Entiendo  su terrible dilema: Al fin se abrió la posibilidad de hacer los cambios  necesarios en el gabinete de seguridad, pero ahora vienen las presiones  del partido, de sus socios en Washington, de la actual cúpula de la  PNC... ¿Cómo quedar bien con todos? ¿A quién hacer caso? 
Mi  consejo: No hay manera de quedar bien con todos, así que mejor ni lo  intente. Sólo tiene que quedar bien con la gente que necesita seguridad. 
¿El  FMLN insiste que en un ministro de sus filas? Okay, nombre a Gerson  Martínez o Oscar Ortiz, que son hombres con criterio de independencia,  capacidad de mando, y principios. ¿Que el FMLN quiere imponer a Benito  Lara? No importa, no pueden objetar a estos dos veteranos...
¿Que  no le aceptan el cargo? Déles manos libres para poner orden – y lo van a  aceptar. Quíteles encima a Hato Hasbún, deje a su nuevo ministro el  mando y la coordinación del gabinete de seguridad.  
¿Sabe  cuál sería la gran ventaja? Sólo un hombre de izquierda, con fuertes  raíces en el partido, puede reordenar y reconstruir la estructura de  mando en la PNC. Sólo un hombre con credenciales de izquierda puede  tomar las decisiones necesarias para deshacer la argolla partidaria que  está paralizando y desnaturalizando al cuerpo policial. Sólo un ministro  de este tipo puede volver a incluir en las cadenas de mando a los  comisionados y mandos que bajo la dirección equivocada de Manuel Melgar  han sido marginados, sólo por el hecho de no provenir de las filas  guerrilleras.
Para  facilitar esto, déle a su nuevo ministro el derecho de nombrar a  alguien como Jorge Meléndez director de la PNC, alguien que sepa  despertar de nuevo la mística en la policía, alguien que sepa parar las  intrigas y los pleitos ideológicos. 
Eleve  a Douglas Moreno, el director de Centros Penales (y la mejor pieza de  su actual gabinete de seguridad), a viceministro, con las manos libres  para realizar sus planes de reforma profunda del sistema carcelario.
Quítele  al ministro de Defensa los amarres que no le han permitido convertir la  intervención de la Fuerza Armada en eficiencia de la lucha contra las  pandillas. Y nombre un director del Organismo de Inteligencia del Estado  que ponga la inteligencia en función de la estrategia contra el crimen  organizado, en vez de andar vigilando a los opositores políticos a su  gobierno. Si no se le ocurre nadie para este cargo, en una carta privada  le puede mandar cinco nombres idóneos...
Disculpe que le mande asesoría no deseada, pero alguien le tiene que hablar claro.
Saludos, Paolo Lüers
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