Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 24 julio 2021
Estimados televidentes:
No se preocupen. Aunque arde el cañal político, también este sábado hablaremos de los espectáculos que nos mantienen en suspensión y nos hacen, por lo menos por ratos, olvidar del lamentable estado en que se encuentra nuestro país...
Esta semana comenzó una nueva serie, con un capítulo que nos da ánimo a todos: vemos el éxito que bajo la sabia conducción de un dictador benévolo ha alcanzado un programa penitenciario de rehabilitación, de convertir en personas útiles para la sociedad hasta a los más cínicos criminales..
Vemos en el primer episodio (transmitido en el canal de televisión de “La Nueva Asamblea”) a Tony Saca, el que convirtió al gobierno en una operación gigantesca de defalco, como hombre totalmente reformado. Menos gordo, hasta más joven, y para sorpresa de la nación, convertido en pilar de la lucha contra la corrupción.
Si el “capo di capi” de una mafia poderosa que desangró el país pudo ser reformado y transformado en un ciudadano responsable y útil para la sociedad, este nuevo sistema penitenciario, en el marco de una dictadura educativa, puede rehabilitar a cualquiera, incluyendo a los miles de jóvenes que militan en las pandillas. Un mensaje poderoso para un país sediento de esperanza y de confianza en sus gobernadores...
Los productores de este espectáculo usan, con mucha eficiencia, el método del contraste. Nos mostraron primero otro expresidente, que se hace llamar el “presidente de la paz”. Lo mostraron en toda su arrogancia y terquedad, incapaz de aprovechar la oportunidad que le dieron los diputados de “La Nueva Asamblea” a arrepentirse, aceptar sus errores y poner el dedo a sus colaboradores. Y luego en contraste don Tony, el hombre reformado, que acepta sus errores – y sobre todo los errores de todos sus ministros.
La diferencia entre los dos: El primero nunca fue condenado, nunca vio por dentro una cárcel, y nunca fue beneficiado por el programa de reeducación penitenciaria. La moraleja de esta historia: A los gobernantes hay que agarrarlos, humillarlos, meterlos presos, y luego reformarlos. O sea, reeducarlos, hasta que acepten el nuevo valor que inculca la dictadura benévola a la sociedad: el valor de denunciar hasta a sus amigos. Valor de oreja.
Por lógica narrativa, el episodio 2 de la serie nos cuenta como nuestro dictador benévolo manda a echar preso, a amarrar y a humillar a varios ministros del gobierno que siguió al de don Tony. Y a otros, incluyendo al presidente-abuelo que le precedió, le mandó a decretar orden de captura y a declarar “prófugos de la justicia”. Para que aprendan todos ellos. Para que los pueden someter el este programa de rehabilitación y conversión que fue tan exitoso con don Tony.
Claro, este programa, por lógica didáctica, arranca con un comienzo duro. Humillar a los opositores detenidos hasta que toquen fondo, despojarlos de sus derechos y garantías constitucionales, quebrar su moral y dignidad, son pasos indispensable para el posterior éxito de la rehabilitación. Los drogos conocen los beneficios de estos métodos. También los conocieron los que para Mao Zedong y Pol Pot manejaban los campos de reeducación y resocialización...
Ahora estamos pendientes del tercer capítulo. La pregunta que todos nos hacemos: la reeducación quedará con estos casos ejemplarizantes o se hará más amplia y general. ¿Veremos en el tercer capítulo a la doctora María Isabel Rodríguez y al doctor Héctor Dada amarrados y en uniforme de presos, para emitir el mensaje que nunca es tarde para someterse a la reeducación?
Otro capítulo que está ya en producción se llamará “Las Casas de Cartón”, que mostrará que los funcionarios de la ex-guerrilla, luego de pasar por el gobierno, no vivieron en las famosos “Casas de Cartón” de la música revolucionaria de Ali Primera. Otra vez la serie empleará el método didáctico del contraste: A la par de las residencias en colonias burguesas de los recién capturados exministros de Mauricio Funes veremos las casas de cristal de los hermanos Bukele y sus aliados y los casas de lámina de sus súbditos...
Que bueno que tengamos un gobierno siempre preocupado por nuestra diversión y educación.
Saludos,