Algunos obispos viajarán a Roma para hablar con el Papa sobre la canonización de monseñor Romero. No permitan que este hecho tan anhelado por muchos salvadoreños se contamine por manipulaciones políticas y electoreros.
Si quieren que nuestro país, que todavía busca la reconciliación y la paz, tenga un Santo que nos una, expliquen al Papa que no visite El Salvador en medio de una campaña electoral. Si celebra la canonización de monseñor en septiembre 2017 en San Salvador, como propuso el presidente de la República, no le estaría haciendo ningún favor al país, ni al Santo, ni a la Iglesia salvadoreña. Le estaría haciendo un favor al partido de gobierno, que desde su fundación ha tratado de convertir la figura del mártir en símbolo de su causa política e ideológica. Esta usurpación es una de las razones que a muchos les hizo tan difícil abrazar a monseñor como figura de unidad y reconciliación.
No es correcto lo que vimos el domingo pasado: la pareja presidencial, no conocida por su devoción católica, en la misa del aniversario de la elección del Papa Francisco, y luego a la par del arzobispo, anunciando juntos la fecha de la canonización y de la visita papal que propondrán al Vaticano.
Ya cometieron el error una vez: Permitieron que la beatificación de monseñor Romero se convirtiera en un acto de Estado – y para muchos, lamentablemente, en un acto partidario. No cometan el mismo error otra vez, mucho menos cuando estamos a las puertas de una campaña electoral.
La canonización es asunto de la Iglesia – y de ninguna manera del Estado, mucho menos del gobierno. La visita del Papa será eminentemente pastoral, y no hay que confundirla con una visita de Estado. Como Iglesia tienen que exigir al Estado, al gobierno y a los partidos que respeten el carácter pastoral de la visita papal y de la canonización.
El Salvador es una República laica, aunque a veces dirigentes religiosos y políticos mezclan la fe con la política. Recientemente el arzobispo encabezó una marcha a la Asamblea Legislativa para exigir la aprobación de una Ley. Y un partido político comenzó a exigir a sus militantes que acepten la identificación de su partido con el credo católico. En ambos casos se atenta contra el carácter laico de la política.
El Salvador necesita que se reafirme la estricta separación Estado-Iglesia, por el bien de la Iglesia y de la política. Cúrense en salud y propongan al Papa que venga a celebrar la canonización de Romero, una vez que salgamos de las elecciones del 2018 y 2019. Porque de aquí al marzo 2019 estaremos en campaña electoral.
Con mis saludos al Papa Francisco,
(MAS!/El Diario de Hoy)