Ayer tuve el gusto de almorzar con Billy Sol Bang, cosa que
acostumbramos a hacer cada dos o tres semanas – y que disfruto mucho.
Estos almuerzos nunca son formales, siempre amenos, llenos de
anécdotas, risas, bayuncadas – pero también de discusión política e
intercambio de ideas, propuestas y polémicas.
Luego de comer el Pollo al Chipotle, receta de mi esposa Daniela, y
el pie de manzana, receta de mi madre Verena, nos recostamos en nuestras
sillas para hablar política.
“¿Cómo se atreven a ponernos nuevos impuestos y amenazarnos con
expropiar nuestros ahorros de pensiones, cuando acaban de botar 750
millones de dólares?”
“Billy, ¿cuáles 750 millones – y adónde los botaron?”
“280 millones para comprar las acciones de ENEL en La Geotérmica. Son
280 millones perdidos, sin ningún beneficio para el país. Por lo
contrario: Con esta ‘inversión’, la CEL y La Geo quedan más débiles.
Otros 280 millones para el Chaparral – cuando hace años los estudios nos
indicaron que esta presa sólo será rentable si no costaba más de 145
millones de dólares. Faltan los 189 millones para la ampliación de la 5
de noviembre, otro proyecto que nunca será rentable. Agrega generación
extra sólo cuando hay abundante agua, pero no nos rinde nada cuando hay
escasez de energía. Suma: 759 millones botados, solamente en el sector
energético.”
Tiene razón don Billy. ¿Cuál porción de estas ‘inversiones’ no
productivas quedó en los bolsillos de funcionarios de los gobiernos
Saca, Funes y (¿quien sabe?) Sánchez Cerén y sus respectivas
administraciones en la CEL, La Geo e INE? No sabemos. Y no lo sabremos,
mientras no exista institución (nacional o internacional) que lo
investigue en serio.
La
pregunta que uno tiene que hacerse es: Si estos tres proyectos
fracasados y fraudulentos (Chaparral, ampliación de la 5 de noviembre,
expansión de la generación geotérmica) fueron responsabilidad de los
gobiernos de Saca y Funes y sus hombres en la CEL, ¿entonces por qué el
FMLN los defiende, los asume, y sigue botando dinero público para
salvarlos?
Lo más lógico hubiera sido que el FMLN, al asumir el control del
gobierno y de la CEL, cortara en sano estos proyectos, asumiera las
pérdidas, y echara la culpa a Saca y Funes… Pero hicieron lo contrario:
Se metieron en el mismo hoyo que ya habían cavado Saca y Funes. Hoy son
parte del complot. Y aún el país no tiene una política energética capaz
de bajar los costos de energía que ahogan la economía…
En este contexto hay que discutir la crisis fiscal del gobierno y su
urgencia de poner nuevos impuestos, robar los ahorros a los futuros
pensionados, y aprobar créditos. Así tendrá que comenzar la discusión en
la Asamblea y en la Interpartidaria. El que pide dinero primero tiene
que rendir cuentas, antes de que le aprueban nuevos impuestos o
créditos. Así es la vida. Vaya usted al banco a buscar refinanciamiento
de sus deudas, y vea si le dan pisto sin que usted se baje los
pantalones.
Repito lo que pregunté en una columna sobre el “Pacto de Ataco”:
¿Pueden y deben la oposición, la empresa privada y la sociedad civil
entrar en la búsqueda de un acuerdo nacional con el gobierno, sin que
este esté abierto a cambiar el rumbo de sus políticas?
Al concluir el almuerzo, con don Billy llegamos a una respuesta: No.