jueves, 15 de marzo de 2018

Carta al presidente del Tribunal Electoral: “Yo de Olivo no me olvido”

Poeta Julio Olivo:
Tiene años de polemizar contra las sentencias de la Sala, sobre todo contra la que permitió el voto cruzado. Según usted, la Sala ha complicado el proceso electoral salvadoreño para diputaciones al grado que ya no es manejable.

Déjeme decirle: El mandato suyo es manejar y ejecutar las elecciones, así como las leyes y la jurisprudencia lo dictan. Si no se siente capaz de cumplir este mandato, hay una solución fácil: Renuncie y dedíquese a escribir poemas. Deje que alguien más capaz asuma su cargo.

El conteo de los votos cruzados y las actas que llenaron las Juntas otra vez resultaron erróneas en esta elección, porque usted bloqueó que el Tribunal diseñara un método de conteo en las mesas y un sistema de procesamiento adecuado para lidiar con el voto cruzado. En el 2015 su excusa fue que no había el tiempo necesario para resolver el problema del voto cruzado. Pero ahora han tenido 3 años para prepararse, y no lo han hecho. Mi conclusión: Fue a propósito. Usted saboteó cualquier solución, para que luego poder decir: Ven, hay que eliminar el voto cruzado…

Después del 4 de marzo, usted se dedicó tiempo completo a presionar a los observadores internacionales y a los partidos a enfocar sus críticas al proceso electoral 2018 en un solo punto: el voto cruzado no es manejable.

Ahora sale Zepeda hijín del PCN diciendo que en la Junta de Vigilancia Electoral los partidos se han puesto de acuerdo de volarse el voto cruzado en la Asamblea. Momentito: Existe una sentencia de la Sala que no la pueden revertir, aunque fuera cierto que tuvieran los votos en la Asamblea (lo que dudo).

¿Nos van a quitar el derecho de votar libremente entre todos los candidatos a diputado propuestos por las diferentes partidos, sólo por el berrinche del presidente del Tribunal Electoral? Yo voté por candidatos de 3 partidos diferentes, y así lo han hecho muchos ciudadanos. Y es nuestro derecho. Si usted, Julio Olivo, no puede o no quiere resolver los problemas técnicos que esto presenta al TSE, lárguese.

Soluciones hay. Un salvadoreño residente en Estados Unidos, experto en desarrollo de software, ofreció al Tribunal un sistema confiable, pero usted bloqueó esta solución para dar el paquete a Smartmatic con sus scripts erróneos.

La solución es fácil: Dejar de hacer las actas a mano, dándoles a cada mesa una computadora con el software adecuado y un secretario capacitado para manejarlos. De un solo se ahorraría el paso innecesario de escanear las actas para luego volver a digitalizarlas. Las actas digitales se transmitirían directamente a la base de datos central, aptas para su procesamiento inmediato. El software no permitiría transmitir actas inconsistentes, y los miembros de las JRV solo las firmarían cuando todo cuadre.

Así que, magistrado, no complique las cosas sencillas.
Y los partidos que tengan mucho cuidado: el problema no es la Sala
ni el voto cruzado, es el presidente del TSE. Destitúyanlo.
Saludos,


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(MAS! / El Diario de Hoy)

martes, 13 de marzo de 2018

Carta a una amiga: ¿Vos con Nayib? No te lo creo

Estimada M.:
Has luchado los mejores años de tu juventud, no solo contra las distintas formas de regímenes militares, sino al mismo tiempo contra los machos, los prepotentes, los demagogos, los vendedores de humo, y los oportunistas dentro de la izquierda.

¿Y ahora me venís a decir que el tal Bukele tal vez no sea tan malo, que hay que darle chance, que a lo mejor hay que apoyarlo? No me jodás.

Pero el Frente es pura babosada, me decís. – Pues sí, pero esto tenemos más de 20 años de saberlo. Y sacamos las consecuencias, nos fuimos del Frente, mientras que Bukele, al solo llegar el FMLN al gobierno, se subió al tren alegre del poder para hacer negocios jugosos, y para que lo lleven a la alcaldía. No me digás que bajarse de este tren, justo antes de que su mal gobierno lo lleve a estrellarse, de repente lo convierte en alternativa.

Pero Paolo, más que 20 años hemos tratado de establecer una tercera vía, y hemos fracasado, tal vez con Bukele al fin se logra, me decís. – Y te contesto: Pero tampoco cualquier tercera vía. Gana también es tercera fuerza, pero es peor que las existentes. Tony Saca quiso establecer una tercera vía, y vos incluso te metiste, con el mismo argumento de ahora, y mire cómo terminó: en Mariona.

No, pero esta vez tal vez sea diferente. Bukele es otra generación, mire el pegue que tiene con la juventud, me decís. – Pues, pegue con la juventud también tiene Justin Bieber, te contesto.

No, pero estamos hablando de política. Nadie más que Bukele ha logrado movilizar a los jóvenes en un proyecto político, me decís. – Pues sí, te contesto: Hugo Chávez también movilizó a los jóvenes, a los resentidos, a los ilusos – y ahora los jóvenes mueren en las calles tratando de deshacerse del monstruo.

No seas tan pesimista, Paolo, no podés comparar a Bukele con Chávez, me decís. – Bueno, siempre es diferente la forma del populismo, pero no el esquema: Detectar las frustraciones y los resentimientos de la gente, para reforzarlos. La misma antipolítica, la misma arenga contra “el sistema”, el mismo desprecio a las instituciones.

Tal vez tengas razón. Pero esto es un movimiento nuevo, nada está definido, tal vez sea mejor meterse y trabajar desde adentro para que se encarrile, me decís. – No, mamita, no te vas a meter en un movimiento creado alrededor de un líder autoproclamado, con la ilusión de poderlo componer. Lo único que vas a hacer es prestarle legitimidad. Por esto ahora anda a la caza de gente como vos: líderes decentes, pero frustrados, en la búsqueda de palos donde arrimarse. No te quiero ver en este papel vergonzoso, no después de toda una vida de luchas por una izquierda decente.

No llegamos a nada. Y me temo que voy a tener estas conversaciones con muchos. Solo les digo a los que están picados de meterse en esta locura, solo para desquitarse su frustración con el Frente: A veces la medicina es peor que la enfermedad. A esta altura refundar la misma izquierda retrógrada, desempolvando las viejas consignas (contra el sistema, la oligarquía, los ricos) es absurdo.

Recuérdense: la primera vez es una tragedia,
la segunda vez es una farsa.

Saludos,


sábado, 10 de marzo de 2018

Columna Transversal: ¿Cuándo se jodió el FMLN?

