¿Tiene idea del esfuerzo académico necesario para cambiar los currículos en todo el sistema educativo, desde la primera infancia hasta la universidad?
Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 13 septiembre 2022
El presidente de la República no tiene ni idea de lo que significa una reforma educativa. Esta es la conclusión cuando escuchamos a usted anunciar su proyecto ‘Mi Nueva Escuela’ y venderlo como una reforma educativa que llevará a “una nueva era educativa” y a una “transformación del país desde sus bases”.
Esto, ciudadano presidente, es puro humo. Peor aún, humo tóxico, humo electorero.
Una Reforma Educativa, para que sea de verdad, tiene que ser un proceso integral. Tiene que impulsar un debate de altura intelectual y académica, un análisis de los cambios sociológicos, económicos y tecnológicos, y un esfuerzo conjunto de toda la comunidad educativa. Y tiene que madurar una estrategia para gradualmente poder transformar el sistema educativo, sus contenidos, y sus métodos.
Nada de esto está pasando en nuestro país, porque su gobierno -igual que los anteriores- no ha tenido ni el interés, ni la capacidad, ni la autoridad intelectual para impulsarlo. No se puede llegar a una “nueva era educativa”, ni mucho menos a una “transformación del país”, encomendando a sus expertos en comunicación social y márquetin político que desarrollen un paquete llamado ‘Mi Nueva Escuela’, que de manera fraudulenta recoja algunas necesidades que sienten amplios sectores por una mejora de la educación que reciben sus hijos.
Usted habla de un “cambio total del currículo” y que “se cambiarán los libros”. ¿Tiene idea del esfuerzo académico necesario para cambiar los currículos en todo el sistema educativo, desde la primera infancia hasta la universidad? ¿Y tiene usted noción de que estos cambios no pueden depender de calenturas políticas coyunturales, sino que tienen que reflejar un amplio consenso nacional sobre el rumbo del país? Obviamente, la respuesta es ‘no’ a ambas preguntas.
El comunicado de Casa Presidencial dice: “Se trata de una reforma integral de la educación que busca la remodelación de 5,150 escuelas en cinco años”. Así es como ustedes entienden la reforma educativa. Por supuesto, sería fantástico que un gobierno logre remodelar las escuelas públicas del país. Hasta sus detractores nos pondríamos de pie para aplaudir. Pero pongo en serias dudas que será posible lo que usted promete: renovar 5,150 escuelas en cinco años, o sea un promedio de 2.82 escuelas al día. Esto no es producto de una planificación seria, sino otra vez de su manera de sacar de la manga proyectos y sus respectivos números, costos y plazos. Pero incluso si fuera posible remodelar todos los días, durante 5 años, entre 2 y 3 escuelas, esto tampoco sería una Reforma Educativa. La infraestructura física de las escuelas es importante y hay que mejorarla con urgencia, pero para una Reforma Educativa se necesita muchísimo más que ladrillos, pinturas e instalaciones de alta tecnología. Y no hay nada que indique que usted lo entienda. Por tanto es puro humo su reforma educativa.
¿Cómo entender que usted promete que va a cumplir con la remodelación de las 5,150 escuelas en 5 años? ¿Se trata del programa electoral para su campaña inconstitucional de reelegirse en el 2024?
No voy a pedirle a un hombre como usted modestia o humildad, sería pedir lo imposible. Pero le recomiendo un poco de realismo: Abrace con decisión y planificación realista la buena idea de remodelar las escuelas. No se amarre a su estúpido modelo publicitario de ‘Una obra por día”, que le sirvió tan bien en su propaganda como alcalde. Así que olvídese del eslogan ‘1,000 escuelas al año”’ Remodelen las escuelas que puedan en los 18 meses que les quedan, tomando en cuenta cálculos realistas de costos, plazos, y recursos disponibles.
Si hiciera esto, sin tanto humo tóxico, sin tanta grandilocuencia, la gente se lo reconocería y agradecería. No hace falta mentirle a la gente todo el tiempo, prometiendo castillos en el aire.
Saludos,