Estimados señores:
Impresionante la rapidez con la cual
respondieron a la grave emergencia, que el otro día se había generado en
la Plaza Sandino. Alguien se había atrevido a poner en esta plaza un
montón de cruces que simbolizaban los 907 muertos por homicidio en
agosto. ¡Sin permiso de la alcaldía! Así no más, ciudadanos tomándose la
libertad de usar un espacio público para una acción política-cultural
que, además, podía ofender a alguien. Peor: podía ofender a alguien
poderoso…
Y cabal, pasó por la Plaza Sandino la diputada Nidia
Díaz, vio las cruces, entendió el mensaje - y se declaró ofendida. Tomó
su celular, hizo fotos, expresó su indignación (“Es una medida de
desestabilización…” - e hizo un par de llamadas.
La reacción de la
alcaldía fue inmediata: Al rato llegaron agentes del CAM y personal de
mantenimientos de parques y removieron las cruces y pancartas
desestabilizadoras, antes de que saliera seriamente perturbada la paz
social de la capital…
Casi un record en cuanto respuesta inmediata
a emergencias. Una muestra que nuestra alcaldía, la de las “nuevas
ideas”, está a la altura de los bomberos y de los fuerzas especiales de
la PNC, cuando se trata de atender amenazas a la tranquilidad de los
ciudadanos.
Porque de esto, indudable y pérfidamente, se trataba.
Alguien había puesto estas cruces con la clara intención de sacudir a la
ciudadanía y sacarla de su excesiva tranquilidad y pasividad ante el
drama de violencia que vivimos. Como dijo luego la diputada Nidia Díaz:
“Este tipo de acciones sobrepasa una libertad de expresión y
organización, porque están haciendo como mucho temor a la población.”
Así
que según la dirigente del FMLN son las cruces que causan temor a la
población- no la ola de homicidios, y mucho menos la incapacidad del
gobierno de pararla.
Claro, en esta lógica, una acción como esta
es desestabilizadora, porque -¡Dios guarde!- podría despertar a los
ciudadanos. Y esto, desde el punto de vista de los gobernantes, es una
amenaza, una pesadilla. Miren lo que está pasando en Guatemala…
Pero
bueno, gracias a su sabio líder y la advertencia de la diputada,
nuestra alcaldía resolvió el problema antes de que causara mayores
peligros para la seguridad del Estado. La tranquilidad de los ciudadanos
está garantizada, pueden seguir durmiendo tranquilo, a pesar de los 907
muertos de agosto…
¿Y la libertad de expresión? Bueno, parece que
tiene que supeditarse a las ordenanzas administrativas de la alcaldía.
Imagínense: Ni siquiera han sacado un permiso para intervenir una plaza
pública. No han presentado el correspondiente formulario #SOS-907 que
toca llenar. Y no han esperado las dos semanas para que les dieran o les
denegaran el permiso.
Que bueno que tenemos una alcaldía que no
permite que la ciudadanía, con el pretexto de la libertad de expresión,
se pase encima de una ordenanza - y de la tranquilidad de los
capitalinos. Y de los gobernantes.
Felicidades a la alcaldía. Con ustedes vigilando podemos dormir tranquilos. Paolo Lüers