Para explicar (y otros para explotar) el descalabro que sufrió el FMLN en las urnas el 4 de marzo, hoy muchos lo contraponen al “FMLN histórico” de la guerra, constatando que en el camino al poder –y luego ejerciéndolo- este partido ha abandonado sus virtudes revolucionarias, democráticas y emancipativas, convirtiéndose en un partido cerrado, autoritario, e incluso corrupto.


Una narrativa falsa

Es una narrativa muy simplista. No es nueva, Nayib Bukele la adoptó desde el momento que decidió provocar su separación del FMLN. En la lógica del pleito del divorcio, donde se trata de quien se queda con los hijos, los chuchos y el capital, Bukele tildó al FMLN de Medardo González y Salvador Sánchez Cerén como Arena.2 – y su propio movimiento como verdadero heredero del FMLN histórico y guerrillero. Con este discurso se fue a San Francisco Gotera, sabiendo que es en Morazán donde es más profundo el distanciamiento de las bases históricas del Frente con el actual partido FMLN.

La misma narrativa retoman, después de las elecciones, otros amantes frustrados del mito FMLN, como por ejemplo Dagoberto Gutiérrez. Ricardo Vaquerano escribe en Factum, en un una nota titulada “¿Por qué perdió el (ex) FMLN?” la siguiente frase: “Paradójicamente, cuando el partido que surgió de la guerrilla finalmente se llenó de poder, comenzó a vaciarse de contenido.”

Vaquerano describe como el Frente, antes una fuerza revolucionaria y comprometida con la lucha contra la corrupción y las mañas de la derecha de pisotear la independencia judicial, se convirtió en algo corrompido que él llama “(ex) FMLN”. En este cuento, la desgracia del FMLN comienza con la muerte de Schafik Handal, a quien presenta como el guardián de la ética del Frente, quien nunca hubiera permitido el ascenso al poder de un corrupto como Mauricio Funes. Pero Schafik murió, llegó Funes, lleva al FMLN al poder – y a partir de ahí el FMLN se jodió. Así va la el cuento. Así de simple. Así de falso.

El mito de Schafik como guardián de la ética

Aunque estoy de acuerdo que Funes arruinó al país, pero él no arruinó al FMLN. Se montó encima de un partido ya transformado. Para contar la historia real hay que desmontar algunos mitos. El FMLN no se jodió por la ausencia de Schafik, se jodió bajo el liderazgo de Schafik y Sánchez Cerén. Y tampoco es cierto que antes de esto en el FMLN, durante la guerra y en la postguerra, no hubo verticalismo, autoritarismo, corrupción, imposición, y todos estos pecados que hoy destacan en los diferentes obituarios que se escriben sobre el FMLN. Estos fenómenos siempre han existido en el seno del Frente histórico.

La diferencia entre este Frente histórico y el partido FMLN actual no es que el primero haya sido libre de los pecados que ahora al FMLN le causaron la derrota. La diferencia es que el Frente, antes de que Schafik y Sánchez Cerén tomaron control total del partido, no era monolítica sino pluralista. No era un partido vertical, sino un frente de varias organizaciones con diferencias ideológicas y distintas formas de organización interna. Era un frente con constante lucha interna entre autoritarismo y democracia.


El mito del Frente Histórico

Siempre hubo en este frente plural, incluso en medio de la guerra, actos de corrupción, abuso de poder, tendencias dictatoriales, desprecio a la democracia – pero hubo corrientes y dirigentes que hacían contrapeso. A la par de leninistas, estalinistas, maoístas y castristas hubo tendencias antiautoritarias, socialdemócratas, socialcristianas y hasta liberales. Estas contradicciones existían dentro de cada una de las 5 organizaciones y entre ellas. Hubo asesinatos y purgas dentro del Frente, como en la tragedia entre Marcial y Mélida Anaya; hubo masacres como las de San Vicente, cuando las FPL, bajo el mando de Sánchez Cerén, mandaron a matar a cientos de sus propios combatientes y simpatizantes bajo la sospecha de desviaciones ideológicas. Pero estos casos despertaron fuertes debates internos, que casi llevaron a romper al Frente, porque la mayoría de sus militantes no estaban de acuerdo con estas prácticas dictatoriales. Igual que no estaban de acuerdo con la decisión de las FPL y del PC de asesinar a políticos e intelectuales de la derecha, o de ejecutar secuestros durante las negociaciones de la paz. Siempre hubo en la militancia del Frente histórico debate interno, incluso rebeldía, siempre hubo un contingente de intelectuales críticos; nunca hubo pensamiento único, sino pluralidad.

La transformación del FMLN en un partido autoritario no comenzó con la muerte de Schafik, tampoco con su ascenso al poder. Comenzó cuando los cuadros del Partido Comunista y los dirigentes principales de las FPL se unieron para convertir al FMLN en un partido centralizado, vertical, sin tendencias, sin debate interno, y sin apego a la democracia republicana. Comenzó con la salida escalonada de toda la dirigencia y militancia crítica y democrática del partido. Dirigentes como Salvador Samayoa, Joaquín Villalobos, Fermán Cienfuegos, Facundo Guardado, Héctor Silva, y miles de intelectuales y profesionales con sentido crítico, con tendencias liberales o socialdemócratas ya no cabían en el esquema de un partido vertical. Algunos se fueron, otros fueron marginados, otros expulsados. El Frente se jodió cuando los ortodoxos y autoritarios se quedaron con el control total del partido, y este proceso se terminó cuando los contingentes renovadores que no habían salido se sometieron y adaptaron. Esta es la triste historia de Gerson Martínez, Hugo Martínez, Violeta Menjívar y Oscar Ortiz, quien fue el último en dar batalla, hasta que lo hicieron vicepresidente.


La falsa nostalgia

Es falsa la narrativa de la transformación de unos revolucionarios impecables en un partido oportunista. Para ilustrar lo absurdo de este mito, cito lo que los editores de Factum pusieron como encabezado al obituario de Ricardo Vaquerano:

“FMLN mío no existes
solo eres una mala silueta mía…
Ahora sé que no existes
y que además parece que nadie te necesita
no se oye hablar a ninguna madre de ti…”
Tuit que posiblemente dedicaría hoy Schafik Hándal al FMLN
(adaptación del poema El Gran Despecho, de Roque Dalton)

Este es pura mitología. Es falsa nostalgia. La real historia es que se impuso una corriente que siempre fue antidemocrática y represiva, encabezada por Schafik, Sánchez Cerén. José Luis Merino y Medardo, y que todos los demás o se fueron o se subordinaron. Ahora surgen voces internas que exigen revertir este lamentable proceso, y posiblemente Oscar Ortiz se pondrá a la cabeza de esta exigencia. Veo difícil que la transformación de una izquierda plural en un partido vertical se pueda revertir. Nuevamente tengo que decir: Me encantaría que resultara equivocado.
(El Diario de Hoy)

Carta a Salvador Sánchez Cerén: Limpieza general del gabinete

Señor presidente:
Todos las figuras de su partido están hablando sobre el resultado desastroso que sacaron en las elecciones. Tratan de explicarlo, hacen algunos mates de autocrítica, prometen escuchar al mensaje de sus bases. Todos menos usted.

