martes, 1 de noviembre de 2016

Carta a Elías Antonio Saca: No quiero que te humillen, quiero justicia

Estimado Tony:
No me causa ninguna satisfacción el hecho que estés ahora en las bartolinas de la DAN, posiblemente en la misma celda que hace poco habitó Paco Flores y luego mi amigo Raúl Mijango. Me causa tristeza. Satisfacción me causa ver que la justicia al fin da señales de poner fin a la impunidad.

Muchos han expresado alegría por la noticia de tu arresto. Pero temo que no es tanto la alegría de que nace de la justicia, sino más bien la alegría del mal ajeno, la famosa ‘Schadenfreude’ en alemán. Detesto esta reacción maliciosa de sacar alegría del hecho que alguien fue arrestado en la boda de su hijo. Asumo que esto se hizo debido al sentido populista que ya anteriormente, en otros casos, hemos observado en el accionar del actual Fiscal General.

¿Por qué todo esto me causa tristeza? Porque ahora los últimos tres ex presidentes de la República están involucrados en juicios de corrupción. ¿Qué dice esto sobre nuestra democracia? Significa, por una parte, que está en grave peligro de perder legitimidad. Ya hay muchas voces que gustosa y maliciosamente cuestionan el sistema de la democracia representativa, expresada en los partidos políticos. Esto solo abre espacio para demagogos aun peores que ya están al acecho. Pero por otra parte, el hecho que tres ex presidentes estén enfrentando la justicia significa una gran oportunidad de regeneración. Cuál de los dos escenarios será el desenlace de esta situación, ahora depende principalmente de la manera cómo actúe nuestro sistema de justicia, empezando con la Fiscalía y también de la madurez de la sociedad civil, que puede ir por el camino del populismo y querer ver espectáculos; o puede ir por el camino correcto de exigir justicia imparcial, libre de venganzas, show mediático y efectos populistas.

Pero estoy seguro que todo esto no te preocupa. Tu actuación como presidente y como ex presidente nunca fue marcada por el interés en la institucionalidad. Todo lo contrario, tú fuiste quien convirtió la corrupción en sistema, primero en ARENA, luego en el gobierno. No inventaste la corrupción, pero le diste coherencia, la legitimaste con discursos populistas. Fuiste tú quien contaminó el partido, el Estado y la sociedad con este virus del populismo, sustituyendo la racionalidad de la política con la irracionalidad del desenfrenado clientelismo.

Y fuste tú quien abrió el espacio para esta otra versión del populismo simbolizada por Mauricio Funes: el populismo lleno de odio, rencor, sed de venganza e intolerancia. Sin la irresponsabilidad tuya, esta enfermedad nunca hubiera podido capturar al Estado. Y ahora tú mismo caes víctima de estos fantasmas que despertaste. Es irónico, porque tú nunca fuiste vengativo, ni en particular intolerante, ni consumido por odio como Funes y muchos de los que le siguieron en el gobierno. El populismo al que tú abriste espacio, ahora es tan vengativo que cuesta creer que vas a tener un juicio imparcial.

Precisamente esto es lo que hay que exigir. Solo si los juicios contra Funes, Luis Martínez, Quique Rais y el tuyo realmente sirven para descubrir la verdad, o sea, los mecanismos y esquemas de la corrupción incrustados en nuestro sistema político y judicial- nos servirán como primeros pasos de regeneración democrática. En cambio, si estos juicios van en la misma dirección que los juicios vengativos que Mauricio Funes y Luis Martínez celebraron contra Paco Flores y en el caso CEL-ENEL, sólo van a profundizar el problema.

Por esto, no puedo sacar satisfacción de la manera como la PNC y FGR pusieron en escena tu arresto, en medio de la boda de tu hijo. Este espectáculo, igual que la forma mediática como se hicieron los allanamientos en las casas de Funes, no aportan nada a la justicia, solamente al morbo. Este morbo es incompatible con la justicia. Como siempre en El Salvador, poco pan y mucho circo…

Por la simpatía que me despertaste, cuando enfrentaste mis duras críticas con humor y debate, deseo que tengas la capacidad de enfrentar tu juicio con dignidad. No quiero que te humillen, quiero que se haga justicia.

Saludos desde las montañas de los Alpes,
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(MAS!/El Diario de Hoy)