Publicado emn MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 21 octubre 2021
Raúl Mijango, Erlinda Handal, Violeta Menjívar y Carlos Cáceres |
Estimados amigos:
Hay un nuevo espíritu unitario, que pudimos apreciar en las marchas del 15 de septiembre y del 17 de octubre, cuando indistintamente de las diferencias políticas, sociales o religiosas se unieron todos para defender la democracia.
Este espíritu hay que cuidarlo y fortalecerlo. También tiene que manifestarse en una solidaridad compartida con los primeros que sufren la manera en la que el gobierno usa su control sobre la Fiscalía y su creciente influencia en el sistema judicial. Lo usan para hacer “lawfare” contra sus críticos y adversarios. Con “lawfare” se entiende el uso de la justicia penal para destruir a adversarios políticos. Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua, Vladimir Putin en Rusia, Xi Jinping en China y todos los dictadores y gobernantes autoritarios del mundo hacen uso de este abuso. Y aquí en El Salvador, Nayib Bukele comienza con lo mismo.
Raúl Mijango, Erlinda Handal, Violeta Menjívar, Carlos Cáceres y Neto Muyshondt han sido los primeros en la mira del “lawfare”, o sea de la aplicación de la justicia como arma política. Con Mijango me une amistad y nunca voy a cansarme de denunciar la injusticia de tener a este luchador social en la cárcel, incomunicado de su familia y hasta de su abogado. A Erlinda Handal no la conozco, sólo sé de su trayectoria científica. Violeta Menjívar, Carlos Cáceres y Neto Muyshondt nunca han sido santos de mi devoción, siempre he criticado su gestión en la política nacional. Algunos de ellos me han atacado por criticarlos. Pero esto no importa. Me indigna lo que les están haciendo para quebrarlos, humillarlos y destruirlos. Nadie merece esto.
Lo que todo ser humano merece es un juicio justo y que se respete su dignidad. Cualquiera puede ser investigado, acusado y enjuiciado por sus actos, pero no humillado o incluso destruido. Y sin precondena. Las fotos que gustosamente han exhibido de Carlos Cáceres, obviamente desolado, sentado en su celda, o de Neto Muyshondt, obviamente enfermo, pero custodiado como si fuera el Chapo Guzmán, me indignan. Deberían indignar a todos.
La condena de Raúl Mijango es injusta. Fue condenado por extorsión, cuando a petición de la empresa extorsionada actuó como mediador para proteger a sus empleados. La detención de Violeta Menjivar, Erlinda Handal, Carlos Cáceres y Neto Muyshondt es innecesaria y constituye un castigo anticipado. Deberían esperar su juicio y prepararlo en libertad.
Los cinco, y cualquier otro que se convierta en blanco del “lawfare” de esta “nueva República”, merecen la solidaridad de todos, sin importar si nos simpatizan como personas o como políticos. Lo que están haciendo con ellos mañana puede pasarle a cualquier crítico o adversario del presidente Bukele y su partido.
Si los que en el pasado han sido adversarios políticos de los ahora detenidos se unen a la demanda de liberarles y respetar su dignidad, estaría naciendo una nueva cultura de tolerancia, pluralismo democrático y solidaridad. Sin esto, no habrá fuerza moral para recuperar la democracia.
Saludos, Paolo Luers