Tal vez usted piensa que quedarse callado demuestra actitud presidencial. Tal vez piensa que como presidente está encima de estas discusiones. Gran error: lo que la gente, incluyendo muchos militantes y bases del FMLN, están exigiendo son cambios en el gobierno, tanto en la composición del gabinete, como en las prioridades y políticas públicas. Ustedes pueden hacer cambios en la dirección del partido. Deberían. Pero lo que urge a la gente es un mejor gobierno. Más allá de los militantes, a los ciudadanos no les importa el partido, les importa el gobierno y los servicios que da – o más bien no da.

A la gente, también a mi, les da igual si Medardo, Ramiro, Norma y Sigfrido sigan mandando en el FMLN. Esto no nos afecta. Tienen que discutir internamente en el partido si les conviene o no, con vista a las elecciones del 2019. Lo que la gente pidió a gritos el 4 de marzo, incluyendo las bases del FMLN, son cambios en el gobierno. Y esto, señor presidente, es asunto suyo. Solo usted puede poner orden en el gobierno, puede sustituir a ministros y funcionarios que manejan las instituciones como si fueran feudos de ellos.

No es nada difícil saber a quiénes tiene que sustituir. Sólo vea dos cosas: los resultados y los reclamos de la gente. Haciendo esta evaluación, le sale la lista de los ministros y funcionarios que tiene que despedir.

Primero, sus encargados de Seguridad. Empezando con su secretario Manuel Melgar, con el ministro-comisionado Ramírez Landaverde, y con el director de la PNC, Howard Cotto. No le tengo que explicar porqué, es obvio que han fracasado.

Segundo, el presidente de CEL, David López, que no ha logrado aumentar la capacidad de generación de energía eléctrica del país, a pesar de cientos de millones de dólares invertidos. El problema: los han invertido mal. Y el daño lo pagamos todos los meses los ciudadanos y los empresarios, porque CEL no ha logrado bajar los costos de energía.

Tercero, el presidente de CEPA, Nelson Vanegas, en cuya administración se ha saboteado la concesión de nuestros puertos y la ampliación de nuestro aeropuerto, con enormes costos para el desarrollo del país.

Cuarto, el presidente ANDA, Marco Fortín, cuya arrogancia, incompetencia y falta de transparencia le han costado al FMLN buena parte de los votos que perdió.

Quinto, el viceministro de Transporte, Nelson García, quien es tal vez el personaje más odiado por los millones de afectados del caos en nuestras ciudades.

Sexto, el ministro de Hacienda, Carlos Cáseres, quien nunca ha sido capaz de presentar presupuestos equilibrados y completos.

Séptimo, el jefe de PROESA, Sigfrido Reyes, a quien urge sustituir por un funcionario con capacidad profesional y capacidad de atraer inversiones. Ahí va en la cola José Luis Merino, a quien no hay que sustituir con nadie, porque tiene una plaza de viceministro fantasma que inventaron para conseguirle fuero.

Hay más que ya no me caben en esta carta: en la Lotería Nacional, en CORSAIN, en Economía y Salud.

Así que, cuando al fin decida romper su silencio, que sea con el anuncio de una limpieza radical de su gabinete. Y luego para anunciar nuevas políticas en estos ministerios y dependencias.

Estamos pendientes. Saludos,

(MAS! / El Diario de Hoy)

 

jueves, 8 de marzo de 2018

Carta a Lorena Peña: Su problema no es de comunicación

Estimada Lorena:
Me alegra que ustedes estén iniciando una reflexión profunda. Leí los 4 puntos de autocrítica que publicaste en Facebook. Arrancan bien, pero se quedan cortos.
A ) Un buen sector de la población reclama por una gestión gubernamental más eficiente y cercana a las necesidades cotidianas de la gente.
Es exactamente el mensaje que les mandó la gente el 4 de marzo. Que bueno que al fin lo entendieron. Falta que saquen las consecuencias. ¿Pero cómo van a corregir los errores si tu siguiente conclusión es esta:
B) Es indispensable comunicar más y mejor los avances en las transformaciones que el país está desarrollando. 
Nuevamente estan buscando pretextos. El problema del Frente y sus gobierno no es de comunicación. Es de prioridades mal definidas y políticas mal ejecutadas. Y la falta espantosa de liderazgo. Aunque tuvieran genios de comunicación, no hubieran podido comunicar avances que no hay, ni mucho menos disfrazar la realidad. La gente no es tonta y sabe dónde ustedes han fallado: en casi todos los servicios básicos. En una cosa tienes razón: Escogieron muy mal a sus comunicadores. Entonces, quiten a Eugenio Chicas y Marcos Rodríguez.
C) Es necesaria más lucha ideológica dentro y fuera de nuestras filas, así como desenmascarar y explicar las líneas comunicacionales, la matriz de opinión con que trabaja la derecha.
Es cierto, Lorena: hace falta una intensa lucha ideológica dentro de sus filas, si quieren tener futuro como fuerza política. Pero no la lucha que tienes en mente, contra la derecha. No es la derecha con su propaganda que les ha dado esta paliza electoral, se la han dado ustedes mismos. Hace falta una lucha interna contra la ortodoxia, contra el populismo, contra el verticalismo, contra la adhesión a ideologías como el chavismo, para abrir espacio a una izquierda democrática, abierta, moderna al mundo y sus cambios. Si no abandonan el populismo, les va a nacer un adversario mucho más eficiente y sinvergüenza en la demagogia populista. Además un adversario que ustedes mismos han introducido a la política. Ahora tú dices que “no es tiempo para ceder a un aspirante a caudillo” – pero fue aspirante a caudillo hace 6 años, pero ustedes lo convirtieron en alcalde, y hoy los pone a temblar. ¿Qué tal un poco de autocrítica en este tema?
D) Es tiempo de oír a la gente y tomarnos en serio sus opiniones.
Otra vez 100% de acuerdo. Pero escuchen bien, el mensaje fue claro y fuerte. El problema es que tus conclusiones correctas (puntos A y D) las echas al traste con tus conclusiones ideológicas (puntos B y C).
Mucha gente piensa que el daño que ustedes han hecho a la izquierda ya es irreparable, sobre todo porque han eliminado los mecanismos de debate y relevo tan indispensables para la renovación. Por mi parte, estaría feliz si ustedes me sorprendieran, mostrándome lo contrario.
Saludos,




(MAS! / El Diario de Hoy)

 

miércoles, 7 de marzo de 2018

Frases que se repiten y que no ayudan para nada: “Transformar el sistema de partidos”

“En El Salvador urge una transformación
del sistema de partidos.”
Por primera vez escuché esta tesis en boca de Rubén Zamora, en una entrevista con Alberto Arene. Este último la retomó en varias columnas – y de repente la repiten varios analistas y columnistas, pero sin nunca decir qué tipo de transformaciones tienen en mente. Me pregunto: ¿Qué está mal con el sistema de partidos? A partir de los Acuerdos de Paz tenemos un sistema pluralista, en el cual todas las corrientes ideológicas compiten y, si logran respaldo popular, participan del poder legislativo y municipal.

