sábado, 24 de julio de 2010

Castresana: un confuso fuera de combate

Con la salida de Carlos Castresana de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) se evidenció el estilo ambiguo de Naciones Unidas, cuya política consiste en hacer saltar las alarmas para enseguida satisfacerse con recomendaciones burocráticas y volantazos incoherentes.

Es difícil que, estando contaminada por la realidad guatemalteca y la vaguedad ideológica de Nueva York, la CICIG desbarate los aparatos criminales que defienden sus intereses en el corazón del Estado. Además, los enemigos de la CICIG juegan con las cartas marcadas. Trafican al amparo de una red de infiltrados, asesinos y parásitos. Mantienen boyante un negocio cimentado en la colonización del servicio público.

El empuje de Carlos Castresana para enfrentarse a la mafia decayó al portarse como el boxeador que, ante el inminente choque con un peso pesado, desperdicia su fuerza en nimiedades. El yerro de Naciones Unidas: su debilidad por la prensa, una relación de amor-odio que aleja a sus enviados de la discreción estratégica y hace brotar malquerencias que pasan factura.

El 12 de enero pasado, Castresana afirmó que Rodrigo Rosenberg concibió su propio asesinato para vengarse de Álvaro Colom y sus allegados. Al final, la bomba que el vídeo prometía estallar resultó un globo melodramático. Gracias a la CICIG, el presidente guatemalteco pudo envalentonarse ante la conspiración. Sin embargo, esta ayuda simboliza el haraquiri de su independencia. Porque si la teoría sobre el caso Rosenberg es categórica, chirría un defecto: resolver en tiempo récord el asesinato de Rosenberg, no así el caso Musa (Khalil y Marjorie fueron ametrallados en abril de 2009 a raíz de una disputa que, según el suicida, involucra a la élite política). Hasta hoy, ignoramos quién ordenó sus muertes.

Dos meses después de aquella rueda de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala solicitó y obtuvo la prórroga del mandato de la CICIG. Aunque su presupuesto no surge del erario local ni de la ONU, sino de las donaciones de 16 países, sólo el Gobierno Colom puede requerir prolongaciones. Semejante débito condiciona la labor de la CICIG. De ahí que en su hoja de resultados no figure ningún pez gordo. En la captura del ex presidente Alfonso Portillo, es obvio que el reclamo de EE UU fue determinante. Que la CICIG se adjudique el éxito da señales de confusión sobre su objetivo y sus prácticas.

Con la última designación del fiscal general ardió Troya. La Constitución establece que su nombramiento recae en el presidente de la República, quien lo escoge entre seis candidatos calificados por autoridades judiciales, académicas y gremiales. Para Castresana, el grueso de los aspirantes incumplía la idoneidad o representaba al crimen organizado. Peor: sospechó de la propia Comisión de Postulación.

En las circunstancias actuales, ¿a quién iba a elegir Álvaro Colom? Al aliado que pare las embestidas en su contra. Ante esa coyuntura, Castresana dimitió asegurando que era objeto de una campaña negra. ¿Esperaba que los criminales jugaran limpio? "Le estamos mirando la cara al monstruo, y le sostenemos la mirada", dijo. Los capos respondieron con hechos: "Pero no nos puedes sostener el pulso". Aquí reaparece el caso Rosenberg. Precisamente, Mario David García -el periodista radial que recomendó al desesperado grabar su testimonio- ventiló el rumor de que el fiscal español tenía amoríos y favoritismos profesionales con una joven abogada jamaicana. García, de trayectoria golpista, se dio el lujo de entrevistar a un supuesto portavoz de la esposa de Castresana. Esta pedrada, calumniosa o no, es la predilecta para defenestrar incómodos.

Sorprende que la CICIG reproduzca a ratos la conducta de Rosenberg: denunciar sin probar. Mientras el muerto jura que Colom y su entorno asesinaron a los Musa, el jefe de la CICIG acusó al fiscal general electo, Conrado Reyes, de proteger los intereses de organizaciones ilícitas. Esa imputación emplazaba a Castresana, no a las salas de prensa ni al despacho presidencial, sino a los tribunales de justicia.

