No, hombre, no votar es votar por Bukele. Tienes que tomar una decisión.
. . .
Tengo este tipo de conversaciones casi todos los días. Con amigos, con gente inteligente, crítica, escéptica, que no son fáciles de engañar. Y voy a continuar argumentando.

Aunque parezca iluso, quiero pensar que elegir a un presidente es un acto de razón, no de gustos, resentimientos, hartazgos. También es un acto de responsabilidad. Son los indecisos que definirán la elección.


Piénsenlo,amigos escépticos, críticos, progresistas y liberales.
Saludos de


martes, 4 de diciembre de 2018

Carta a los periodistas viajeros que nos juzgan: Sean más profesionales

Hace unos días salió publicado en DER SPIEGEL, el más influyente magazín de noticias y política de Alemania, un “reportaje” sobre la violencia y las pandillas en El Salvador.

Su juicio: El Salvador es un “país que ha perdido su moral”. Lo más grave: Este juicio no aparece como conclusión, sustentado en hechos, argumentos y análisis, sino como premisa, al principio del artículo. Puse “reportaje” entre comillas, porque esta nota no cumple con los requisitos de una investigación periodística. Extraño: Como estudiante, luego como joven periodista vi al SPIEGEL como ejemplo del periodismo investigativo.
¿Cómo un reportero, que llega por unos días a un país desconocido con una historia y un presente complejo y se atreve a publicar semejante juicio: un país sin moral? Según el periodista, su nota y sus conclusiones se basan en información de “insiders”.

Estos son personas con información privilegiada, debido a su involucramiento en el fenómeno a describir. Pero las únicas 2 fuentes de la nota son un oficial de la PNC y un pandillero convertido en “testigo criteriado”. Lo que es muy inusual: Fiscalía y PNC nunca antes han exhibido a sus “criteriados” a la prensa. Para romper esta norma deben haber tenido un especial interés en este “reportaje”. También para poner a uno de sus policías estrella de la unidad anti extorsión a plena disposición.

Así que los “insiders” y únicas fuentes del reportero fueron proporcionados por las autoridades. No es el mejor ejemplo de ejercicio de periodismo investigativo.

El “insider” policial llevó al periodista a Apopa. “Valle del Sol, es uno de los barrios mas peligrosos en las afueras de San Salvador, que es la ciudad más peligrosa del mundo”, nos cuenta el periodista, porque así se lo contó el policía. El policía agrega: “Si aquí me topo con miembros de la pandilla, ellos abrirán fuego.” Y se retiran… Falso. Alguien debería haberle explicado al corresponsal viajero que lo llevaron a la colonia menos peligrosa de Apopa. En Valle del Sol la pandilla local suele hacer lo posible para evitar enfrentamientos con la policía, resultado de su acuerdo con los liderazgos comunales de no poner en peligro a los habitantes y la relativa paz social alcanzada en esta colonia que hacer 6 años tuvo altos números de homicidios y extorsiones, pero desde el 2012 los ha logrado bajar drásticamente. Por esto a la PNC le gusta llevar a ahí a los reporteros, precisamente porque saben que pueden exhibir la agresividad de sus patrullajes – pero sin correr los riesgos que correrían en las colonias vecinas.

El reportero también trata de explicar el surgimiento de las pandillas en El Salvador: “Juntos con ex guerrilleros y ex soldados, unos 4 mil miembros deportados de ‘gangs’ de Estados Unidos formaron las pandillas en El Salvador.”

Otra vez, más mito que verdad. Muy pocos de los fundadores de las maras eran participantes de la guerra civil salvadoreña. Las maras son un fenómenos de la generación siguiente, no marcados por la guerra, sino por los errores políticos de la postguerra.

Y así sigue: Afirmaciones no fundamentadas sobre el involucramiento de las pandillas en el narcotráfico; sobre “70 mil asesinos” que andan sueltos en El Salvador. Siempre mitos que no resisten una investigación seria. Mucho aporta el “criteriado” que la PNC le proporciona al reportero para que pueda entrevistar a un pandillero de verdad. De esta plática salen sus concusiones: “Se trata de violencia por la violencia”; “La muerte es en Salvador como la comida diaria.”

¿Para qué sirve una investigación periodística que, basada en solo dos fuentes (un policía y su agente encubierto, un ex pandillero con 60 asesinatos encima), llega a conclusiones como esta (que tenemos 70 mil asesinos que ejercen la más cruel violencia solamente por deporte, y que todos vivimos con una pata en el cementerio)? ¿No es nuestra responsabilidad como reporteros explorar las causas; explicar el circulo vicioso entre marginación, delincuencia y represión; describir las cadenas de venganza?

No somos un país que ha perdido la moral, ni tampoco todos vivimos al borde de ser asesinados. Somos un país que lucha por superar la violencia, empezando por entender y atender sus raíces.


Bienvenido el periodismo que nos ayude.

Saludos,


(MAS! y EL DIARIO DE HOY)
 
 
Como el artículo aquí citado no es accesible a quienes no tienen una suscripción a DER SPIEGEL, lo reproducimos aquí en el original alemán. 
El Salvador: Insiderreport über den Bandenkrieg
“Wir prüfen, wie jemand getötet werden soll”
Mit entsetzlicher Brutalität kämpfen Banden wie MS 13 oder Barrio 18 Sureños um Drogen und Macht auf den Straßen von El Salvador. Hier berichten Insider, welche Regeln dort herrschen. Von Fritz Schaap und Christian Werner (Fotos)

23 noviembre 2018 / DER SPIEGEL
Um über die vielen Menschen hinwegzukommen, die sterben, deren Leichen vermodern, unentdeckt, in Brunnen, in Massengräbern, verscharrt unter Feldern, sammelt er. Er sammelt Schlümpfe, Modellschiffe, Spielzeughelikopter, Dinosaurierfiguren, Münzen.

Je mehr Tote Johnny Flores sieht, desto mehr muss er anhäufen, in seinem garagengroßen Haus in den Ausläufern San Salvadors, der Hauptstadt El Salvadors.

Der 51-Jährige läuft in Unterwäsche zwischen den Stapeln und Anrichten voller Nippes umher. Ein gedrungener Mann, kräftig, das Haar schütter. Die Wände sind tapeziert mit Urkunden von religiösen Seminaren, Schulungen und Auszeichnungen, die alle seinen Namen tragen, als müsse er sich täglich daran erinnern, wer er ist, damit er nicht zerfällt in diesem Land, das seine Moral verloren hat.
Er nimmt eine Bibel vom Bett. Schlägt sie auf. Neues Testament, Brief des Paulus an die Römer, achtes Kapitel. Darüber wird er heute reden, denkt er sich. Über die Rettung der Glaubenden. Dann holt er seine Beretta 92 unter dem Kopfkissen hervor, legt die Pistole neben das gebügelte Hemd und zieht eine schwarze Hose an. Er lächelt. Sein Silberzahn funkelt.

