No siempre las cosas buenas vienen de afuera. A veces, cuando hay emprendedores con coraje, creatividad, paciencia y terquedad, vienen de aquí mismo. Como la cerveza Cadejo.
Cuando hace más de un año mi colega Mariano, quien sirve tragos y Rock'n Roll en Repúblika, me contó que se había juntado con otros locos para fundar una nueva cervecería nacional, yo pensé: Ya sabíamos que Mariano es loco... Me encantó la idea, pero no le creía que era factible. Le dije: Bueno, cuando ya tenés la cerveza lista, habláme, yo con gusto te la vendo en La Ventana. Pensando que esto nunca iba a pasar.
Pues, está pasando. Anoche despachamos en La Ventana los primeros dos barriles de Cadejo: un Red Ale que me recuerda a la famosa cerveza roja irlandesa Kilkenny. Resulta que 'los locos' se atrevieron a invertir 1 millón de dólares para poner una cervecería donde todo el mundo asumía que existe un monopolio y nadie podía competir. Es más, estos descabellados retaron no sólo toda lógica sino además la idiosincrasia guanaca tirando al mercado unas cervezas totalmente diferentes a las que aquí toma la gente: ¡una Red Ale made in El Salvador! ¡Una cerveza de trigo made in El Salvador, aguantás! Pero precisamente en esta audacia reside su oportunidad de éxito. Yo ya superé mi incredulidad y estoy convencido que a estos emprendedores audaces salvadoreños les va a ir bien con sus cervezas exóticas hechas en El Salvador. Si se hubieran propuesto de competir con la Constancia tratando de hacer otra cerveza tipo Pils, yo no daría ni cinco por esta empresa.
¿Cuál es la receta del Cadejo, que seguramente les va a dar éxito? Buena calidad y atrevimiento para botar el prejuicio que aquí no se puede hacer una cerveza diferente y de alta calidad. Que lo bueno tiene que venir de Alemania... Obviamente, yo voy a seguir vendiendo las hermosas cervezas alemanas de trigo, chelas o negras. Y otras de Bélgica, Holanda, Inglaterra, Irlanda. Los salvadoreños tienen derecho de tomar buena cerveza, incluyendo los que no tienen oportunidad de viajar a Europa. No lo dice la Constitución, pero debería...
Pero igual los salvadoreños tienen derecho de competir con las leyendas de calidad y tradición de los europeos. Hoy con cervezas, mañana con moda, pasado mañana con alta tecnología y software. Me encanta, como Mariano y sus socios expresan esta idea de desafiar las leyendas: tiran su propia leyenda, la del cadejo hecha cerveza... Una idea brillante que no sólo revoluciona el mercado cervecero salvadoreño, sino también la creatividad de como lanzar una marca cuando todos auspician que no hay espacio...
Anoche el cadejo se apoderó de la barra de La Ventana. Por lo nuevo. Por lo atrevido. Luego va a tener que luchar por quedarse, por competir con los grandes.
Te deseo mucha suerte, cadejo. Paolo Lüers, servidor de cervezas y otros tragos amargos.
(Más!/EDH)