Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 8 noviembre 2016
Muy queridos nicaragüenses:
En estas elecciones, Ortega decidió no correr contra la oposición. Prefirió correr solo. Lo que no se imaginaba era que eliminando la candidatura opositora le tocó un adversario mucho más peligroso: la abstención. Ganó con 70% de los votos, pero sólo de una minoría de los aptos a votar. Los que realmente ganaron estas elecciones fueron los nicaragüenses que decidieron no votar. Unos como señal de oposición, otros por desinterés en una elección sin opciones, sin competencia, sin alternativa.
Ustedes consiguieron que Daniel Ortega continuará su perpetua presidencia sin mandato popular, sin legitimidad, sin autoridad que no sea conseguida por la manipulación y la represión. Felicidades, comandante, lograste enterrar al Frente Sandinista.
Igual que la mayoría de ustedes, yo soy de los se aferran a la idea que la Revolución Sandinista del 1979 fue un sueño latinoamericano hecho realidad, y al mismo tiempo una promesa. Ambos, el sueño y la promesa, han sido traicionados y destruidos por Daniel Ortega, Rosario Murillo y sus compinches Ellos todavía se atreven a pronunciar discursos revolucionarios, pero han reconstruido la dictadura. Construyeron el sinsentido de una revolución sin pluralidad, sin libertad, sin creatividad. Este domingo terminaron esta obra. Lo poco que había sobrevivido de esta gesta libertadora, lo enterraron.
O tal vez no. Creatividad y libertad han sido la esencia de la Revolución Sandinista. Ambos ya no tienen el más mínimo espacio en el régimen que todavía se llama sandinista, pero sé que todavía están vivos en las obras de Ernesto Cardenal, Gioconda Belli, Sergio Ramírez, los hermanos Mejía Godoy, en los campos universitarios, en periodistas como Sofía Montenegro y Fernando Chamorro, en ex combatientes como Dora María Téllez, Mónica Baltodano, Henry Ruiz y miles de otros que han abandonado al FSLN y hoy son opositores al régimen de Ortega.
El espíritu libertario de los sandinistas ha sobrevivido la dictadura somocista, la ofensiva de los contras y Ronald Reagan - y no tengo duda que sobrevivirá esta nueva dictadura, reencarnada esta vez como farsa con bandera sandinista. Ustedes han derrotada a la dictadura de verdad, ¿cómo no van a derrotar la farsa?
Lo que más asco da, más aun que los militantes del partido convertidos en borregos del clan Ortega, son los empresarios nicaragüenses, que siguen pactando con la nueva dictadura, sometiéndose a sus reglas políticas por el privilegio de poder hacer fortunas en las áreas de la economía que el comandante (todavía) no reclama para su clan y sus compinches.
Mando un saludo muy fraterno a los que en Nicaragua todavía mantienen viva la idea libertaria, para la cual tantos han dado su vida en las guerras contra Somoza y la intervención norteamericana. La alternativa al régimen Ortega-Murillo son ustedes, no la derecha corrompida disfrazada de liberales. Saco tremendo orgullo del hecho que los sandinistas que tuvo el honor de tener como amigos en los años del primer gobierno revolucionario no son parte de esta farsa que sigue llamándose FSLN. Ustedes, en una lucha que por ahora aparece quijotesca, se oponen a esta mala opereta puesta en escena por Rosario Murillo y su inútil esposo y socio de multimillonarios negocios.
Ustedes son la esperanza, también para muchos de los ex combatientes del FMLN histórico, que no aguantan la idea que la tradición de las luchas centroamericanas por la libertad terminen en corrupción, menosprecio a la libertad de expresión y desmontaje de las instituciones que controlan el poder.
Saludos,