Sonntage sind gute Tage für Johnny Flores, der sonst eine Spezialeinheit der Polizei leitet. Sonntags ist Johnny Flores Pastor.

Er greift Bibel und Beretta und fährt zu seiner evangelikalen Kirche. Sonntags, bei seiner Gemeinde, bei seinem Gott, hat Johnny Flores Ruhe. Niemand werde ihn hier töten, nicht in der Kirche, glaubt er. Dann steigt er hinauf auf die kleine Bühne, vor die Gemeinde.

“Denn das Gesetz des Geistes, der lebendig macht in Christus Jesus, hat dich frei gemacht von dem Gesetz der Sünde und des Todes”, zitiert er am Ende der Predigt aus dem Paulus-Brief.

Das Gesetz der Sünde und des Todes aber ist das mit der größten Gültigkeit auf den Straßen des Landes an der zentralamerikanischen Pazifikküste. Gerade einmal 6,4 Millionen Menschen leben hier, aber trotzdem werden jedes Jahr Tausende ermordet. 3952 waren es voriges Jahr offiziell. Bis Ende September dieses Jahres 2560. Das sind 9,4 Morde jeden Tag. Im vergangenen Jahr wurden zudem 1850 Vergewaltigungen angezeigt, nicht angezeigt werden viel mehr. In einem Land, so groß wie Hessen. Deshalb riskieren Tausende die Flucht nach Norden, in Richtung USA.

70 000 Gangmitglieder gibt es Schätzungen zufolge in El Salvador,
die für den Großteil der Gewaltverbrechen verantwortlich sind. Organisiert sind sie in drei großen Gangs, den sogenannten Maras: MS 13, Barrio 18 Sureños und Barrio 18 Revolucionarios. 70 000 Mörder. Denn wer einer Gang beitreten will, muss töten. Der Tod ist in El Salvador, so sagen sie hier, wie das tägliche Essen, wie das Schlafengehen. So wie man sagt: Morgen werde ich meine Familie sehen, so denkt man hier: Morgen könnte ich sterben.
Polizist und Pastor Flores: "Es gibt so viele Leichen, die in Brunnen geworfen werden, die verschwinden"
Christian Werner / DER SPIEGEL Polizist und Pastor Flores: “Es gibt so viele Leichen, die in Brunnen geworfen werden, die verschwinden”
Am nächsten Mittag, nur 25 Autominuten von seiner Gemeinde entfernt, auf vom Regen der vergangenen Nacht noch immer rutschigen Wegen, stürmt Johnny Flores, gefolgt von fünf schwer bewaffneten Polizisten, ins Viertel Valle del Sol. Schweiß rinnt ihm von der Stirn, über die Wangen das Kinn hinunter, und tropft auf den Asphalt. Es ist zu ruhig.

Angst überkommt ihn, Angst wie eine leichte Übelkeit der Seele. Er atmet ruhig, wie ein Psychiater ihm das empfohlen hat. Die Wege sind leer, hinter den Gittern der Fenster schauen vereinzelt Frauen hervor. Regungslos. Valle del Sol ist eines der gefährlichsten Viertel in der Umgebung San Salvadors, einer der gefährlichsten Städte der Welt. “Wenn ich hier eine Gruppe Gangmitglieder treffe, dann schießen sie”, sagt Flores. Er bleibt kurz stehen, zieht die Beretta aus dem Holster.

Sergeant Johnny Flores führt die Anti-Schutzgeld-Einheit in Apopa, nördlich der Hauptstadt San Salvador. Seit 1986 ist er Polizist, als die Nationalpolizei noch der Armee unterstand und im Bürgerkrieg hauptsächlich für den Häuserkampf eingesetzt wurde. 1994 gründete er eine Ermittlungseinheit der neuen Nationalen Zivilpolizei. Zwei Jahre nach Ende des Bürgerkriegs, der zwölf Jahre gedauert und 75 000 Menschenleben gekostet hatte.

In gewissem Sinn aber hat der Krieg, in dem linke Guerilleros einen Aufstand gegen die von den USA gestützte Diktatur angeführt hatten, nie aufgehört. Denn kaum war ein Friedensabkommen unterzeichnet, schickten die USA Tausende Kriegsflüchtlinge zurück nach El Salvador. Zum Thema Visual Story über den Bandenkrieg in El Salvador “Ich wollte töten” In El Salvador herrscht ein brutaler Bandenkrieg. Unsere Reporter waren dort. Sehen Sie hier ihre Visual Story. Fritz Schaap und Christian Werner

Darunter Männer, die zuvor in US-Städten gelebt hatten, in denen Gangs die armen Viertel beherrschten. Die sich zusammengeschlossen hatten, um sich zu verteidigen. In Los Angeles hatten sie zwei Gruppen gebildet und sich die Namen gegeben, die die Salvadorianer heute ihrer Angst geben: Barrio 18 und Mara Salvatrucha 13.

Zusammen mit Ex-Guerilleros und Ex-Soldaten formten ungefähr 4000 abgeschobene Bandenmitglieder in El Salvador ihre eigenen Gangs, die Maras, nach dem Vorbild der Gangs von Los Angeles. Sie rekrutierten junge Männer, oft noch Kinder, und führten ihren in den USA begonnenen Krieg gegeneinander fort. Weiteten ihn aus gegen den Staat, gegen die Bürger.

Diesen Staat versucht Flores zusammenzuhalten.
Flores, der auf Rat seines Psychiaters Boote, Flugzeuge und Autos aus Holzstäben baut, um sich selbst zusammenzuhalten, der Pastor geworden ist, um weiter Polizist sein zu können, und deswegen denkt, dass diese Gesellschaft nach Jahrzehnten der Gewalt so tief verletzt sei, dass es weit mehr brauche, um sie zu heilen, als Menschenhand zu tun vermag.

Flores läuft ein paar Treppen hinunter. Die Häuser sind einstöckig, rohe, übermalte Klinker, Wellblechdächer, Bananen wachsen zwischen den Häusern. Er sucht eine Gruppe junger Männer, die für Schutzgelderpressungen im Viertel verantwortlich sind. Er läuft an das Ende der Siedlung, dorthin, wo sie an eine Schlucht grenzt, in der ein Zufluss des Acelhuate rauscht. Wie eine Hängebrücke verläuft ein Rohr auf die gegenüberliegende Seite. “Hier sind sie geflüchtet”, sagt Flores. Auf der anderen Seite sind schemenhaft zwei Männer zwischen den Bäumen zu erkennen.
Neben dem Drogenverkauf sind Schutzgelderpressungen die Haupteinnahmequelle der Gangs. Ob Straßenhändler oder Unternehmer, jeder muss zahlen. Von fünf Dollar im Monat bis zu 50 000 Dollar. Wer nicht zahlt, stirbt.
Mordopfer in Sitio del Niño: Manchmal reißen sie ihnen das Herz aus der Brust
Christian Werner / DER SPIEGEL Mordopfer in Sitio del Niño: Manchmal reißen sie ihnen das Herz aus der Brust
Brutalität ist kein exklusiv salvadorianisches Problem. Im gesamten sogenannten Nördlichen Dreieck der Staaten El Salvador, Honduras und Guatemala gibt es Tötungsraten, die an Kriegsgebiete erinnern. Mexiko befindet sich de facto im Krieg gegen seine Drogenkartelle, und die befinden sich im Krieg untereinander.