La Corte de Constitucionalidad revocó el 10 de junio el brevísimo periodo del ahora ex fiscal general Conrado Reyes. Los magistrados mediaron en una situación que empieza a desbordarse para desgracia de un país brutalizado por la violencia.

De ser cierta la adscripción de Reyes, era la ocasión para acreditar in fraganti que el Estado guatemalteco está plagado de mafiosos. En este contexto, las reacciones complotistas son inevitables, incluyendo contestaciones sanguinarias, como esas cuatro cabezas mensajeras que aparecieron en la capital, o el secuestro y descuartizamiento de una funcionaria de presidios.

Carlos Castresana tiró la toalla precipitadamente. El Departamento de Asuntos Políticos no podía barajar, veloz y en frío, una lista de sustitutos. Si ya tenían en mente un reemplazo -Francisco Dall'Anese, el fiscal general de Costa Rica-, el encuentro con el secretario general Ban Ki-moon se trató de una remoción.

Los capos de la mafia apenas mostraron las orejas del lobo a Castresana. Si Francisco Dall'Anese acepta la servidumbre mediática y extralimita los privilegios de su cargo, pregonando más que apretando, también habrá mordido el polvo.

(El País/Madrid. El autor es escritor guatemalteco, autor de El cálculo egoísta: inmigración y racismo en la España del siglo XXI.)

Carta a los empresarios que se atrevieron a invitar a Roberto Micheletti

Estimados amigos:

¿Cómo se atreven a invitar El Salvador a Roberto Micheletti? ¿No saben que es el malo de la película hondureña del 2009?

Ahora aténganse a las consecuencias: el regaño del presidente. ¡En su propia casa, en su propia cara, en la inauguración de la Torre Pedregal, tuvieron que aguantar la vergüenza que el excelentísimo señor presidente les escupe una puteada de cantina! Llamándolos golpistas.

Y como nadie de ustedes fue a Casa Presidencial para pedirle disculpas al mandatario y para asegurarle que ustedes no están tramando ninguna de desestabilización a su gobierno, el pobre tuvo que malgastar su discurso de anfitrión en la reciente cumbre centroamericana para volver a regañar a sus empresarios: “Existen todavía sectores políticos, económicos y militares que justifican las prácticas golpistas y que han manifestado públicamente su apoyo a liderazgos que violentaron el sistema democrático.”

Ustedes tienen la culpa que nuestro presidente tuvo que romper el protocolo y hablar, frente a sus colegas presidentes, de sus pleitos internos con unos empresarios tercos que siguen insistiendo que Roberto Micheletti, lejos de ser golpista, salvó Honduras del deslice hacia el socialismo del siglo 21 importado desde Venezuela...

Imagínense la pena para el señor presidente: Tuvo que reconocer frente a los presidentes centroamericanos que no le hacen caso sus empresarios.

Entiendan el mensaje, señores: en vez de invitar a Micheletti, hubieran invitado a Manuel Zelaya o a Daniel Ortega, para dar conferencias magistrales sobre cómo modificar la constitución para preparar el terreno para la reelección presidencial...

El problema es que ustedes no entienden que nuestro país ha sufrido un cambio: ahora sólo se puede hacer lo ‘políticamente correcto’. Y lo que es ‘políticamente correcto’ se define en consenso entre Casa Presidencial y la UCA.

Claro, todavía es un país libre. Todavía uno puede disentir de lo que ellos declaran ‘políticamente correcto’. Todavía se puede decir que el verdadero golpista en Honduras era Zelaya. Por supuesto, con el peligro de recibir otra puteada de parte del presidente de la República...

Les saluda Paolo Lüers

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viernes, 23 de julio de 2010

Why Oliver Stone is wrong about Venezuela

The filmmaker Oliver Stone's documentary of Venezuelan President Hugo Chavez has re-energized a long-running debate about the future of Venezuela and what it means for democracy in other countries.

Mr. Stone argues the assault on human rights is of secondary concern, saying: "Why do you seek out the dark side when the guy is doing good things?" After all, "Most peoples' lives in this country have improved under Chavez."

