Gritos incendiarios de sus dirigentes: “Bienvenidos a la dictadura” (Nayib Bukele); “El derecho del pueblo a la insurrección” (Walter Araujo); “Estamos regresando a los años 70, donde se exterminaba (!) a la oposición para que las elecciones las ganaban los mismos” (Juan José Martell).
Y entre sus seguidores el terreno es fértil, bien abonado por el discurso permanente del líder máximo. Twitter se llena de llamados a la violencia: “Preparen todo, nos vamos a otra guerra”, responde un seguidor. “Saquemos las armas”, responde otro. “Yo y 16 más necesitamos armas”, el tercero. “Que faciliten armas, yo estoy listo”, dice otro seguidor de Nuevas Ideas.
Todo esto por la sentencia de la Sala de lo Constitucional. Pero la Sala solo hizo lo que le tocó hacer: Revisó la constitucionalidad del artículo 47 de la Ley de Partidos Políticos, artículo que manda cancelar a partidos que en elecciones legislativas no alcancen 50 mil votos o una diputación. Su sentencia: El artículo es constitucional, el Tribunal Electoral se equivocó.
En 2015, cuando dos partidos (el PSD y el CD) no cumplieron los requisitos establecidos en este artículo, el Tribunal Electoral declaró inaplicable este artículo, porque consideró que viola la Constitución. Por tanto, decidió dejar con vida los partidos CD y PSD.
Contrario a lo que los líderes de Nuevas Ideas y Cambio Democrático alegan, la Sala no ha suspendido al partido Cambio Democrático. No le compete. Ha sentenciado que la resolución del 2015 no es válida. Esto pone la pelote nuevamente en la cancha del TSE. Tiene que sentenciar de nuevo sobre la vida o muerte del CD, tomando en cuenta los criterios definidos por la Sala. Así funciona el Estado de Derecho. El mismo Juan José Martell lo sabía en enero del 2014, cuando dijo en Twitter: “Las sentencias de la Sala de lo Constitucional pueden discutirse, pero se CUMPLEN. Guste o no.” Ahora, convertido en aliado de Bukele, ya no le gusta.
Hoy pone fuego al cañal diciendo la barbaridad que con una sentencia de la Sala “estamos regresando a los años 70, donde se exterminaba a la oposición”.
Es hora de hacer un llamado a los miembros del CD y los seguidores de Nuevas Ideas: No se dejen arrastrar a la anti política, ni mucho menos a la violencia política. Estoy convencido que muchos de ustedes realmente quieren renovar la política. No pueden exigir que el Estado de Derecho se adapte a las pretensiones de poder de un hombre.
No hagan caso a líderes que les quieren provocar a confrontar el Estado de Derecho, pero quienes a la hora de los cachimbazos no van a estar con ustedes.
Cuando escogieron al CD como vehículo, sus líderes sabían perfectamente que es una carcacha destartalada sin motor – y posiblemente sin matrícula de circular. No levanten ahora el grito en el cielo como si les están quitando un Land Rover del año y con seguro.
No es que el CD como tal lo merezca, pero ojalá que el Tribunal Supremo Electoral encuentre una forma legítima de salvarle su matrícula. Si no, Bukele siempre puede aceptar la oferta de GANA de prestarle su partido. Sea de la forma que sea, ojalá que en febrero del 2019 ustedes se puedan medir con el FMLN y con ARENA. Si no, nunca vamos a ver si esto de las grandes mayorías que según ustedes que respaldan a Nuevas Ideas es cierto o es una burbuja.
Saludos,