Doch die Brutalität in El Salvador ist eine andere. Es geht hier nicht um Millionen Dollar. Die Drogen, die aus Südamerika kommen, werden nicht auf dem Landweg durch El Salvador in die USA gebracht. Es gibt hier keine lokalen Kartelle. Es geht nicht um ein größeres Stück vom Kuchen. Es geht um ein paar Krümel. Es geht um Gewalt um der Gewalt willen, um ein paar Hundert Dollar Schutzgeld, um Häuserblocks, an deren Ecken man Kokain und Meth verkaufen kann. Es geht um Macht, aber vor allem geht es um Anerkennung. Und Anerkennung wird bei den Gangs von El Salvador in Morden gemessen.

Flores bricht die Suche ab. Die Gang hier hat seit Kurzem M16-Sturmgewehre. Es ist ihm zu riskant. Die Polizisten fahren zurück nach Apopa. Das Leben auf den Straßen wirkt normal. Ganz San Salvador wirkt normal: amerikanische Fast-Food-Ketten, Staus, Märkte, Shoppingmalls. Es ist ein bizarres Merkmal dieses Bandenkriegs, dass extreme Brutalität inmitten des normalen Alltags stattfindet.

Natürlich sei es gut, sagt Flores im Auto, dass die Mordzahlen sinken,
weil seit 2016 Polizei und Militär wieder härter gegen die Gangs vorgehen. Seit versucht wird, die Kommunikation mit den Bossen in den notorisch überfüllten Gefängnissen zu kappen. 2016 waren es noch 5280 Morde. 1328 mehr als im vergangenen Jahr.

Immer wieder gibt es Absprachen zwischen Politikern und Gangs, gerade vor Wahlen, wenn niedrige Mordraten gebraucht werden. Im Februar wählt El Salvador einen neuen Präsidenten.

“Aber es gibt so viele geheime Friedhöfe, Leichen, die in Brunnen geworfen werden, die verschwinden”, sagt Flores. “Morde, für die es keine Zeugen gibt, von denen wir nie erfahren.” Am Abend sitzt Johnny Flores hinter seinem Schreibtisch im Revier in Apopa. Er schaut die Nachrichten. Gestern gab es nur sechs Morde im ganzen Land. Dann rollt ein Pick-up-Truck mit verdunkelten Scheiben auf das Gelände. Der “Criteriado”, Flores’ Kronzeuge. El Sparky, wie der Mann sich derzeit nennt. Ein Massenmörder, der 69 andere Mörder verrät und dessen Aussagen zu 515 neuen Verfahren geführt haben. El Sparky, der süchtig ist nach Töten, der die Sinnlosigkeit in all dem nicht zu sehen vermag, weil die Gang, das Töten, für ihn das einzig Sinnvolle ist.

“Die Criteriados verraten ihre Gang. Liefern uns alle aus, die sie kennen. Legen uns die Hierarchien der einzelnen ‘Clicas’ dar, die Strukturen, die Morde, die sie begangen haben, wo, mit welchen Waffen, wo die Leichen liegen. Wenn sich das alles als wahr herausstellt, sind sie frei”, sagt Flores, als er in den schwülen Abend hinaustritt. Am Horizont türmen sich Gewitterwolken auf.

“El Sparky war ein Anführer, ein ‘Palabrero’. Er kannte die Strukturen der gesamten Gang.” Er ist, so ungern Flores das zugibt, einer seiner wichtigsten Männer. Ein Mann, der mehr als hundert Menschen abgeschlachtet hat. Flores schaut auf den Pick-up, aus dem ein bulliger, aufgedunsener Mann aussteigt, die Arme und Schultern voller Tätowierungen.

El Sparky und Johnny Flores gehen hinein. Johnny sieht müde aus. Manchmal greift er reflexartig ans Holster. Wie um zu prüfen, ob die Beretta noch da ist. Sie reden über die Männer im Valle del Sol.
Später sitzt El Sparky auf dem Hof und raucht. Die Augen klein, das Vokabular schwer vom Slang und vom Crack.

El Sparky war ein Palabrero der Barrio 18 Revolucionarios. Er hat sich hochgearbeitet, Mord um Mord. Er ist stolz darauf.

2003, mit 15, tritt er der Gang bei. Er verkauft Snacks auf der Straße, Wasser, Chips, kleine Dinge, mit denen er wenig Geld verdient. Aber er verkauft diese Sachen ein paar Straßen entfernt vom Haus seiner Eltern – im MS-13-Territorium. Gangmitglieder rauben ihn aus, schlagen ihn, immer wieder. Sie versuchen, ihn umzubringen, weil dort, wo er herkommt, die gegnerische Gang Barrio 18 herrscht. “Ich trat dann Barrio 18 bei, damit ich mich rächen kann, damit ich die Jungs von MS-13 umbringen kann”, sagt er. “Und damit die Leute Respekt vor mir haben.”

An einem Donnerstag um drei Uhr nachmittags muss dann in einem vollen Bus
in San Salvador ein Junge sterben, damit El Sparky der Gang beitreten kann. Das Opfer ist Mitglied der MS 13 und hat El Sparky ausgeraubt. Es ist vielleicht so alt wie er.

Wenn El Sparkys Erzählung stimmt, dann nimmt er nun ein Messer mit 15 Zentimeter langer Klinge und wartet an einer Straßenecke. Er weiß, wo sein Opfer wohnt. Er wartet, bis der Junge in einen Bus steigt. El Sparky geht hinterher. Dann zückt er das Messer und sticht ihm in den Bauch. Sechsmal. Danach steigt er aus und geht in das Haus des Ganganführers.

Vier Männer gehen mit ihm in den Hof, sie schlagen ihn zusammen. Es ist der Initiationsritus. 18 Sekunden dauert er bei Barrio 18. 13 Sekunden bei MS 13. Manchmal stirbt jemand dabei. Nach 18 Sekunden umarmen die Männer El Sparky. Er ist jetzt einer von ihnen. “Ich fühlte mich großartig”, sagt er. Von Anfang an war El Sparky ein “Sicario”, ein Auftragskiller: “Ich fing als Mörder an, weil ich deswegen der Gang beigetreten war: Ich wollte töten.”