Unfortunately, for the vast majority of Venezuelans, this statement could not be further from the truth. If you are among the millions living in barrios, you no longer trust that you will be protected, that services will be delivered, that your lights will stay on or that you will have access to clean water.

As a mayor for eight years of the commercial district of Caracas, I have seen firsthand how dreams have become more elusive for average Venezuelans, replaced by a dangerous sense of frustration and hopelessness.

Venezuela is now the murder capital of the western hemisphere -- with a 320 increase in homicides and a 1,400 percent increase in kidnappings since 2000. This pervasive state of insecurity affects all Venezuelans, especially those living in poverty.

Shelves are bare, and Venezuela's production capacity has deteriorated so much that we have had to increase food imports by 700 percent -- including goods such as meat and coffee that were once 100 percent locally produced. Prices are 650 percent higher since Chavez first took office. The recent discovery of 81,000 tons of rotting food in a government-controlled storage facility only added to the sense that this is a problem that the president has created.

Access to clean water and electricity is a similar story. Power outages are now a daily fact of life. Many government agencies have to close early in the afternoon because there is not enough electricity.

These worsening conditions have opened the door to more sinister developments, especially in the border regions with Colombia, where people speak of an alarming growth in guerrilla activity, including the FARC. Last week I visited el Alto Apure in this region and heard a mother of four describe the new reality:

"As mothers we fight a silent war against the recruitment of our children by the elenos or the boliches (the ELN and the FBL guerrilla groups)," she told me. "If we say something we risk our lives, walls listen in El Nula."

The government officially denies the presence of these groups in Venezuelan territory. However, those who live here say the groups are so pervasive that they now have absolute control of everything from gasoline distribution to the management of the health centers and the police. A middle aged shop owner who survived a recent kidnapping told me, "If you want something to get done you need to speak with the guerrillos, everything you tell the police or the army they will know, so its better to speak directly with them."

The most shocking testimony was given by a 17 year old boy who said many of his fellow students in school have been recruited as members of the guerrilla groups and go to school as informants. "They don't want to learn, they only go in order to inform the elenos what is happening in our school. [The guerillas] the offer them a salary and a motorcycle, and off they go." I asked him if any had been killed recently. The boy's 16-year-old friend looked him for permission to respond and said, "yes two weeks ago Jose Andres was killed, they said that it was an accident, but we know he died during a conflict between guerrilla groups. That happens all the time."

The difficulties here go beyond insecurity and guerrilla. This region was once one of the most productive meat production territories in Venezuela. More than 50 small, medium and large productive farms in this area alone have been confiscated and are currently controlled by the government. Production has plummeted. Land that had been full of the best cattle is now empty.

The pain has certainly undermined public confidence in Chavez, which is now at an all time low. In 2012, Venezuela will hold its next presidential election, and polls show that a majority of citizens believe it is time for a change. But change is by no means inevitable.

We in the opposition must first take responsibility for our own historical failings, and apply important lessons. It is not enough to be against Chavez. People need to hear how we will make their lives better in basic terms of safety, shelter, and a better chance to achieve dreams.

We must also be a more organized majority. In the past, we in the opposition have been our own worst enemy. Backroom decision-making and political infighting reminds the people of a past they do not want to return to. We need to show them something different: new leaders, transparent processes and ways to engage people directly in our decision-making processes.

Finally, the international community must be more engaged. The approach to Venezuela must not be unilateral but multilateral - led by institutions such as the Organization of American States.

What happens in Venezuela will have profound consequences for Latin America - and for global stability. If the playbook being used today in Venezuela is allowed to succeed without condemnation, it will be replicated not just in Latin America, but also in Africa, Asia and the Middle East.

And for the average citizen, access to dreams would diminish even more.

Leopoldo Lopez was mayor of Chacao from 2000 to 2008. He won Transparency International's Award for the most transparent municipality in Venezuela. In 2009 he founded Voluntad Popular, a social organization with the goal of promoting democracy and human rights.

