La Asamblea prorrogó el decreto de las “medidas extraordinarias”, por que ustedes piden que el gobierno haga algo extraordinario para superar la situación insoportable de violencia e inseguridad. Nadie se quería oponer a esta presión, aunque muchos de los diputados saben que estas medidas implementadas por el gobierno no han funcionado. Sólo Johnny Wright Sol lo dijo en voz alta y votó en contra de la locura de seguir haciendo lo mismo y esperar mejores resultados.
En abril 2016 publiqué una columna titulada “¿Algo extraordinario quieren?” Propuse aplicar unas medidas realmente extraordinarias que tienen años de estar agarrando polvo en las gavetas de tres gobiernos consecutivos – y que nadie las ha puesto en marcha. Hablo del plan elaborado por el Consejo Nacional de Seguridad, dirigido por Salvador Samayoa en el período del presidente Flores. El gobierno de Tony Saca no sólo desestimó el plan, sino disolvió el Consejo que lo había propuesto. La “Súper Mano Dura” no tenía uso para propuestas racionales.
Las descartadas por Saca (y luego por Funes y Sánchez Cerén) sí eran medidas extraordinarias: intervenir, sanear e incorporar al desarrollo las docenas de comunidades donde nacieren, crecieron y se siguen reproduciendo los fenómenos de pandillas, violencia y marginación. La idea era intervenir en estas comunidades todo y con todo: viviendas, escuelas, el sistema de salud, la infraestructura, el tejido social, la formación vocacional, el fomento del empleo y emprendedurismo…
Todos hablan de prevención. Pero la única prevención efectiva es que el Estado cumpla con sus funciones y responsabilidades constitucionales. Cualquier institución estatal, cualquier funcionario que hace bien su trabajo, está haciendo prevención. Delincuencia y violencia no prosperan donde el Estado cumple.
Hoy que nuevamente todos (sobre todo el gobierno y sus responsables de Seguridad) presentan como “medidas extraordinarias” una especie de Estado de Excepción con suspensión de derechos y amplias potestades de represión para las fuerzas de seguridad y al sistema penitenciario, vale la pena hablar de verdaderas medidas extraordinarias.
Extraordinario fuera que se actualizara y pusiera en marcha el Plan de Transformación de Barrios.
Extraordinario fuera que la Fuerza Armada, en vez de jugar a policía, la empleáramos para arreglar desastres sociales, de la misma manera como ya lo ha hecho en casos de desastres naturales. Quisiera ver la Fuerza Armada, junto con los jóvenes de las comunidades, arreglando barrancos, viviendas, canchas, escuelas, sistemas de aguas negras, caminos, parques en las comunidades.
Extraordinario fuera que el sistema carcelario, en vez de suspender los derechos que la Constitución y la Ley Penitenciaria garantiza a los privados de libertad, de veras les concediera el derecho al trabajo productivo y la educación, convirtiendo los penales en fábricas y centros de formación vocacional.
Extraordinario fuera que el Estado se descentralizara, dando a las alcaldías las competencias y los recursos que necesitan para hacer avanzar a las comunidades locales en educación, salud, transporte, y seguridad, en vez de concentrar todo en burocracias anónimas e ineficientes lejos de la gente.
Extraordinario fuera que hubiera una política nacional de deporte.
Extraordinario fuera que al ejército de funcionarios públicos en secretarías y consejos e institutos, en vez de darles flotillas de camionetas 4×4, les dieran botas para pisar terreno en las comunidades.
Extraordinario fuera que el presidente dejara de poner cuadros partidarios al mando de la policía.
Extraordinario fuera que ARENA, en vez de competir con el FMLN por la mano más dura, presentara una estrategia alternativa para enfrentar las crisis de marginación en inseguridad.
Extraordinario fuera que los ciudadanos, en vez de aplaudir que se usa el miedo para establecer Estados de Excepción, defendiera el Estado de Derecho.
Extraordinario fuera que los medios consecuentemente investigaran quiénes son los muertos de cada día y quiénes los están matando.
Hagamos todos algo extraordinario para resolver un problema extraordinario. Saludos,
Lea la columna de abril 2016: ¿Algo extraordinario quieren?
(MAS!/El Diario de Hoy)