Töten, sagt er, sei nicht schwer, wenn man es wirklich wolle. “Es wird zu einer Sucht, wie Saufen. Wenn du trinkst und merkst, du magst es, trinkst du weiter. Manche töten nicht gern, die probieren es aus, und dann machen sie es nicht noch mal.” Die Art und Weise, wie getötet wird, werde angepasst.
“Wir prüfen, wie jemand getötet werden soll. Wenn es ernst ist, schlachten wir ihn ab. Ist es ein leichteres Vergehen, jagen wir ihm eine Kugel in den Kopf.”
Kronzeuge El Sparky: "Nur die mit den dicksten Eiern setzen sich durch"
Christian Werner / DER SPIEGEL Kronzeuge El Sparky: “Nur die mit den dicksten Eiern setzen sich durch”
Wenn es ernst war, wie Sparky das nennt, entfernte er lebenden Männern die Augen, schnitt ihnen Finger, Zunge und Ohren ab, dann Arme und Beine, und wenn sie noch lebten, schnitt er ihnen den Bauch auf. Wenn nicht, dann trotzdem.

Manchmal legte er anschließend die Flasche hinein, die er bei der Arbeit geleert hatte, manchmal schob er sie auch dem noch lebenden Opfer in eine Körperöffnung. Dann verscharrte er die Leichen oder warf sie in Brunnen. Oder er ließ sie liegen. Je nachdem, welche Nachricht damit überbracht werden sollte.

So ist ein Wettbewerb entstanden. Die Gangs wollen sich in Grausamkeit überbieten. Denn Grausamkeit sorgt für Respekt. Häutungen, Frauen, denen in die Vagina geschossen wird, Zerstückelungen, Vergewaltigungen während der Hinrichtung: Normalität hier. Manchmal reißen sie ihren Opfern das Herz aus der Brust.

“Jede Gang”, sagt El Sparky, “will ganz Salvador kontrollieren. Aber nur die Irresten mit den dicksten Eiern werden sich durchsetzen.” Und hier, wo es wenig Perspektiven gibt, werden dicke Eier zur Währung. Denn Geld machen nur die wenigen Gangmitglieder, die in den Waffen- oder Drogenhandel eingestiegen sind. Eine Gang ist eine Gruppe von Freunden, eine Ersatzfamilie. Viele Gangmitglieder sind bitterarm. Es geht darum, den anderen etwas zu beweisen.

“Man tritt bei, um seine Nachbarschaft zu verteidigen. Man erwartet kein Geld. Wenn du nützlich bist, bekommst du etwas vom Geld der Gang, wenn nicht …”, er formt die Hand zu einer Pistole und lächelt. “Es heißt: entweder töten oder getötet werden. Als Gangmitglied hast du nicht viele Optionen”, sagt er.

Es ist schwer zu verstehen, was hier passiert. Man kann versuchen, den politischen Kontext zu erklären. Die Zusammenbrüche der Militärregimes und der Guerillaarmeen in Zentralamerika hinterließen Lagerhallen voller Waffen sowie Soldaten, die keinen Sold mehr bekamen. Die entstehenden Demokratien waren schwach, ihre Politiker korrupt. Die internationale Gemeinschaft forcierte die Schaffung von freien Märkten, sie schaute auf Wahlen, aber übersah, wie instabil die Rechtssysteme waren und dass die Kluft zwischen Arm und Reich immer größer wurde.

“Das alles würde nur aufhören, wenn alle Gangmitglieder umgebracht würden.
Aber, ehrlich gesagt, du kannst die Gangs nicht auslöschen”, sagt El Sparky. “Du bringst heute drei oder vier um, aber morgen treten wieder zehn bei.”

El Sparky weiß, dass es auch für ihn nie aufhören wird. Nach einem Streit setzten seine eigenen Bosse vier Killer auf ihn an. Sie lauerten ihm auf der Straße auf. El Sparky hatte sein amerikanisches Sturmgewehr dabei. Mit vier Magazinen. Einen der Killer erschoss er, dann floh er, tauchte unter. Schließlich ging er zur Polizei. Mehr aus Rache als aus Hoffnung auf ein langes Leben. Er hätte zwar gern ein friedliches Leben und einen Job. Aber er weiß auch, dass sie ihn umbringen werden, bei der ersten Chance, die sie bekommen. Und er weiß nicht genau, wie das funktioniert – ein friedliches Leben.
Anführer einer Barrio-18-Gang: "Töten oder getötet werden, du hast nicht viele Optionen"
Christian Werner / DER SPIEGEL Anführer einer Barrio-18-Gang: “Töten oder getötet werden, du hast nicht viele Optionen”
Niemand kann eine Gang lebend verlassen. Der einzige Weg in eine Art Ruhestand ist, einer Kirche beizutreten und derart überzeugend ein gläubiges Leben zu führen, dass die anderen Gangmitglieder den Wandel ernst nehmen. Das geht manchmal gut, in letzter Zeit aber immer seltener. “Viele Männer haben das als einfachen Ausweg genutzt. Deswegen haben wir angefangen, sie umzubringen”, sagt El Sparky. “Wenn du drin bist, dann heißt es: bis dass der Tod uns scheidet!” Dann fahren zwei Polizisten ihren Kronzeugen El Sparky zurück in ein gesichertes Versteck.

Es gibt viele wie El Sparky. Und das Schlimmste ist: Sparky sticht noch nicht einmal heraus. Der Polizist und Priester Flores weiß das. Es ist einer der Gründe, warum Flores Gott braucht. Warum er mehr braucht als einen Psychiater. Weil es so viele sind, weil es nie aufhört.

“Wir leben in einem irregulären Krieg”, sagt Flores. Es ist eine neue Form des Krieges, noch nicht ganz Bürgerkrieg, aber doch weit mehr als reguläre Gewalt. Die Grenzen verwischen hier: Auch Polizisten formen mittlerweile Todesschwadronen. Nach Dienstschluss ziehen sie durch Ganggebiete und töten. Damit werden sie selbst zu so etwas wie einer Gang. Johnny Flores aber will das Gesetz nicht aufgeben.

“Die Kirche und mein anderes Ich, der Pastor, helfen mir, im Umgang
mit den Gangs auch die Menschen zu sehen, ihre Rechte. Die Menschen zu sehen, die Familie haben und Fehler machen.” Johnny geht wieder hinein. Leichter Regen trommelt auf das Wellblechdach. “Viele Polizisten tun das nicht mehr.” Viele Polizisten, so sagen sie auf den Revieren der Hauptstadt, verlassen das Land, weil ihre Familie bedroht wird, weil sie selbst bedroht werden.

Johnny Flores zieht die Uniform aus und legt sie in seinen Spind. Die Uniform lässt er immer im Revier. Die Gangs in seinem Viertel wissen nicht, dass er Polizist ist. Nach Dienstschluss trägt Flores wieder den Anzug des Pastors. Er spielt Gitarre, wenige Straßen von seinem Haus entfernt auf dem Geburtstag eines Mädchens. Ein paar Kinder sitzen einige Häuser weiter. Sogenannte Antenas, Spitzel der Gangs.

