La discusión sobre el Rosales arrancó mal. No partió de un análisis de la situación de nuestro sistema hospitalario, sino de una discusión sobre… el proyecto del nuevo edificio para la Asamblea Legislativa. Un absurdo, generado por un descuido de Norman Quijano, anunciando sin mayor explicación la construcción de un nuevo edificio para la Asamblea.
La respuesta: Gritos de falsa indignación de todos que solo esperan decisiones corruptas de los diputados. El grito más fuerte lo pegó Nayib Bukele, quien con habilidad (aunque no con lógica) vinculó el edificio parlamentario con el Hospital Rosales: “No vamos a permitir que construyan un edificio para los diputados y no para los enfermos.”
Si en algo es experto Bukele es en como explotar los resentimientos de la gente. No importa si son justificados o no, los manipula, y los lleva a su molino.
Así que de repente, ustedes se encuentran bajo “presión popular” de aprobar, de manera inmediata y sin más discusión, el préstamo para la construcción de un nuevo hospital Rosales.
Pero nunca es bueno aprobar algo sin discusión y sin analizar otras opciones. Por más que se sientan en defensiva y ansiosos de mejorar su deteriorada imagen, no se dejen chantajear: Tómense el tiempo y el trabajo para analizar antes la situación y las necesidades de nuestro sistema hospitalario. Antes de aprobar los préstamos con las condiciones que el gobierno presentó, ustedes deberían escuchar a los médicos y enfermeras del Rosales – y de los otros hospitales nacionales. Háganlo en sitio, para que de una sola vez vean las condiciones en los cuales ellos trabajan – y en los cuales la gente desesperadamente busca atención médica.
Van a escuchar que el problema del Rosales no es el edificio, sino el abandono en cuanto a mantenimiento, equipamiento, medicamentos e implementos para tratar a los pacientes. Y que el otro problema es que no hay suficientes plazas para médicos, enfermeras, y técnicos. Los que trabajan en el Rosales les van a explicar que de nada les sirve un edificio nuevo, si estos problemas no se resuelven antes. Los que trabajan en los otros hospitales les van a explicar que tienen los mismos problemas, y que sin personal, equipos y logística adecuados están obligados a seguir mandando a sus pacientes al Rosales, a quienes de otra manera podrían atender en Santa Ana, Zacatecoluca o San Miguel.
Es lógico que hay que “reconstruir el Rosales”, pero no necesariamente construyéndolo de nuevo. Hay que reconstruir su capacidad profesional, su infraestructura, su mística como institución líder del sistema y hospital escuela.
Claro que hay que invertir en los hospitales, mucho y con urgencia, pero no necesariamente construyendo nuevos edificios. Los que trabajan en el Rosales dicen que es su casa, que la quieren recuperar y devolverle su brillo perdido, y que incluso hay espacio para posterior ampliación.
Yo no puedo determinar si hay que construir o reconstruir, ni ustedes. Parece que el ministerio de Salud tampoco, y ciertamente no el ex alcalde. Los que saben son los médicos y las enfermeras, y ustedes tienen que escucharlos, antes de aprobar los préstamos y los destinos de los fondos.
Por eso repito: No se dejen chantajear. Analicen todas las opciones.
Saludos,
Lea también:
–Carta a los médicos y las enfermeras del Rosales:
Son los ángeles del infierno. De Paolo Luers
–Otra carta a los trabajadores de Salud:
Hablemos de prioridades. De Paolo Luers
(MAS! / El Diario de Ho)