Solo con absoluta sinceridad van a
superar la crisis. En el caso del Frente, ya es un poco tarde, porque ya
está terminando su proceso interno. Y los que compitieron por dirigirlo
no lo hicieron con la sinceridad debida: no dijeron con claridad lo que
proponen hacer con su partido. Si hubieran sido sinceros, el FMLN
hubiera tenido el lujo de tener un debate de altura y profundidad sobre
su identidad de izquierda, así como lo hizo el Partido Socialista Obrero
Español PSOE en el 1979, cuando decidió abandonar el programa marxista
de revolución socialista y adoptar uno socialdemócrata de reforma
democrática. Solo después de esta reformulación de su identidad, Felipe
González acepto asumir liderar el partido. El partido socialista en vez
dividirse se unificó y fortaleció, y no solo ganó el gobierno, se
convirtió en el partido que marcó la transición democrática de España.
El elemento clave para la unificación y el fortalecimiento fue la
sinceridad que le permitió debatir y definir su identidad ideológica.
Oscar Ortiz puede haber
ganado la secretaría general del Frente, pero no se ganó el mandato
claro de convertirlo en un partido socialdemócrata. Ojalá que lo logre
de todos modos y sin dividirlo…
¿Y la derecha?
ARENA, que se percibe en crisis al
punto de paralizarse como el proverbial conejo ante los faroles del
camión que lo va a aplastar, no logra ver que en verdad está ante una
excepcional oportunidad de posicionarse para el futuro. Su adversario
tradicional, el FMLN, no aprovechó la crisis para definir con claridad
su identidad política. Su adversario nuevo, la coalición alrededor de
presidente-líder (GANA, NI, CD), insiste en no tener ideología,
efectivamente no tiene proyecto político, solo se reduce a un proyecto
caudillista de poder, basado en la consecuente sujeción de la política
al mercadeo y la propaganda.
Esto deja un vacío de contenidos,
rumbo y liderazgo político que alguien tiene que llenar. Ojala que el
partido emergente NUESTRO TIEMPO entienda que haciendo concesiones a
moda de la antipolítica y antiideología no va abrirse espacio.
Ojala que ARENA también aproveche su
crisis para clarificar su identidad y resurgir con un proyecto político
claro y audaz, que tendría que tener dos ejes centrales: la defensa y el
desarrollo de la institucionalidad democrática y las libertades de un
sistema republicano de pesos y contrapesos; y la erradicación de la
miseria económica y educacional, que es el principal freno para el
desarrollo económico y social del país.
En ARENA ya no pueden darse el lujo
de cultivar pleitos sin contenido político y movimientos alrededor de
las ambiciones de personas. Las bases y los financistas deben obligar a
los que quieren conducir el partido a que sostengan sus candidaturas en
propuestas políticas claras. Solo si el partido conoce de fondo las
diferencias políticas en su seno tendrá capacidad de administrarlas y
unificarse.
En el mejor de los casos pueden
surgir dos proyectos políticos, uno más liberal y el otro más
conservador, pero ambos comprometidos con el pluralismo político y el
desarrollo inclusivo, que compitan en un concurso permanente de
desarrollar las mejores propuestas, pero en el fondo se complementan en
la tarea de construir una nueva mayoría para defender y desarrollar la
democracia.
Sin un debate sincero, los partidos no van a recuperar ni su unidad ni la confianza de la ciudadanía.
Saludos,
(MAS! y EL DIARIO DE HOY)