Ein Mann kommt aus dem Haus, in dem die Kinder feiern. Setzt sich. Schaut hinüber zu den Antenas. “Für die, die nicht reich sind, sind die Gangs immer da”, sagt er. “Mit viel Glück klopfen sie nie an deine Tür. Aber man muss immer mit ihnen rechnen.”

Die Polizei mache ihren Job, sagt der Mann. Die Fahnder kämen, wenn sie gerufen würden. “Sie brechen Türen auf, sie stürmen Häuser. Dann verschwinden sie wieder. Aber wir müssen hierbleiben.” Die Antenas schauen herüber, rauchen.

“Das ist das Problem”, sagt ein anderer Mann, “denn Gangs verschwinden nicht. Sie sind Teil der Viertel. Sie sind Söhne und Töchter von Frauen aus der Nachbarschaft. Die Gangs sind Teile El Salvadors. Sie sind Teile der Straßen wie der Bordstein dort.” Johnny Flores nickt.





domingo, 2 de diciembre de 2018

Cada uno haga sus números. Columna Transversal

Parece que ya están decididas las elecciones presidenciales. Parece. Pero la apariencia puede engañar. Se genera en dos campos: en el de las encuestas, y en las redes sociales, donde existe un claro dominio de los operadores de Nuevas Ideas, resultado de un trabajo sistemático de años.

Hasta La Prensa Gráfica, por nada conocida por simpatía con el candidato de GANA, en su nueva encuesta da la impresión que la gente ya se decidió. Pero el 46.9% no se ha decidido, según esta encuesta. Es un porcentaje inusualmente alto, cuando solo faltan 2 meses a las elecciones. Además hay que tomar en cuenta que puede existir un “voto escondido” que aun no se revela en encuestas. Cuando la pregunta era con qué partido partido simpatizan, ARENA está con 25.9% unos 9.2 puntos encima de su intención de voto (16.8%). El FMLN, con 14.8% de simpatía, está unos 7.9 puntos encima de su intención de voto (6.9%). Se puede deducir que ambos partidos tienen un potencial “voto escondido” considerable.

Esto se confirma con los datos sobre “identidad ideológica”. Un 35.3% se declara de derecha, y un 17% de izquierda, dejando bastante espacio de crecimiento, tanto a los partidos de derecha como al partido de izquierda – una vez que los indecisos tomen su decisión electoral.

Es cierto que el “voto duro” ya no es tan duro, por el evidente desgaste de los partidos. Esto se expresa en las encuestas. Los simpatizantes tradicionales y hasta los miembros de los partidos usan las encuestas para expresar su insatisfacción con sus direcciones. ¿Lo harán también a la hora de votar de verdad? Me permito ponerlo en duda.

Con el inusual porcentaje de indecisos (46.9%), y con el potencial voto escondido (o voto todavía en berrinche con las direcciones de sus partidos) para FMLN y ARENA, es muy prematuro (o tramposo) querer declarar ganador a esta altura. Esta ha sido la estrategia de Bukele desde el inicio. “El pueblo ya decidió” siempre ha sido su consigna favorita. Las encuestas han alimentado esta euforia y ciertamente impactado la opinión pública.

Para obtener una imagen más realista, hay que analizar otros elementos igualmente importantes, que pueden arrojar elementos de valoración sobre el potencial de las tres candidaturas. Un factor es la situación interna de los partidos ARENA y FMLN. Ambos han lanzado candidatos que gradualmente se desmarcan de los conceptos tradicionales de sus partidos. Gradualmente, porque quieren evitar conflictos internos en tiempos electorales. Carlos Calleja, en las elecciones internas promovido por el aparato partidario, comienza a comportarse como “outsider” y “renovador”, adoptando un discurso independiente del partido. La selección de Carmen Aída Lazo como su vice ha sido un desafío a los conservadores en ARENA. Y resulta que ella no está de adorno, sino sus posiciones críticas a las políticas económicas y sociales de los gobiernos de ARENA se están reflejando en un giro sorprendente: La fórmula Calleja/Lazo está adoptando como su eje central el concepto de fuertes inversiones sociales como palanca para el crecimiento. Esta misma línea se prolonga en sus propuestas en el tema Seguridad, priorizando la inversión social focalizada sobre la continuación de la guerra contra las pandillas. Todavía les cuesta reunir toda la derecha detrás de esta nueva visión. Y también requiere tiempo convencer a los sectores críticos a ARENA que estos cambios son más que un cambio de discurso. Pero se puede observar que en ambas direcciones (la interna y la externa) están gradualmente teniendo avances.

En una situación parecida se encuentra Hugo Martínez. Tiene que convencer al voto duro rojo que su giro hacía la renovación es la única forma de mantener vivo al FMLN como partido de izquierda. Y por otra parte tiene que superar en los sectores decepcionados de los gobiernos del FMLN muchas dudas de su capacidad de encabezar la renovación de su partido.

Si ambos se mantienen coherentes y audaces en sus planteamientos, pueden movilizar votos que estaban distanciándose de sus partidos.

Otro factor a analizar es el impacto del sistemático trabajo territorial que ambos candidatos y sus partidos están haciendo. Si con este trabajo pueden movilizar a las bases organizadas en los municipios que gobiernan, la recta final puede producir sorpresas. En este campo, ni GANA, ni CD, ni Nuevas Ideas pueden competir. Y menos su candidato, quien parece tener aversión al contacto directo con la gente.

Todos estos factores posiblemente no se reflejan en las encuestas. Encuestas son encuestas, pero como dice Salvador Samayoa: En marzo 2018 hubo una medición real, no en encuesta, sino en elecciones, donde los tres partidos que respaldan a Carlos Calleja obtuvieron 1.25 millones de votos. ¿Cuántos factores objetivos existen para pensar que esta vez van a votar diferente? Y estos 1.25 millones votaron en una elección legislativa con solo 45% de participación. Si proyectamos este resultado a una elección presidencial, que suele tener por lo menos un 55% de participación, estaríamos hablando de casi 1.5 millones de votos – en un padrón total de 5.6 millones, de los cuales votarán 3 millones, si la participación es de un 55%, como en la primera ronda del 2014.

Cada uno haga sus números…




sábado, 1 de diciembre de 2018

Carta a un joven deportista: Que tu mala suerte sirva para algo


Estimado José Rafael Flores Vásquez:
Tu foto salió en todos los medios. Un flaco con cara de asustado, a la par de un hombre tatuado. Ambos sin camisa, ambos con señas de los golpes recibidos en la cabeza. A la par el titular: “Policías capturan a pandilleros vinculados a cuatro homicidios”. Foto: “Cortesía” de la PNC.

