"Daremos la bienvenida a cualquier inversionista, con tal que invierta unos 2,000 millones. Y entonces, nuestro país sí será un paraíso, por lo menos para los billonarios. Y todos los escépticos que piensan que todo esto es otro gran invento pajero de un presidente megalómano, al fin se callarán."
En la voz del autor: Billionarios.mp3
Publicado en MAS! y El DIARIO DE HOY, martes 12 agosto 2025
Vengan a El Salvador. Ya no queremos más locos evangelistas del Bitcoin, sino a los billonarios. Y no cualquier billonario, sólo a quienes les sobran 2 billones, o sea 2,000 millones de dólares, para invertirlos en El Salvador.
Ya veo a los más ricos del mundo haciendo cola para entrar al nuevo paraíso fiscal Bukelandía. Elon Musk va a construir en San Miguel la fábrica de Tesla que tenía previsto hacer en México, pero resultó que tuvo miedo que un gobierno de izquierda como el de Claudia Sheinbaum no podrá lidiar con Trump y su delirio con los aranceles. A la par de la mega fábrica va a construir bloques de apartamentos para los trabajadores que va a importar...
Jeff Bezos construirá en Zacatecoluca el centro de distribución de Amazon para Centroamérica. Carlos Slim, todavía no sabe en qué invertir en El Salvador, porque ya controla Claro, pero de todos modos se apuntó en la lista de espera. El cartel Nueva Generación de Jalisco todavía está buscando un prestanombres presentable para que los gringos no salten cuando inviertan en su patio trasero. Mandan a preguntar qué más les ofrecen si invierten no dos sino de un solo 4 billones...
Bill Gates y el viejo zorro Soros ofrecieron invertir, a través de sus fundaciones, cada uno 2 mil millones en proyectos medioambientales y de fortalecimiento de la sociedad civil. Lo mandaron al carajo Bukele y Hnos. Tampoco cualquier billonario con ideas globalistas, woke y de derechos humanos se podrá aprovechar de los privilegios fiscales en nuestro país...
Armancio Ortega, el zar de ropa español, está proyectando una mega maquila de Zara para aprovechar el potencial de los miles de pandilleros presos. Bukele todavía está estudiando si esta propuesta cabe en su política de seguridad o si viola alguno de sus pactos...
Los hijos de Donald Trump, que fingen estar a cargo de los negocios de la familia (para que nadie piense que su papá tiene conflictos de interés entre poder y plata), ofrecen construir varios resorts de golf en Morazán, Chalatenango y el Cerro Verde. Pero ponen como condición que no se abran minas de oro cerca de sus clubes. Dicen: O somos nosotros o los mineros. Digan a los consorcios mineros que hablan con nuestro papá y de una vez reserven licencias de minería en Groenlandia...
Pero varias transnacionales de minería ya están compitiendo por la licencia de explotar el oro salvadoreño – libre de regulaciones incómodas. Están dispuestos a pagar buenas “comisiones” con el dinero que ahorran en impuestos...
Jack Ma, el chino más rico del mundo y fundador de un imperio de comercio en Internet (al cual bautizó Alibaba en alusión al personaje del cuento “Ali Baba y los 40 ladrones”), tiene urgencia de sacar parte de su fortuna de China, donde le chinga el partido comunista. Pero tiene miedo de llevar su dinero a otra dictadura. Va a consultar a José Luis Merino, el “comandante Ramiro”, antes de tomar su decisión...
Algunos empresarios salvadoreños han pedido una reunión a Karim Bukele para aclarar si la ley de extensión también puede aplicarse a inversionistas nacionales si deciden repatriar los capitales que sacaron del país...
Varias sociedades con sede en las Bahamas pidieron reuniones con algún familiar del presidente para ver si el gobierno puede suspender ciertas normas de las leyes contra el lavado de dinero si ellos invierten más de 5 billones – en lo que sea, que el gobierno decida en qué. Por ejemplo: si quieren que les construyan Bitcoin City, así como lo sueña el presidente, lo harán con gusto, con tal que el gobierno les alquile o compre todos los edificios...
¿Y los emires, jeques y príncipes de Catar, los Emiratos Unidos y Arabia Saudita? Ellos no hallan qué comprar o construir que sea rentable en El Salvador. No están acostumbrados a regalar pisto a nadie. Mandaron a decir a su colega Bukele que “sorry, business is business - y no estamos acostumbrados a hacer cola.” Bukele ya mandará a su tío a Arabia con propuestas que no podrán rechazar...
En conclusión: Daremos la bienvenida a cualquier inversionista, con tal que invierta unos 2,000 millones. Y entonces, nuestro país sí será un paraíso, por lo menos para los billonarios. Y todos los escépticos que piensan que todo esto es otro gran invento pajero de un presidente megalómano, al fin se callarán.
Bienvenidos al Emirato de Cuscatlán,