(The Huffington Post)

Carta al secretario de Cultura de la Presidencia, Dr. Héctor Samour

Estimado doctor:

Usted es parte de un gobierno que se ha comprometido con la transparencia. Además usted se dice alumno y heredero del padre Ignacio Ellacuría, quien siempre ha exigido que los gobernantes rindan cuenta a los gobernados. Por tanto, le pido que nos conteste un par de preguntas.

¿Por qué razón usted se pasa encima del buen nombre y del prestigio profesional de Gregorio Bello Suazo, a quien destituyó de su cargo de director del Museo Nacional de Antropología? Gregorio Bello Suazo goza en el mundo de antropología, historia o museología de gran reconocimiento, mientras el señor que usted nombró en este cargo es un escritor que ni siquiera en su campo goza de respeto de sus colegas. Y cuando a usted le cuestionan esta decisión arbitraria, usted pone en duda su honorabilidad en el manejo de los recursos del museo. Sin pruebas, sin recurrir a la Fiscalía, sin auditoría formal. Y para justificar todo esto, usted utiliza una extensa entrevista que le hace Jacinta Escudos en un matutino. Dos semanas después, usted nombra a la amable entrevistadora directora de la Casa del Escritor. ¿Canje de una entrevista de cortesía contra un cargo en su Secretaría?

Cuando otro de sus directores, nombrado por usted mismo, le informó de irregularidades en la administración anterior de su institución, en vez de ordenar una investigación, usted despidió al denunciante.

¿Nos puede explicar esta contradicción? Por una parte usted utiliza acusaciones de corrupción para justificar un cambio de director que no tiene justificación en el campo de méritos profesionales; y por otra parte, usted despide a un funcionario que le informa de irregularidades. La única manera de explicarme los dos casos es que ambos directores que despidió provienen de una rama de la izquierda diferente a la que actualmente gobierna nuestro país.

Ya ve, doctor, cuando los gobernantes no se dignan a explicar bien sus decisiones, cada uno trata de interpretarlas de su manera, y más que uno comienza a sospechar de conspiraciones y maquinaciones.

Saludos, Paolo Lüers

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martes, 20 de julio de 2010

Chávez vs.Globovisión 0:1

El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha anunciado que espera controlar casi la mitad de las acciones de la emisora privada de televisión Globovisión, la principal voz opositora en el país, gracias a que uno de sus accionistas está prófugo de la Justicia y otro ha fallecido.

Tras exclamar "¡Venga a mí que tengo flor!", dicho utilizado en un juego de naipes, Chávez ha añadido en su programa televisivo Aló presidente: "Súmame 28,5%, más 20% y da 48,5% de Globovisión, compadre". Chávez aludía así al 28,5% de las acciones de Globovisión en poder de empresas del banquero Nelson Mezerhane, el dueño del intervenido Banco Federal a quien llama "ladrón", y a "un señor de apellido Tenorio que lamentablemente falleció" y que controlaba otro 20% de la emisora privada.

Según la ley, añadió Chávez sobre este último caso, las empresas creadas para administrar la concesión de ondas electromagnéticas operan algo que "es propiedad del Estado", el que en este caso "recuperará esa concesión y ya verá a quién se la otorga". Aplicando esta norma, remarcó, "nadie podrá decir" que su Gobierno está expropiando" a la emisora por ser una de las más críticas de su gestión. "No, no, no. No estamos expropiando: nos estaremos incorporando al negocio".

Otro de los dueños de Globovisión, Guillermo Zuloaga, también se encuentra en Estados Unidoscomo prófugo de la Justicia venezolana , imputado por hechos vinculados a una empresa de vehículos en sociedad con un hijo suyo del mismo nombre.

Tanto Zuloaga como Mezerhane atribuyen sus imputaciones a un ajuste de cuentas debido a la línea editorial antigubernamental de la cadena de noticias 24 horas.

Presencia en la directiva

Chávez asegura que hará valer su presencia en la emisora. Ya con el 28,5% de las acciones de Globovisión la Junta Interventora del Banco Federal "está obligada a designar un representante en la junta directiva de Globovisión", aseguró.