Los medios reciben y publican diariamente este tipo de fotos. Las toma la PNC a todos los detenidos, las publica en sus páginas de redes, las manda a los medios. Estos las suelen publicar, aunque cada vez que lo hagan, violan la ley. Tal vez no una ley penal, pero sí una ley ética del periodismo: No publicar algo que no se tiene capacidad de comprobar. Es una regla básica.
Por supuesto, si al rato los policías (o el fiscal, o el juez) se dan cuenta que se equivocaron, y que el retratado como pandillero y asesino es inocente, no vuelven a publicar su foto para limpiar su nombre. Nunca. Y tampoco lo suelen hacer los medios que se fueron en la chicahuita. El daño está hecho para la persona que estuvo en el lugar equivocado al momento equivocado, para él y su familia. Y normalmente así queda la cosa…

El caso tuyo fue la excepción. Un amigo tuyo, viendo tu foto en El Diario de Hoy, y sabiendo que ya te habían puesto en libertad, habló a un periodista del Diario para señalar el error. El Diario obtuvo la confirmación de que no existe ningún cargo contra vos y consiguió la denuncia que hiciste ante a Procuraduría de Derechos Humanos por el maltrato a manos de los agentes que te detuvieron. Los colegas tomaron la decisión correcta: publicaron el día siguiente la verdadera historia – y la verdadera foto: vos en tu bicicleta, como seleccionado de ciclismo que sos – no como “vinculado a 4 homicidios” a la par de un hombre tatuado.
Es más, en la redacción del Diario se reafirmó la regla de no publicar las fotos de presentación de detenidos que difunde la PNC. Una buena decisión, que otros medios deberían emular. Un acusado puede salir con nombre, apellido y foto solo cuando un juez haya confirmado que existen sospechas fundamentadas de su culpabilidad que justifican mandarlo a juicio. Así debe ser. ¡Gracias, colegas!
Es más, muchos abogados consideran que la manera como la PNC presenta a sus detenidos a la prensa es inconstitucional, sobre todo la forma denigrante como suelen hacerlo. Y si es así, los medios nunca deberían hacerse cómplice publicando estos videos y fotos. Tu caso comprueba los riesgos de esta mala práctica de la PNC – y de los medios.

La PNC, lamentablemente, no se limita a proporcionar estas fotos de sus detenidos a los medios. La PNC (y el ministerio de Seguridad, que parece más una extensión de la policía que una instancia civil que la supervisa), mantiene sus propios medios. Uno de ellos se llama “Radar”. Se presenta en Internet y redes sociales como “medio digital informativo”, pero no es otra cosa que un instrumento de propaganda del Ministerio de Seguridad y de la PNC, manejado por un equipo que centraliza las comunicaciones de ambas instituciones. “Radar” también difundió la foto tuya, y toda una historia de acción inventada. Por supuesto, tampoco rectifica cuando se ha equivocado. Jamás. Y se equivoca bastante, casi por diseño…

Es un hecho positivo que El Diario de Hoy rectificó en tu caso. Lamentablemente es la excepción en nuestros medios – y debería ser la regla. Como periodista, no me queda más que pedirte disculpas que te hayamos exhibido como pandillero y asesino.

Suerte te desea




jueves, 29 de noviembre de 2018

Carta al candidato de GANA: ¿Cuál de sus caras es la verdadera?

Señor Bukele:
Si comparo su discurso en la Universidad de El Salvador con sus exposiciones en FUSADES, me pregunto cuál de los dos realmente refleja sus concepciones e intenciones. Ante los estudiantes, un discurso incendiario contra el gran capital – ante los empresarios la promesa de proteger al sector privado. Ante un público de izquierda, como en la UES, expresiones de desprecio y amenaza a las instituciones, por ejemplo la Asamblea Legislativa y la Fiscalía General – ante un público supuestamente de derecha, en FUSADES, el compromiso de respetar la institucionalidad y de cuidar la seguridad jurídica.

Un día se nos presenta un candidato queanuncia que va a “gobernar con el pueblo”, organizándolo en “Comandos” y movilizándolo contra cualquier obstáculo institucional o político que enfrentaría su gobierno – y el día siguiente asegura en FUSADES que será garante de la institucionalidad. Estas contradicciones no abonan a su credibilidad y no construyen confianza.

Usted ha tenido la suerte que en FUSADES lo trataron con guantes de seda. Sus interlocutores fueron demasiado educados (otros dirían “blandengues”) como para toparlo con sus incongruencias y su doble cara. O para desnudar la ausencia de conceptos claros, estructurados que uno espera de un candidato presidencial. Esto tiene que ver con la admirable capacidad de victimizarse que usted ha mostrado: víctima de todo el sistema de “los desiempre”, de los poderes fácticos, de los medios de comunicación, y de campañas negras. Las campañas de ataque en redes sociales, por parte de actores anónimos, realmente son contraproducentes: crean un clima en el cual personas decentes y competentes, como los de FUSADES, se sienten inhibidos a ejercer la debida y rigurosa crítica.
Usted se presenta como un político nuevoque trasciende las ideologías. Para muchos suena bien. Para mi, no. Desconfío de políticos que dicen no tener ideología. Sospecho que son oportunistas.

Trascender ideologías no significa navegar con diferentes banderas, dependiendo de la audiencia. No significa no tener posiciones claras y coherentes, sino más bien marcar posiciones claras, pero sin permitir que sean obstáculos para buscar entendimientos y acuerdos con quienes tengan otras posiciones. Esto es pragmatismo, realismo y voluntad de concertación.

La ambigüedad es su principal debilidad. Puede interpretarse como mentira o como falta de claridad y principios. Pero cualquiera de las dos cosas lo descalifica como líder de una nación que necesita resolver sus serios problemas.

Usted tiene que decidirse si quiere reformar el sistema de democracia pluralista que hemos construido a partir de los Acuerdos de Paz – o si quiere seguir descalificándolo e insinuar que pretende cambiarlo de forma y fondo. Si es lo primero, deje de usar el discurso de anti política, descalificando el diseño institucional del país. Si es lo segundo, tenga el valor de decir con franqueza con qué pretende sustituirlo – y convierta las elecciones en un referéndum sobre un cambio de sistema.

Saludos,







martes, 27 de noviembre de 2018

Carta al fiscal general: Sáquenos de dudas

EstimadoDouglas Meléndez:
Usted debería presentarse en los medios, durante el proceso de elección del fiscalgeneral, como candidato que va a mejorar la Fiscalía, y no revestido del poder del titular de la institución, aprovechando el poder de su cargo para reelegirse.

