Estimado ciudadano presidente:
Toca a hacer resumen de 3 años de su gobierno. Me voy a concentrar en el tema de Seguridad Pública. Por dos razones: es el área donde existe el abismo más grande realidad y propaganda. Es en seguridad donde ustedes pretenden ganar puntos, sabiendo que es donde más le duele a la gente; y sabiendo también en los otros temas prioritarios como empleo, crecimiento económico, crisis fiscal, salud y educación, Empleo tienen perdida la batalla.
Así
que ustedes quieren vender su política de seguridad como éxito, sólo
porque ahora en el 2017 tenemos menos homicidios que hace un año. Pero
será difícil vender como éxito que ahora regresemos a los mismos índices
de violencia que cuando usted asumió el gobierno en el 2014, luego de
haber provocado en el 2015 y 2016 los índices record de homicidios, con
un promedio de 20 asesinados diarios.
De lo que usted tiene que rendir cuentas no son de los homicidios de los últimos tres meses, sino de los últimos 3 años: 15,700. Son 5,233 al año; 436 al mes; 14.3 al día. ¿Cuál éxito? ¿Cuál solución?
El
problema es que ustedes no tienen un plan de seguridad. Tienen un plan
propagandístico que se llama “Plan El Salvador Seguro”. Pero este plan
es paja, no tiene nada que ver con lo que ustedes ponen a ejecutar a sus
fuerzas policiales y militares en el terreno y en los barrios.
El verdadero plan que están ejecutando nunca lo han hecho público, porque es impresentable: militarización de la PNC, llevando al traste el concepto de una policía civil acordada en los Acuerdos de Paz; permanente búsqueda de enfrentamientos de tipo militar para provocar bajas a las pandillas; fomentar y proteger ejecuciones extralegales por parte de policías y grupos ligados al FMLN – y un Estado de Excepción en el sistema penitenciario, legalizado con las “medidas extraordinarias”.
El verdadero plan que están ejecutando nunca lo han hecho público, porque es impresentable: militarización de la PNC, llevando al traste el concepto de una policía civil acordada en los Acuerdos de Paz; permanente búsqueda de enfrentamientos de tipo militar para provocar bajas a las pandillas; fomentar y proteger ejecuciones extralegales por parte de policías y grupos ligados al FMLN – y un Estado de Excepción en el sistema penitenciario, legalizado con las “medidas extraordinarias”.
El error es que han declarado la guerra a los pandilleros, en vez de declararle la guerra a la violencia y la delincuencia. Son dos guerras muy diferentes. La primera causa la cantidad de muertes y la erosión institucional de la policía que hemos observado en los últimos 3 años. La segunda se enfocaría en prevenir muertes y apostaría todo a la institucionalización de las fuerzas de seguridad.
Les declararon la guerra a las pandillas, no para erradicarlas (que incluso ustedes saben que es imposible a pura represión), sino para domarlas y someterlas al diseño de control social y territorial del FMLN. Ustedes libran esta guerra con tanta saña, porque en el fondo ven como traición que los pandilleros pretenden representar a los más marginados, sin supeditarse a los lineamientos del partido que supuestamente es la vanguardia de los pobres.
Por esto a 3 años de su gobierno estamos tan mal como cuando llegaron al poder, pero infortunadamente pasando por los dos años más mortíferos de nuestra historia.
Reprobados.
(MAS!/El Diario de Hoy)