Tenemos un sistema constitucional que da a los partidos políticos la función de representar a los diferentes sectores y corrientes de la sociedad y servirles de vía de acceso al poder. La Sala ha flexibilizado esta función, permitiendo candidaturas no partidarias para diputaciones.

¿Qué está mal con este sistema de democracia representativa? Dicen que los partidos políticos son malos, que no son democráticos, que la gente no se siente representada por ellos. Bueno, es cierto. Entonces, cambiemos los partidos, pero no el sistema.

Presionemos que los partidos se renuevan y se abran a la sociedad. Y si no lo hacen, castiguémoslos y fundemos nuevos. Así como la ciudadanía acaba de castigar al FMLN.

Pero la renovación de los partidos esto no es asunto de legislación. Los partidos no cambian por decreto. Cambian por procesos internos y por presión de la ciudadanía, y por la interactuación entre ambos. Ya tenemos una Ley de Partidos Políticos, que para mi criterio no sirve para mucho. Está bien que esta ley obligue a los partidos a transparentar el financiamiento de sus aparatos y campañas. Pero es un absurdo querer obligar por ley a los partidos a ser democráticos, a decretar cómo tienen que elegir sus dirigencias y sus candidatos. Esto es un problema entre los partidos y sus militantes y votantes, o sea un asunto político. Un partido de ideología autoritaria no va a ser democrático internamente, por más que esté obligado de hacer primarias. Si un partido es autoritario, los votantes democráticos lo van a castigar en elecciones. Pregunten a Medardo González y José Luis Merino como funciona esto y qué impacto tendrá.

Entonces, ¿qué quieren reformar en el sistema partidario? Dicen que la legislación electoral favorece a los partidos establecidos y no permite o obstaculiza el surgimiento de partidos nuevos. Correcto. Entonces, cambiemos el Código Electoral. Quitemos esta tontería de obligar a un partido nuevo a coleccionar 50 mil firmas. Abramos espacio para partidos locales o regionales. Quitemos los absurdos obstáculos a candidatos independientes, y permitamos que también puedan correr por alcaldías.

Dicen que la crisis de representatividad de los diputados tiene que ver con la forma en que los elegimos, que mejor sería crear distritos electorales, para que cada diputado sea representante de un territorio y una población, a los cuales tiene que rendir cuentas. Pueden ser 84 distritos (o menos) con un diputado cada uno, o pueden ser, por ejemplo, 25 distritos de igual población electoral, que elijan cada uno a 3 diputados, para garantizar más pluralismo.

Bueno, entonces, discutamos sobre una reforma electoral profunda, pero dejemos de filosofar sobre una “transformación del sistema de partidos’.

Un problema que se hizo evidente, nuevamente, en esta campaña electoral es la falta de peso de los candidatos – y por tanto de la Asamblea. Para que el parlamente juegue plenamente su rol en el sistema republicano de la división de poderes, es indispensable que a la Asamblea lleguen figuras políticas e intelectuales que pueden convertir el parlamento en el centro del debate político del país. Esto incluye, que el liderazgo real de los partidos muestre cara en el parlamento, y por otra parte que los partidos postule a académicos, profesionales e intelectuales que pueden sostener un debate sobre cultura, educación, los retos de la digitalización y globalización, etc. Nunca hemos tenido una Asamblea de este tipo. Ni los debates reales, ni las decisiones reales se toman en la Asamblea.

Pero nuevamente, esto no es una deficiencia del sistema representativo pluralista, sino se debe a la mediocridad de los partidos. Un problema que no se va a solucionar por decreto ni por reformas del sistema, sino por transformación de cada uno de los partidos. Esta es una tarea de los militantes, y en última instancia, cuando las militancias no actúan, el que tiene el poder de cambiar los partidos es el votante. Parece que acaba de comenzar a hacerlo con el FMLN, así como lo hizo con ARENA en el 2009. La militancia de ARENA permitió los abusos de Saca y su grupo, no intervino, pero intervino la ciudadanía en 2009. Exactamente lo mismo pasó ahora al FMLN: una militancia frustrada, pero inactiva, y la factura que mandó el votante.

El partido que rompa con la inercia interna, con la tradición de postular diputados mediocres y borregos, y con primarias arregladas, inmediatamente ganaría una ventaja electoral. El partido que se niega a la renovación y apertura, abre su propia tumba: lo van a desplazar los apóstoles de la antipolítica y del populismo sin principios. Esto es precisamente el peligro que está enfrentando al FMLN. Nuevamente, de manera de conclusión: Bukele no es una amenaza al sistema de partidos, sino al partido FMLN, si no comienza a transformarse.

[En otras columnas, analizaremos otras mitos que distorsionan el debate político: “Las nuevas visiones”; “La necesidad de un nuevo acuerdo de nación”; “La polarización nos tiene como estamos”; “La posguerra se ha agotado”…]
(EDH-Observador)

 

martes, 6 de marzo de 2018

Carta a los areneros: Cuidado con esta victoria

Estimados amigos: Entiendo su alegría por el resultado electoral del 4 de marzo que les favorece grandemente. Los felicito.

Pero cuidado con el triunfalismo. Viendo bien los resultados, ARENA no ha superado su resultado del 2015. En 2015 ARENA obtuvo 885374  votos para diputados. Ahora, si proyectamos los resultados preliminares con 72% de actas escrutadas al 100%, habrán obtenido 856000 votos para diputados. Igual en las elecciones del alcalde de San Salvador: En el 2015, Edwin Zamora consiguió 82288 votos (contra 89164 de Bukele). Ahora, proyectando los votos de Ernesto Muyshondt al 100% de las actas, llegarían a 86500. Apenas 4000 más, y todavía menos que Bukele en 2015.