Usted tiene todo el derecho de buscar su reelección, y de hecho hay argumentos para no someter a la Fiscalía General a la incertidumbre de que llegue un nuevo jefe, con nuevas prioridades, nuevos criterios, nuevos métodos. Lo que menos queremos en esta coyuntura es debilitar la fiscalía y su voluntad de seguir adelante con la lucha contra la impunidad y la corrupción. Es por esto, que muchos diputados están inclinados a reelegirlo.
Sin embargo, para convencer a los diputados y la sociedad de su reelección, es necesario que usted responda a varias dudas que se han generado durante su gestión, incluso entre muchos que en general se han mostrado satisfechos de su trabajo y sus logros. Fijarse en estas dudas es lo mínimo que diputados y opinión pública deben hacer antes de otorgarle a un funcionario un segundo mandato.

La primera duda es alrededor de su tendencia de convertir sus casos en espectáculos mediáticos antes de sostenerlos antes los tribunales correspondientes. Esto comienza con la práctica extraña de ponerle nombres a sus casos – nombres que no son descriptivos, sino que en si implican una presunción de culpabilidad. Divulgar ante las cámaras y los micrófonos de los medios un “Caso Saca” o un “Caso Funes” es diferente a divulgar un caso “Destape a la corrupción” o un “Caso Corruptela”. Estos no son términos jurídicos, sino términos mediáticos, y convierten los casos penales, antes de iniciarlos ante los tribunales, en casos políticos y mediáticos.

La Fiscalía está obligada por la Constitución a respetar (y hacer respetar) el principio de la presunción de la inocencia hasta el momento de que un imputado esté vencido en juicio. Pero si de antemano habla ante los medios de montos de $300 millones de dólares malversados, pero ante el tribunal no tiene la capacidad de sostener y comprobar este monto, esto “populismo judicial” le ayuda a ganar el juicio mediático, pero ante el tribunal se convierte en un problema, el cual incluso lo puede obligar a aceptar juicios abreviados con condenas reducidas. No hemos escuchado de usted ninguna expresión de autocrítica sobre su tendencia de buscar victorias mediáticas para ejercer presión sobre los jueces.

La otra duda gira alrededor del excesivo uso de testigos criteriados. Es común escuchar en las vistas públicas a los jueces señalando a los fiscales que los testimonios de criminales convertidos en testigos no pueden sustituir las pruebas materiales y los testimonios de personas no interesadas. Donde más la fiscalía ha abusado de testigos criteriados es en los juicios contra pandilleros, con el resultado de crear la percepción de que para perseguir a los malos estamos dispuestos a violar las reglas de un juicio justo. Existe la preocupación que, igual como en el caso de los abusos policiales, las medicinas pueden resultar más venenosas que las enfermedades. Venenosas para la credibilidad del sistema judicial.

Tampoco hemos escuchado de usted, como máximo responsable de la actuación de los fiscales ante los tribunales, consideraciones autocríticas ni propuestas de cómo resolver este problema con otros métodos de investigación.

Le reto que para buscar y legitimar su reelección no se limite a enumerar los logros de la fiscalía bajo su mando, sino en explicar con claridad qué va a cambiar para que la institución se desempeñe mejor y genere confianza en la ciudadanía. Solo así puede generar apoyo para su reelección.

Saludos,



sábado, 24 de noviembre de 2018

Carta al ministro de Seguridad: No entienden nada

Estimado comisionado Ramírez Landaverde:
Gracias por el tip. Sin su intervención, tal vez nunca hubiera leído los comics del “Oscuro”. Cuando sus subalternos en San Vicente decomisaron miles de los folletos con el comic, y cuando usted salió en televisión denunciando que con estos artefactos están envenenando a los jóvenes con “apología” de la violencia y de las pandillas, pensé: Tienen que ser buenos estos comics…

Y cabal: Los amigos de FUNDE (la organización que los distribuye en colonias a los jóvenes en colonias “de alto riesgo”) me mandaron las 6 entregas de “Oscuro” – y son buenísimos. Pegan precisamente con el lenguaje que entienden los bichos. No los sermonean. Les hablan de situaciones que viven diariamente y los provocan a reflexionar sobre el círculo vicioso de la violencia.
Vea el comic “OSCURO” en estos links:
Primera entrega
Segunda entrega

Se nota que estos comics no son escritos específicamente para salvadoreños, usan términos que no son guanacos. Pero no importa, son escritos de gente que conocen el fenómenos de los barrios y sus pandillas, entienden la dinámica de las venganzas – entre pandillas y entre ellas y la policía. Son fenómenos casi universales. Y el arte, la literatura, cuando realmente es buena, los capta y los entiende – y cualquiera que vive esta realidad, sea en Los Angeles, en Filipinas, o en Soyapango.

Nunca he sido gran consumidor de comics, ni de chiquito, porque nunca sentí que sus figuras, héroes y villanos, tenían algo que ver con la realidad que vivía. Pero si fuera bicho hoy, pandillero o víctima de pandillas, viviendo en uno de los barrios marginales de El Salvador, los personajes de “Oscuro” me serían familiares – y sus historias me harían reflexionar. Esto es exactamente el propósito de estos comics, y por esto una fundación responsable como FUNDE los distribuye a los jóvenes. Todos hablan de prevención, cualquier proyecto caro y a lo mejor ineficiente navega con esta bandera, pero esta iniciativa de FUNDE realmente tiene alcances, porque llega a los jóvenes.

Y entonces, viene la policía, detecta los folletos, los abre, ve hombres tatuados y armados – y bingo: decomisan este veneno. Algún subcomisionado quiere saber más, comienza a leer. Y qué descaro: En el comic #2 cuentan la historia de una ejecución extrajudicial, una pareja de policías matan a un joven desarmado y persiguen a un testigo para matarlo antes de que les ponga el dedo. Esto es propaganda a favor de las pandillas. Alguien está contaminando a los jóvenes. Da la orden de buscar en todos los lugares donde se reúnen los bichos – y con su ejemplar eficiencia policial logran decomisar más de 7 mil folletos con historias del “Oscuro”.

Reportan el caso a la dirección de la PNC. Se informa al ministro de Seguridad. A Usted, comisionado Landaverde. Y ahí la farsa se vuelve patética. Ni el director Cotto ni usted, el ministro, entienden los comics. Comparten el criterio de sus agentes en San Vicente que ahí alguien está divulgando artefactos a favor de las pandillas y contra las autoridades. Usted sale en la tele: Contento de haber pegado otro golpe a la delincuencia. Denunciando a los sinvergüenza que divulgan tal horrorosos contenidos.

No voy a hablarle a usted que esta acción policial de decomisar folletos de contenido literario riñe con la libertad de expresión y de las artes. Obviamente no lo entiende, o le vale…

Le voy a hablar de lo que más me preocupa en este caso. Es evidente que ustedes (del agente destacado en algún pueblo, pasando por el subcomisionado de la delegación departamental y por el director general de la PNC, hasta llegar al ministro de Seguridad) no entienden estos comics. No entienden las historias que cuentan. No entienden los personajes, los malos y los buenos y sobre todos los que andan en la zona gris entre malos y buenos: los pandilleros que quieren salir del círculo vicioso de venganzas. Y si no lo entienden en el comic, es porque no lo entienden en el mundo real, en los barrios donde entran para poner orden.