"No me toca a mí nombrarlo, pero puedo recomendar" nombres y nombró a los periodistas chavistas Mario Silva y Alberto Noria.

El gobernante anticipó que su estimación provocará "piquiña" (picazón) en la oposición a su gestión, "pero es la ley", remarcó. El pasado 14 de junio, día de la intervención del Banco Federal por la estatal Superintendencia Nacional de Bancos (Sudeban), que alegó problemas de liquidez, Mezerhane declaró a Globovisión que se encontraba en la ciudad estadounidense de Miami, y poco después se dictó orden de captura internacional en su contra.

Hace cuatro días, Chávez pidió a su colega de Estados Unidos, Barack Obama, que lo extradite porque "es un ladrón que "huyó con siete mil millones de bolívares (unos 1.600 millones de dólares), que es el total aproximado de los ahorros" de los clientes del banco, sostuvo.
Los depósitos de los 600.000 clientes del banco están siendo devueltos por bancos estatales con dinero público que Chávez ha advertido de que será repuesto con bienes de Merzerhane.
Chávez ha dicho que Mezerhane tiene no menos de 300 empresas, incluida Globovisión, con las cuales "el Estado debe resarcirse" del costo de cumplir con los clientes del Banco Federal.
Tras pedir una ley que prohíba que empresarios puedan ser dueños de medios de comunicación, el gobernante dijo al inicios de mes que esperaría "un tiempito" antes de decidir el futuro de Globovisión, porque sus dueños "andan huyendo de la justicia" y se deben resarcir los recursos estatales.

El comunicado de Globovision al respecto:

1. La única concesionaria del canal de televisión GLOBOVISION es la empresa “Corpomedios GV Inversiones, C.A.”, tal como se evidencia de oficio No. 002056 suscrito por el Director General de CONATEL. Ninguna persona natural es concesionaria en el caso del canal GLOBOVISIÓN.

2. Los accionistas de la concesionaria (Corpomedios GV Inversiones, C.A.) son 3 personas jurídicas, una de las cuales es Sindicato Ávila, cuyo único accionista es Nelson Mezerhane. Esta empresa, la cual fue intervenida por estar presuntamente relacionada al Banco Federal, posee veinte por ciento (20%) de las acciones de Corpomedios.

3. De conformidad con los estatutos sociales de la empresa (artículos 15 y 18), los accionistas de forma individual NO tienen derecho a designar miembros de la Junta Directiva de Corpomedios. Los miembros de la Junta Directiva son designados por la Asamblea de Accionistas, con el voto de más del cincuenta y cinco por ciento (55%) del capital social.

4. En caso que Sindicato Avila, accionista de Corpomedios, designe nuevos representantes, los mismos tendrán en la Asamblea de Accionistas de Corpomedios, los mismos derechos que tienen los accionistas según los estatutos sociales de la empresa.

Más allá de las personas que puedan estar sentadas en su Junta Directiva, la línea editorial de GLOBOVISIÓN no tiene porcentaje de acciones.

La línea editorial de GLOBOVISIÓN ni se expropia ni se interviene.

Caracas, 20 de julio de 2010.

(El Pais, Globovision)

domingo, 18 de julio de 2010

El Santo Oficio de la "izquierda"

A los viejos dictadores de la década de los cincuenta, y a los del Cono Sur que en los setenta llevaron a cabo sus guerras genocidas ­Pinochet, los generales argentinos y brasileños­, los caracterizó el denominador común de su persecución contra los periodistas. Nada los perturbaba más que la libertad de expresión, y la combatieron a sangre y fuego.

Germán Arciniegas escribió por aquellos años Entre la libertad y el miedo, un libro ya clásico entre las historias de la época, que retrató personajes como Somoza, Trujillo y Pérez Jiménez. Los primeros integraron la "Internacional de las espadas", eran como una "fratellanza" diabólica que perseguía a sus adversarios donde quiera que estuvieran, mientras paralelamente se conjuraban contra los regímenes democráticos. Fueron los soldados de plomo del imperio, en los confusos tiempos de la Guerra Fría. Exterminaron a sus adversarios, vulneraron los derechos humanos e impusieron la más brutal censura de prensa. Para denunciar sus crímenes y sus desmanes financieros era preciso arriesgar la vida.