ARENA no creció, lo que pasó el 4 de marzo es que el FMLN se desplomó. Ustedes tienen todo derecho de celebrarlo, pero no saquen conclusiones falsas. La conclusión correcta y realista es: Hay una buen noticia y una mala. La buena: ARENA logró derrotar la tesis que es igual al FMLN, y que por tanto el desencanto de la ciudadanía lo afecta igual. No es cierto, y esto para ustedes es buena noticia. El electorado castigó al FMLN, por razones obvias, y no castigó al partido ARENA.

La mala noticia: El partido ARENA todavía no está creciendo. El pueblo no lo castigó, pero tampoco lo premió.

La conclusión de la buena y de la mala noticia: Hay mucho por hacer para construir una nueva mayoría, que en el 2019 permita a ARENA asumir el gobierno. Entonces, celebren el buen resultado, pero no se den la paja que la batalla ya está ganada. La verdadera batalla es en febrero 2019.

¿Cómo ha logrado ARENA derrotar la tesis de que el desencanto de 60% de los ciudadanos con la política afectará por igual a todos los partidos? Hablando mucho de renovación. Con cierta credibilidad, por que de hecho abrió algunos espacios de democracia interna, de debate interna, de renovación. Por ejemplo la contienda interna para elegir a su candidato presidencial. Hoy le toca a ARENA mostrar que va en serio con su renovación y su vocación democrática. Ya no en discurso, sino en hechos.

Hay dos grandes retos en este sentido, y la gente va a observar con qué determinación democrática ARENA los enfrentará. Primero, las primarias para elegir a su candidato presidencial. Ustedes como militantes tienen que garantizar una contienda justa, sin imposiciones, sin manipulaciones, sin verticalismo, con debates francos y de altura – y al final con unidad fortalecida.

El segundo reto: ¿Cómo van a usar durante el año 2018 su nueva fuerza en la Asamblea Legislativa? Si los ciudadanos vemos que la nueva correlación de fuerza en la Asamblea, lleva a ARENA a la prepotencia y a las viejas mañas de pactos legislativos poco transparentes, repartiendo cuotas de poder entre ARENA, el PCN y GANA para forjar un bloque de conveniencia, la próxima vez el electorado los va a castigar, como acaba de hacerlo con el FMLN.


Usen bien su nuevo poder en la Asamblea, y nunca se olviden porqué la ciudadanía castigó al Frente: por prepotencia, por falta de debate franco, por manejar las primarias como farsa, por los chanchullos y pactos oscuros con GANA – y por supuesto, por su incapacidad.

Saludos,

sábado, 3 de marzo de 2018

Carta sobre los comisionados Cotto y Landaverde, su jefe máximo, y la falta de control civil sobre la PNC

Me han dicho que he sido injusto con Howard Cotto, pidiéndole su renuncia. Es cierto, lo lamento. Hubiera tenido que pedir la renuncia también a Mauricio Ramírez Landaverde, el ministro de Seguridad, quien tiene el mandato constitucional de ejercer el control civil sobre la PNC. Cosa que difícilmente puede hacer, siendo policía.

Hubiera tenido que resaltar que según nuestra Constitución el máximo responsable de la PNC no es el director general, ni el ministro, sino el presidente de la República.
Art. 168.- Son atribuciones y obligaciones del Presidente de la República:
17.- Organizar, conducir y mantener la Policía Nacional Civil (…) con estricto apego al respeto a los Derechos Humanos y bajo la autoridad la autoridad de autoridades civiles.
El problema es que el actual presidente no ejerce este mandato constitucional. Lo delega a su secretario Manuel Melgar, quien en el gobierno de Funes fue ministro de Seguridad y tuvo que ser sustituido por incapacidad. Es a él, no al presidente, que los miembros del gabinete de Seguridad reportan. Pero delegar a su secretario no exime al presidente Salvador Sánchez Cerén de la responsabilidad sobre la PNC.

Para hacer justicia al serio problema que tiene la PNC, yo hubiera tenido que exigir a los diputados de la Asamblea Legislativa que hagan un tiempito en medio de su campaña proselitista para interpelar al ministro de Seguridad y al director de la PNC y pedir explicaciones sobre las situación del GRP, sobre investigaciones internas, y sobre las responsabilidades de los oficiales superiores. Lastimosamente, la Asamblea no tiene derecho de interpelar al presidente de la República, pero si le podemos exigir que le pida explicaciones sobre como ejerce el control de la PNC.

Entonces, para hacer justicia al problema de la PNC (y ser justo también con el comisionado Cotto), hay que concluir que lo que observamos no solamente es una crisis de la conducción de la PNC, sino es una crisis institucional, en la cual ni el ministerio de Justicia y Seguridad, ni el presidente de la República, ni la Asamblea Legislativa cumplen sus responsabilidades. Un problema institucional, tienen razón los que criticaron mi carta a Howard Cotto, no se resuelve con la renuncia o el despido del director de la PNC. Hay que remover también al comisionado policial al mando del ministerio y volver a establecer el control civil sobre la policía. Sólo así será posible una reestructuración profunda de la organización interna y la conducción de la PNC, recuperando su carácter apolítico y profesional que exige el artículo 159 de la Constitución.

El debate sobre este desafío hay que comenzarlo desde ya, pero resolver este problema le tocará al próximo gobierno que elegiremos en marzo del 2019.

Saludos,

44298-firma-paolo

La carta anterior, a Howard Cotto

(MAS! / El Dairio de Hoy)

 

jueves, 1 de marzo de 2018

Carta a Howard Cotto: Tiempo de renunciar

Señor director de la PNC:
Usted no es cualquier funcionario. Cuando un director general de la policía se equivoca, están en juego vidas. Y cuando no logra mantener el control de su institución, está en juego la credibilidad del Estado.

Usted hubiera tenido que renunciar cuando se hizo evidente el grado de descomposición en el cuerpo élite de la PNC, el Grupo de Reacción Policial GRP. El hecho que un policía le pegue un tiro a una mujer policía puede ser un hecho aislado. Pero cuando los compañeros y jefes de este miembro del GRP le facilitan no solo la fuga, sino el secuestro de la víctima herida; cuando el hechor puede regresar al cuartel del GRP sin que lo detengan; cuando el fiscal general tiene que reclamarle al jefe de la policía la negligencia de no incluir al fugitivo en la lista de los más buscados; cuando durante dos meses la PNC no ha dado ni con la víctima, ni con el victimario, entonces estamos ante un problema de la institución. Y para este problema tiene que asumir la responsabilidad su jefe.