Y si no entienden la realidad que los jóvenes viven, sus miedos, las presiones que viven tanto por parte de las pandillas como de la policía, están condenados a fracasar. Y esto es exactamente lo que está pasando. Qué triste…

Saludos,





viernes, 23 de noviembre de 2018

“You get what you see”. Observador

Las campañas electorales, desde el punto de vista del ciudadano/votante, no son un ejercicio de adivinanza. Es más simple: What you see is what you get, como dicen en inglés y en el lenguaje de la computación (WYSIWYG): Recibirás exactamente lo que ves.

 Para que esto funcione, para que veamoslo que recibiremos, tenemos meses de campaña, vemos a los candidatos en entrevistas enfrentando escrutinio crítico, en foros, en actos públicos presentando propuestas, en universidades, en mítines dando discursos, en reuniones con maestros, médicos, agricultores, estudiantes y empresarios.

A esta altura, con los candidatos expuestos por dos meses a cámaras y micrófonos, a entrevistadores amigables y hostiles, ya no busquemos cualidades o maldades ocultas. Ya no esperemos sorpresas ni trucos de magia. Hemos visto actuar a los candidatos lo suficiente para evaluar lo más importante: su carácter. En base de esta exposición, los ciudadanos ya tenemos valoraciones objetivas – y estas se reflejarán en las próximas encuestas. Las encuestas anteriores reflejaron otras cosas: por ejemplo, el grado de frustración de la gente, incluso con sus propios partidos y sus direcciones (esto muy marcadamente entre los votantes históricos del Frente, pero también de ARENA). Y también se reflejaron las proyecciones propias de la gente, más que su real capacidad de evaluar a los candidatos. A partir de ahora, ya con los candidatos a plena vista, las respuestas en las encuestas se volverán más racionales, gradualmente acercándose a las reales intenciones de voto.

Con la próxima racha de encuestas, hechas ya sobre a base de plena exposición mediática y territorial de los candidatos de hueso y carne, entraríamos en otra fase de la carrera, en la cual los ciudadanos observarán con ojo crítico si los candidatos se mantienen coherentes. Los posicionamientos populistas con sus consignas simples perderán peso – y comienzan a pesar más las soluciones que cada uno propone. Vamos a observar si las formulan y defienden de manera coherente – o de manerao portunista o demagógica, manejando diferentes discursos frente a diferentes audiencias. En esta segunda fase se van a definir las elecciones. Ya no valdrían los mitos creados al inicio, ni las percepciones adelantadas, como “El pueblo ya decidió”, “Bukele ya ganó”, “El Frente ya perdió”, o “Calleja no conecta con la gente”.

Hugo Martínez

En los primeros dos meses de la campaña, Hugo Martínez ha consolidado, contra viento y marea (y a veces contra el pesimismo entre su propia gente),  que es un candidato diferente a Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén: articulado, deliberante, moderado, racional; que conoce bien el oficio de la política y de la administración pública. Para parar a hemorragia hacía Nuevas Ideas que el Frente ha sufrido, todavía le falta definir con coherencia su concepto de izquierda: democrática, pero fiel a los principios de izquierda. Hugo Martínez no va a incursionar en el electorado de la derecha, no va a robar votos a ARENA, pero con tal que recupera los votos que el FMLN perdió en las elecciones legislativas y de alcaldes, nuevamente estará en la jugada por la segunda vuelta, porque cualquier voto recuperado por él será un voto menos para Bukele.

Carlos Calleja

Carlos Calleja y Carmen Aída Lazo, en los primeros dos meses de su campaña, lograron establecer que no representan la continuación de las políticas históricas de ARENA y del PCN. Lo lograron con sus argumentos y propuestas, pero sobre todo con la manera como se presentan, con su lenguaje, sus actitudes. Independientemente de que la gente esté de acuerdo con sus propuestas, comienza a percibirlos como lo que son: outsiders, un nuevo tipo de políticos, quienes sin enfrascarse en discusiones ideológicas o pleitos con sus partidos rompen con sus prácticas tradicionales y desfasadas. Desecharon visiones fracasados de la derecha salvadoreña como la ManoDura o la supremacía del mercado sobre el Estado, y las sustituyen con enfoques de inversión social focalizada – y no han salido de este guión, a pesar del potencial conflicto con sus partidos, y también sin miedo de ir contra corrientes populistas de la opinión pública. Con esto, más allá de diseñar políticas públicas novedosas, muestran carácter, coherencia y -sorpresa- liderazgo.

Josué Alvarado

Los candidatos de VAMOS han logrado algo poco esperado: perfilarse como otra expresión del hartazgo popular con los partidos y sus gobiernos, pero sin caer en anti-política, propuestas irresponsables ni confrontaciones estériles – elementos que marcan la campaña de Nuevas Ideas. Con esto, aunque no se perfilan como opción para la presidencia, sí se convierten en competidores serios para las elecciones legislativas del 2021, metiéndose en territorios que pensaba monopolizar Bukele con Nuevas Ideas. Y todavía falta incursionar Nuestro Tiempo de liberales como Johnny Wright…

Nayib Bukele

¿Qué ha logrado Bukele en estos dos primeros meses de campaña? Nada nuevo. Ha tratado de mantener intacto el mito creado de que está ganando. De acuerdo a su tesis que ya ganó, porque “el pueblo ya decidió”, no se ha preocupado de acercarse a los ciudadanos. Él los convoca, pero se limita a predicar a los ya convencidos. No aprovechó el tiempo ni los medios para explicar sus Nuevas Ideas. Ni para resolver las contradicciones entre su discurso de ultraizquierda (“Soy el heredero de la izquierda de Schafik”) y sus pactos secretos con el sector más desprestigiado de la derecha corrupta (GANA, WalterAraujo, ex operadores de Toni Saca como el primo Herbert…).

Lo que vemos

Esto es lo que vemos. Esto es lo que hay. Los posicionamientos e incluso las sorpresas ya pasaron. Cualquiera puede tratar, en la fase final, de sacar conejos blancos del sombrero o ases de la manga – pero será tarde. A partir de hoy vamos a medir coherencia y carácter, ya no ocurrencias y maniobras como sacar vía a la izquierda y doblar a la derecha. En la fase final será contraproducente, porque va contra la coherencia y credibilidad que los ciudadanos buscan.

El arte, a partir de ahora, será construir sobre los fundamentos ya sentados. Porque así juzgamos carácter, coherencia y predictibilidad. A partir de ahora lo que cuenta son el argumento sólido y la capacidad de escuchar e incorporar lo escuchado en las visiones del futuro gobierno. Contará más la actitud relajada y menos el discurso incendiario.

En resumen: Vamos bien.