Los dictadores de los setenta actuaron en otros contextos, pero emularon a sus predecesores en brutalidad.

Fueron, unos y otros, déspotas conservadores, llamados de "derecha", impusieron el silencio en sus países en nombre de la soberanía. Nadie podía criticarlos porque eran "soberanos", y así aislaron sus países mientras reprimían y acallaban a los pueblos.

O sea, bajo la invocación de Torquemada, los generales restablecieron el Santo Oficio, y sus opositores o simples disidentes corrieron el mismo destino de los herejes españoles del siglo XV. Si no fueron quemados en la hoguera, les dieron el mar por sepultura, porque los lanzaban desde helicópteros sin identificación, como sucedió en Argentina.

El mayor crimen del Santo Oficio de los dictadores militares fueron los "delitos de opinión". Que se difundieran sus políticas de exterminio, sus manejos secretos de los dineros públicos, sus conspiraciones y sus conjuras, sus alianzas inconfesables, equivalía a graves "violaciones de la soberanía nacional". Los tiranos y sus aparatos de represión apelaron a todos los sofismas para acallar a la gente.

Los déspotas latinoamericanos de los cincuenta y los setenta fueron combatidos de frente por la izquierda democrática y por sectores sociales de distinto signo. En Venezuela enfrentamos a los dictadores de otros países y derrotamos la autocracia de Pérez Jiménez, y cuando se restableció la democracia, el país se convirtió en asilo de perseguidos.

La historia registra ahora una tergiversación obscena. Del término "izquierda" se apoderaron los impostores, y, como si fuera poco, partidos a los cuales no podría negárseles esa condición, se han convertido en los nuevos epígonos del Santo Oficio.

Un episodio reciente ilustra esta trágica mueca de la historia. Apenas 24 horas después de presentar su programa de gobierno, la candidata a la Presidencia de Brasil por el Partido de los Trabajadores se vio precisada a retirarlo porque había firmado cada una de sus 50 páginas sin leerlas, los estrategas del PT habían abusado de su confianza e incluyeron en el programa puntos no aptos para la "publicidad". Eran las cartas bajo la manga.

Un punto consagraba la "licencia" para que los Sin Tierra pudieran ocupar zonas privadas, y la otra, una declaración de guerra a los medios independientes. Incluir asuntos tan polémicos en un programa de gobierno más que una temeridad fue un juego sucio que sorprendió a la candidata de Lula. De ahí que Dilma Rousseff no dudó en rectificar el programa, pero la desconfianza de las cartas ocultas oscilará en la campaña. ¿Es que, acaso, no hay otro método de resolver el problema de la tierra que no sea la ocupación violenta, después de ocho años de gestión de Lula y del PT? Y, en cuanto a la libertad de expresión, ¿se afiliará a las corrientes antidemocráticas de los impostores? Vale la pena preguntarnos, ¿también Brasil entre los vicarios del Santo Oficio? Porque algo diferente son los impostores que apelan a la etiqueta de "izquierda" para cohonestar sus proyectos reaccionarios o anacrónicos.

Los países de la Alianza Bolivariana, Venezuela y Ecuador, como la Argentina de los millonarios Kirchner, no cesan en su guerra contra los medios. En la tierra del que dijo que la imprenta era la artillería del pensamiento lo que se pretende es que se elimine el pensamiento y predomine la artillería: la hegemonía comunicacional que ahoga y aniquila la libertad de expresión. El Centro de Estudio Situacional de la Nación es el más reciente intento de regimentar la opinión pública. No importa que la Constitución prohíba la censura, primero están los designios del proyecto que pretende convertir la nación en conejillo de Indias.

Ahogar el espíritu crítico de las sociedades en el mar muerto de la censura fue siempre el denominador común de todas las dictaduras. También las identifica el fracaso.

(El Nacional/Venezuela; el autor es historiador, fue canciller de Venezuela y actualmente es parte del directorio de El Nacional)