Hoy nos enteramos del ridículo que usted hizo en el cementerio de San Francisco Javier. Lo vimos en televisión explicando porqué estaba seguro que ahí se encontraba el cuerpo de Karla Ayala, la agente policial desaparecida y supuestamente asesinada. Usted dijo en televisión que la PNC había investigado las circunstancias del entierro que se efectuó en este cementerio días después de la desaparición de Karla Ayala, y que los dolientes eran familiares del agente prófugo. Usted dijo tener pruebas que no hubo velorio ni ceremonia de sepultura, y que por esto iban a exhumar el cuerpo y comprobar que ahí estaba enterrada Karla Ayala.

Pero el día después vimos en televisión videos de la sepultura de Paula Castro Lobo, proporcionados por la familia doliente. Y lo vimos a usted diciendo que definitivamente el cuerpo encontrado no era de la agente desaparecido. Entonces, ¿qué dice esto de la calidad de investigación que hizo la PNC en San Francisco Javier? En un pueblo, al investigar si hubo o no una sepultura, es imposible no encontrar testigos.

Usted se fue simplemente con la suposición. Como la familia de Paula Castro, la anciana enterrada en San Francisco Javier, tiene lazos familiares con el agente fugitivo, usted dio por hecho que esta familia había escondido el cuerpo de Karla Ayala, fingiendo el entierro de su abuela.
Todo lo que ha pasado desde la fatal fiesta de fin de año en el cuartel del GRP es una sucesión de encubrimientos, complicidades y decisiones equivocadas. Para investigar bien, la única solución es que se aparten los que han fracasado en aclarar los hechos. Y el principal responsable de tanto encubrimiento y fracaso es usted. No puede quedar dirigiendo la policía, y mucho menos las “investigaciones” del caso GRP.

Aquí hay solo dos explicaciones: Usted es parte del encubrimiento, o es incapaz de garantizar que dentro de la PNC se haga justicia. En ambos casos, tiene que renunciar o ser removido.

De todos modos, no entiendo cómo usted aguantó mirarle la cara a la hija de doña Paula, luego de la exhumación, sin mostrar la más mínima muestra de compasión y pena.

Saludos,

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(MAS! / El Diario de Hoy)

 

miércoles, 28 de febrero de 2018

Mi voto razonado


En la elección de diputados no voy a votar por bandera. En todas las planillas hay diputados actuales y candidatos nuevos que no deberían ser diputados. Votar por bandera significa apoyar a todos los candidatos por igual, además confirmando el orden que tienen en su planilla. Para evitar esto, hay que votar selectivo, o sea por cara, apoyando solo a los candidatos que merecen confianza.

Para votar selectivo, primero hay que identificar quienes son los candidatos que merecen el voto, sean diputados que han hecho buen trabajo, o caras nuevas que se perfilan como honestos, idóneos, capaces, con espíritu de servicio, no corruptibles y tampoco dóciles ante la cúpula de sus partidos. No importa que sean pocos. Estos pocos tienen que entrar a la Asamblea y hacer una diferencia.

Por ejemplo, si analizo la planilla de ARENA para San Salvador, donde me toca votar, hay tres categorías: algunos (entre diputados y nuevas caras) que estoy vetando. No los quiero en la nueva Asamblea. Sobre ellos escribo abajo. Hay otros que no son de mi preferencia, pero no tengo razones de objetarlos. Tampoco necesitan de mi voto. Voy a reservar todo el peso de mi voto para los pocos que realmente quiero ver en la Asamblea.

Votaré por 3 en la planilla de ARENA: José Andrés Hernández (#9), Luz Fonseca (#16) y Federico “Lico” Mejía (#19). Los últimos dos solo entran si acumulan mucho más votos por cara que los demás. Recomiendo marcar sus caras.

Voy a razonar mi voto: José Andrés Hernández es un candidato fuera de serie. Fue candidato a alcalde de Mejicanos en 2015. Casi fue electo, a pesar del voto de castigo contra ARENA por la pésima gestión de su alcaldesa saliente. Me convenció, porque hizo algo muy inusual para candidatos: Siguió con su sistemático trabajo en las comunidades durante los tres años entre elecciones. Es un hombre con gran vocación de servicio, y muchos en su propio partido han intentado bloquearlo por su criterio de independencia ante imposiciones indebidas de la cúpula. Será un buen diputado, que se concentrará en desarrollo local y creación de empleos.

Luz Fonseca
fue electa concejal en la alcaldía capitalina. De toda la bancada de ARENA, es la que más ha dado dolor de cabeza a Bukele. Es la concejal que lo señaló como el bully que es, denunciando en público el caso del “manzanazo”. Si defendió a una concejal del FMLN contra su propio alcalde, hará lo mismo en la Asamblea y en su fracción. Va a luchar por legislación que promueva la instalación de guarderías en empresas, en los mercados y en las comunidades, para fortalecer las familias y sus oportunidades de empleo.

“Lico” Mejía
es uno de muchos profesionales y empresarios hartos de la mala política que produce malos servicios para los ciudadanos. Decidió lanzarse de candidato para introducir a la Asamblea (y a ARENA) racionalidad, humanismo, profesionalismo y sensibilidad por los problemas sociales. Necesitamos de diputados-ciudadanos para renovar la política.

Votaré cruzado. Le daré mi voto de preferencia al abogado Raul Betancourt, quien ocupa la casilla #1 del PDC. Será un diputado incorruptible, con principios humanistas y valentía a enfrentar la corrupción en todas sus formas. Un defensor de la independencia judicial, de los contrapesos y controles al poder ejecutivo, de la libertad empresarial, pero también de los derechos sociales. Tengo dudas del PDC actual, pero confianza en Betancourt, quien se identifica con la Democracia Cristiana europea y su concepto de la economía de mercado social.

Mi último candidato se llama Jorge Mario Meléndez, es un economista egresado de la ESEN – y socialdemócrata. Va en la casilla #1 del PSD. Aunque tengo dudas si el PSD tendrá la capacidad de constituir una genuina fuerza socialdemócrata independiente tanto de la izquierda autoritaria del FMLN como del populismo de Bukele, daré el beneficio de la duda a este joven que se propone intentarlo. Me gusta la idea de un socialdemócrata en la Asamblea.


Entonces, esta es mi planilla personal para San Salvador: Jorge Andrés Hernández (#9/ARENA), Luz Fonseca (#16/ARENA), Lico Mejía (#19/ARENA), Raul Betancourt (#1/PDC) y Jorge Mario Meléndez (#1/PSD).

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Si votaría en La Libertad, solo marcaría la cara de dos mujeres, ambas de ARENA: Felisa Cristales (#5), quien retomaría la lucha de Juan Valiente por la renovación de ARENA y de la Asamblea. Y Karla Hernández (#2), quien como diputada ha mostrado valentía y criterio de independencia.


