Estimados amigos:
Cuando vi el desplegado de prensa de la
Asociación Salvadoreña de Industriales ASI titulado “La política no es para
delincuentes”, me asusté: ¡Qué imprudencia la de
los empresarios de meterse así de manera pelada en la campaña electoral!,
pensé. Ya sabía que están preocupados ante el hecho que el candidato Saca está
subiendo en las encuestas como espuma de cerveza mal servida... ¿Pero decirle
delincuente no será un poco atrevido...?
Pero leyendo el comunicado me doy cuenta
que ustedes no están hablando de Herbert Saca, ni de Mecafé, ni de Gallegos de
GANA, ni de Enrique Rais de MIDES, ni mucho menos del ex-presidente que quiere
ser presidente, sino de los pandilleros. Que alivio, mis queridos amigos,
porque entonces, nadie los va a demandar. Y la gente les va a aplaudir...
Broma aparte: Lastimosamente se fueron en
la chicagüita, señores. ¿O se creyeron en serio la paja que los pandilleros
pactaron la tregua para luego incursionar en la política, y que existe el
peligro que pronto van a “optar por cargos de elección popular y participar en
los órganos de gobierno de nuestra nación”, como dice su comunicado?
¿Y realmente entendieron ustedes que
David Munguía Payés, el ministro de Justicia y Seguridad, quiso proponer la
legalización de las pandillas y su conversión en partidos políticos, cuando en
una radio dijo “Ojala que las pandillas se convirtieran en grupo político y
dejaran de delinquir”?
Es evidente que el ministro estaba
tratando de desvirtuar, incluso de llevar al absurdo, la advertencia que han
levantado a gritos algunos enemigos de la tregua, que los pandilleros quieren
convertirse en poder político. Hay toda una teoría de Carlos Ponces y Douglas
Farah sobre esto.
El ministro, como en otras ocasiones, no
supo explicarse bien. En vez de decir que todo esto es una paja sin ningún
fundamento real, y que hay suficientes leyes para impedir que delincuentes
condenados opten por cargos de elección popular, el hombre optó por el sarcasmo
(que indudablemente no es su fuerte) y dijo: Ojala que estén pensando en
elecciones en vez de planificar secuestros, homicidios y extorsiones...
Construir de estas palabras imprudentes
que el ministro propone y avala la conversión de las pandillas en partidos, o
es muy ingenuo, o mal intencionado. En el caso de ustedes, quiere pensar lo
primero.
Como no soy ministro, y mucho menos hablo
por el gobierno, yo lo puedo decir con libertad y claridad: En incontables
discusiones con bichos recién entrados o al punto de entrar en pandillas me han
hablando de exclusión, de falta de oportunidades, de injusticia - y yo sí les he dicho: “Si quieren
cambiar esto, métanse en política, en movimientos, partidos, manifestaciones,
pero no en extorsiones. Delinquiendo no van a cambiar nada...”
Y esto lo voy a repetir, aunque sé que
hay quienes siempre lo van a interpretar mal y salir con la fantasía de que la
MS y la 18 se van a transformar en partidos para elegir alcalde al Viejo Lin y
diputado al Sirra o al Diablito de Hollywood...
Regresando a sus comunicado: con todo el
resto, donde ustedes hablan del aporte que la empresa privada está dispuesta a
dar a la reinserción, estoy totalmente de acuerdo. Y también con que hay que
dejar de elegir a políticos deshonestos...
Saludos de Paolo Lüers
(Más!/EDH)