El problema obviamente no es la viabilidad. Todo es viable cuando existe un poder total. El problema que no puede resolver ni la Sala, ni el Tribunal Electoral, ni la Asamblea, es la legitimidad.
Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 1 septiembre 2022
Estimados amigos:
Está bueno que surja una discusión pública sobre el tema de la reelección presidencial. El partido oficialista Nuevas Ideas ya está en plena campaña. No para la candidatura de Nayib Bukele, porque este aún no ha declarado formalmente su intención de correr de nuevo en el 2024. Es una campaña en pro de la reelección, que obviamente es necesaria porque la gente sabe que la Constitución determinantemente la prohíbe.
Los que promueven la reelección de Nayib Bukele se cobijan en una resolución de la Sala de lo Constitucional,que ellos mismos la instalaron inconstitucionalmente, precisamente para este efecto: abrir el camino para la concentración total del poder en manos del presidente y para su permanencia en el poder.
Desde el punto de vista de la constitucionalidad, esta resolución es inválida, porque la Sala que la emitió es inválida. Por tanto, la reelección presidencial sigue siendo inconstitucional, así como la Carta Magna lo define con total claridad. Incluso, la Constitución no permite que los artículos que prohíben la reelección sean reformados. No los pueden reformar el Legislativo, ni una Asamblea Constituyente, ni un plebiscito, y ciertamente no una Sala ilegítima.
Hasta ahí el problema de la constitucionalidad. Teóricamente no puede haber discusión sobre el hecho de que la reelección es ilegal. Pero otra cosa es la viabilidad. El presidente, controlando los otros dos órganos del Estado, el Legislativo y el Judicial, ha creado una realidad fáctica, en la cual todo es viable, sea o no constitucional.
En esta realidad fáctica, la reelección presidencial es viable y si Nayib Bukele así lo decide, se va a postular como candidato para el 2024. Y no hay institución estatal que se lo vaya a impedir, por la simple razón de que ya no hay instituciones independientes.
Es por esta viabilidad que Moisés Urbina, en su entrevista Frente a Frente del día miércoles 31 de agosto, preguntó al abogado Francisco Bertrand Galindo. Y por supuesto, conociendo bien la diferencia entre el orden constitucional y la realidad fáctica, Bertrand Galindo respondió: Sí es viable.
Bailan de alegría los promotores de la reelección. El Diario El Salvador, voz oficial de Casa Presidencial, celebra en su portada: “Respaldo Legal a la Reelección”. Pero el doctor Bertrand Galindo no ha dicho que la reelección sea legal. Ha dicho que es viable, porque la Sala ha abierto este camino. Y aunque muchos no lo quieren escuchar, Francisco Bertrand tiene razón. Es viable. El régimen ha consumado hechos que vuelven viable una reelección de Bukele, aunque la Constitución lo prohíbe.
Esto es lo que hace una dictadura o un ‘régimen de facto’: crear una realidad institucional y una correlación de fuerzas que le permite concentrar y perpetuar el poder, diga lo que diga la Constitución. Lo ha hecho la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, y se lo ha copiado el régimen mafioso de Juan Orlando Hernández en Honduras. Con una simple resolución de su Sala Constitucional corrupta de que el presidente tiene el derecho ciudadano de postularse nuevamente a la presidencia y que “los artículos de la Constitución que lo prohíben no son aplicables”, se abrió el camino a su reelección.
Si fue viable en Nicaragua, ¿por qué no será viable en El Salvador? Daniel Ortega ya fue reelecto tres veces, ¿¡y qué!? Nayib Bukele es mucho más joven y popular, ¿cuál será el problema?
El problema obviamente no es la viabilidad. Todo es viable cuando existe un poder total. El problema que no puede resolver ni la Sala, ni el Tribunal Electoral, ni la Asamblea, es la legitimidad. Daniel Ortega la perdió, aunque sostiene el poder. JOH la perdió, logró un segundo mandato, y ahora está preso.
De este problema de legitimidad no van a salir interpretando como ‘apoyo legal’ cuando los analistas describen el triste orden fáctico que han impuesto al país.
No se dejen confundir. La reelección presidencial tal vez será realidad, pero seguirá siendo inconstitucional. Saludos,