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Si fuera habitante de Antiguo Cuscatlán, apoyaría al candidato propuesto por CD/FMLN, Luis Rodríguez. Al fin alguien reta a la alcaldesa eterna Milagro Navas de ARENA con propuestas audaces y sin tinte ideológico.

Si votaría en San Vicente, lo haría por Roberto Angulo (#2), el candidato del PCN en la coalición ARENA/PCN. Es un político de la vieja escuela, pero más abierto a la renovación que muchos de los jóvenes. Y más que los candidatos de ARENA en este departamento. Si votaría en Santa Ana, lo haría por el #4 de ARENA: Josué Godoy (#4 de ARENA) y Javier Palomo (#2/ARENA).

En los demás departamentos, no me atrevo dar recomendaciones, porque no conozco a los candidatos.

Los candidatos que he recomendado representan 4 partidos diferentes, pero que tienen mucho en común: racionalidad, honestidad, coraje, y compromiso social. Que viva el pluralismo político.

***


Al lector inteligente: El poder del voto de castigo


Estimado amigo:
Ayer publiqué una columna titulada “Mi voto razonado”, pidiendo que su voto sea selectivo – y dando mis recomendaciones por quiénes votar. Pero el voto selectivo también tiene otro componente: el castigo a los malos diputados y candidatos.

Hay una serie de personajes en la Asamblea que tienen la responsabilidad de la mala imagen de este órgano del Estado y por las malas políticas que resultan de sus decisiones. Hay que identificarlos con nombre y apellido, y castigarlos negándoles el voto. El voto por cara nos da el poder de hacerlo.
Malos diputados hay en todos los partidos. No es una cuestión de ideología, sino de la falta de integridad personal.

Francisco Merino
ha sido protagonista de todos los chanchullos en la Asamblea. La forma de castigarlo: Votar inteligente. Si usted es votante del PCN en el departamento de Santa Ana, vote con orgullo por su alcalde azul, pero no por la planilla del PCN. Su partido saldrá más fuerte sin Chico Merino.

Guillermo Gallegos
está haciendo la campaña más tóxica de todos, jugando con los sentimientos y miedos de la gente. Aboga por más violencia, la pena de muerte, por armar grupos de exterminio. Además es corrupto, como demuestra la donación de medio millón de dólares de fondos públicos a una ONG fantasma de su esposa. La receta para quitarle poder tiene que ser radical: Ningún voto por GANA.

Milagro Navas
es alcaldesa de Antiguo Cuscatlán y miembro del COENA. Maneja su alcaldía como un feudo personal – y su poder en el partido para bloquear la renovación. Los que tienen el poder -y la responsabilidad- de castigarla son los votantes de ARENA. O votan por Luis Rodríguez, quien va por la coalición CD/FMLN (pero no es cuadro del Frente) – o si no tienen el valor de marcar la bandera del FMLN, usen el voto nulo o en blanco para mandar un mensaje claro a su partido. Apoyen a los mejores candidatos a diputados de su partido, pero nieguen el voto a Milagro Navas. Esto se llama voto inteligente.

Si usted es votante del FMLN, sabrá cuales son los candidatos nuevos que pueden recuperar la confianza en este partido. Voten selectivamente por ellos. No voten por los dirigentes que son responsables del descrédito que la gente tiene por su partido: Nidia Díaz, José Luis Merino, Blandino Nerio, el Diablito Ruiz, Zoila Quijada. No voten por fracasados como Benito Lara o Jorge Schafick Handal jr. Ustedes sabrán cuales de los candidatos nuevos pueden hacer un mejor trabajo.

Si usted es votante de ARENA, use el voto por cara para castigar a los personajes que más daño han hecho a su partido. Está en sus manos quitarles el poder a quienes han abusado de el para bloquear la democratización de su partido, como Alberto Romero y César Reyes. Está en su poder eliminar de la fracción de ARENA a diputados como Gustavo Escalante, Ricardo Velásquez Parker y Bonner Jiménez, quienes a ustedes mismos les dan vergüenza ajena. Está en sus manos que tampoco lleguen a su fracción diputados nuevos como Guillermo Portillo, promovido por los dinosaurios para fortalecer su control.

Su voto tiene el poder de castigar y de premiar. Úsalo, es el único poder que tiene. Saludos,


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(Segunda Vuelta)

El gueto genera odio y violencia

Voy a comentar y ampliar dos columnas que mi colega y amigo Manuel Hinds publicó: El Cambio en el corazón y El odio de clases y las maras. Cuando en su segunda columna menciona la crítica que ha recibido “desde la izquierda” a su primera columna, se refiere a un email que le mandé. De paso sea dicho: Me honra que por lo menos los serios pensadores de la derecha, por ejemplo Manuel Hinds, todavía me identifican como “de izquierda”.

Esto no es una controversia. Coincido plenamente con la tesis principal de Hinds: Sembrar odio, y en especial odio de clase, es dañino para la sociedad – o como concluye Hinds: Sembrar odio de clase, o cualquier otro odio, lejos de resolver los problemas que enfrentamos, los complica y puede hacer imposible resolverlos. Totalmente de acuerdo.

Odio de ambos lados

Mis observaciones son para complementar los argumentos válidos de Hinds. Por ejemplo: Si hablamos del odio de clase como fenómeno en el conflicto que se convirtió en guerra en los 80, es necesario decir que hubo odio de clase de los dos lados. No solo se expresó en las consignas y acciones de los insurgentes, también, y durante décadas, en los discursos u acciones de la derecha. La marginación y la represión de amplios sectores populares también fue expresión de odio de clase. El 32 fue una explosión de odio, y tanto la derecha como los comunistas haciéndolo peor con sus inyecciones letales de odio de clase. Esto confirma le tesis de Hinds que sembrar odio de clase empeora los conflictos sociales existentes. Los asesinatos de sindicalistas y los masacres de campesinos en los años 70 fueron expresión de odio de clase, igual que los secuestros y asesinatos de empresarios. Y tanto los mensajes del mayor D’Abuisson como de las FPL de Marcial potenciaron este odio llevaron al país a la guerra.

Muchas veces, el odio nace del miedo. Los que en el 32 masacraron a miles de campesinos, tenían miedo a una insurrección de los indígenas. Tenían miedo, porque sabían que los habían maltratado, generando una bomba de tiempo. Tiene toda la razón Manuel Hinds en decir que donde ya hay conflictos sociales, resentimientos y miedos, sembrar odio de clase hace explotar estas bombas.


La violencia que nace del gueto

Hablando del conflicto actual, lo que se expresa en la violencia de las maras no es odio de clase. Las maras no hacen guerra contra otra clase. Matan casi exclusivamente a otros igual de pobres. Es violencia entre pobres. ¿Pero de dónde nace este odio? ¿De dónde nace esta disposición a la violencia? Guste o no, hay que decir que nace de la percepción de exclusión, generalizada en muchas comunidades. Y al decir esto, no se está inyectando odio de clase a una situación ya complicada, sino señalar la raíz del problema es necesario para entender por dónde hay que buscar soluciones, más allá de la aplicación de la ley y las respuestas policiales y represivas.

Es cierto, y siempre hay que aclararlo, que la violencia y el odio no nacen de la pobreza. Nacen de una situación de gueto. Esa es una situación social donde la pobreza está acompañada de la percepción de exclusión: del desarrollo, de las oportunidades, de los servicios básicos del Estado. Cuando una comunidad se siente colectivamente excluida, genera una identidad peligrosa, con reglas sociales y morales propias. Una vez que esto pasa, situarse fuera de la ley, aunque no es automático, sí es un paso más fácil, con pocas barreras. Es el paso que dan los que se unan a maras.

Cierto, esta percepción de exclusión tiende más a expresarse en violencia, cuando en el país existe la tradición y la continuidad de un discurso político de odio de clase, como lo sigue manejando el FMLN. Esto confirma la tesis de Manuel Hinds que sembrar odio de clase en un conflicto social lo profundiza y hace más difícil resolverlo. Pero ojo: El discurso de odio de clase no es el origen del sentimiento de exclusión y tampoco de su transformación en violencia. El origen es la realidad. Y esta realidad hay que cambiarla. Hay que romper la realidad de gueto, en la cual vive un gran porcentaje de los sectores populares, tanto en las ciudades como en el campo.


Change of heart

Me parece interesante el planteamiento de Manuel Hinds sobre la necesidad de un “change of heart”. Pero agregaría que no puede ser un cambio solo espiritual, o un cambio de discurso. Si el “change of heart” del resto de la sociedad no incluye la disposición de atacar la situación de gueto y de transformar los barrios y sus condiciones de marginación, esta situación no va a cambiar. Y la violencia, con todas sus expresiones de odio, no va a superarse.

Esta es la gran deficiencia de las políticas de seguridad que han empleado los gobiernos, tanto de ARENA como del FMLN, desde que se vieron confrontados con el fenómeno de las maras.
Hagamos el “change of heart”, y actuemos. No podemos simplemente pedir a los que se sienten marginados que tengan un “change of heart”, requiere de algo más serio y tangible.

Haciendo estas consideraciones no significa justificar la violencia de las maras. La violencia no es justificable. Pero tenemos que entender dónde y porqué nace y se reproduce. Ya sería un paso correcto que la sociedad ya no permita que sus funcionarios, como el actual presidente de la Asamblea Legislativa Guillermo Gallegos, sigan sembrando odio. Pero requiere de mucho más. El odio que se manifiesta en los conflictos sociales del país no es sembrado, tiene raíces en la realidad. Y estos hay que atacarlos. Esta sería la solución radical al problema.

Las dos columnas de Manuel Hinds:
El Cambio en el corazón
El odio de clases y las maras

(EDH-Observadores)

Carta a los colegas periodistas: Cuidado, no son loros. De Paolo Luers

 Publicado en MAS y EL DIARIO DE HOY, sábado 27 febrero 2028

Estimados colegas:
El sábado pasado desayuné con el siguiente titular de La Prensa Gráfica: “ALTO MANDO MILITAR LIGADO A CRÍMENES”. Al abrir el periódico, encuentro la nota, esta vez titulada así: “ESCUADRÓN DE EXTERMINIO EN LA FAES CON AVAL DEL ESTADO MAYOR”. 

 

Para que un periódico acuse al Alto Mando y al Estado Mayor de la Fuerza Armada de esta manera, tiene que tener buenas razones y buenas pruebas.

 

Pero lo único que tenían fueron alegatos de la fiscalía, en el caso contra tres oficiales de la Fuerza Armada recién detenidos. Repitieron el error usual: Asumir las acusaciones de la fiscalía como hechos, y las pruebas presentadas por la fiscalía como comprobadas.

 

Hubieran tenido que titular así: FISCALÍA ALEGA QUE…

 

Al leer la nota completa, uno se da cuenta que los oficiales son acusados de “asociarse con civiles, para favorecer a ocho miembros del área de inteligencia del Ejército que privaron de libertad y torturaron a dos jóvenes en Apaneca.” O sea, la fiscalía acusa a los 3 oficiales de encubrimiento, pero aprovecha el escrito de acusación para hablar de un grupo de exterminio, de asesinatos - y de la complicidad del Estado Mayor y del Alto Mando en todo esto.

 

Es raro, ¿verdad? Debe llamar la atención a un periodista que la fiscalía dice tener pruebas de algo tan insólito que un escuadrón de muerte militar que opera con aval de la cúpula de la Fuerza Armada, pero sin acusar a nadie de este delito grave. Esta es la primera incongruencia que un periodista debiera haber señalado.

 

En esta circunstancia, sin que exista una acusación formal de la fiscalía sobre tales delitos, salir con un titular que señala al Alto Mando militar de estar ligado a crímenes y haber avalado operaciones de exterminio, es una decisión editorial muy atrevida. Y muy irresponsable.

 

La maña de muchos fiscales de meter en sus alegatos de contrabando acusaciones que van mucho más allá de lo que formalmente acusan, y que además comprometen a personas que no están siendo acusados ante los tribunales, debería llevarnos a los periodistas a señalar esta práctica y pedir explicaciones a la Fiscalía General. Es inaceptable que los medios lo reportan como si fueran hechos comprobados. Si un medio asume estos señalamientos de la fiscalía, y los reporta de forma afirmativa, se hace culpable de calumnia.

 

Ningún periodista se fijó en el hecho que nuevamente la fiscalía estaba violando la ley que prohíbe usar grabaciones obtenidas por intervención telefónica fuera del plazo que la ley establece. Por suerte la jueza sí se fijó y desechó todas las grabaciones. Ella puso en libertad a los tres oficiales, y solo admitió la acusación de encubrimiento.

 

Habrá un juicio, pero no será contra el Alto Mando, tampoco contra el Estado Mayor, tampoco por la existencia de un grupo de exterminio avalado por la cúpula militar. Precisamente los alegatos que LPG convirtió, de manera afirmativa, en titulares ya quedan desechados por la jueza. Lo mínimo que debería hacer este medio es rectificar su error.

 

Y lo mínimo que los periodistas tenemos que hacer es ser responsables con tanta cosa que la fiscalía nos quiere servir en bandeja de plata.

 

Saludos,